Teresa Wilms Montt Una campana impiadosa repite la

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Teresa Wilms Montt “Una campana impiadosa repite la hora y me hace comprender que/

Teresa Wilms Montt “Una campana impiadosa repite la hora y me hace comprender que/ vivo, y me recuerda, también, que sufro”.

“Nacida en el seno de una familia aristocrática y potentada, desde adolescente manifestó su

“Nacida en el seno de una familia aristocrática y potentada, desde adolescente manifestó su desprecio por las reglas convencionales, establecidas por una sociedad hipócrita y satinada de siutiquerías. Conoció, por imposición de su familia, los sinsabores carcelarios del claustro; sufrió la desdicha de un matrimonio obligado y la incomprensión insensible y pacata de la sociedad que le tocó vivir”. Teresa Wilms Montt: “La que murió en París” Alejandro Lavquén (Diario El Siglo )

“Soy como el mar, el viento y el sol… Qué ridículo sería pedirle al

“Soy como el mar, el viento y el sol… Qué ridículo sería pedirle al océano que no se agitase, que no soplara el viento y exigir al sol de ponerse antes de tiempo”. Comentario que escribió en su diario cuando era niña

“Teresa Wilms Montt fue educada con institutrices que le recordaban que su familia había

“Teresa Wilms Montt fue educada con institutrices que le recordaban que su familia había producido tres presidentes de la república y que su misión era ser esposa y madre. Así se casó a los 17 con Gustavo Balmaceda Valdés, descendiente del suicidado mandatario y trajo al mundo a dos hijas. Pero su matrimonio no funcionó”.

“Intelectualmente superior y apasionada. La bohemia y la literatura la llamaban. También las ideas

“Intelectualmente superior y apasionada. La bohemia y la literatura la llamaban. También las ideas anarquistas. <<Soy yo desconcertadamente desnuda, rebelde contra/ todo lo establecido, grande entre lo pequeño, pequeña ante lo infinito …/ Soy yo …>> escribía en su diario. Impotente su marido se refugió en el alcohol y perdió su patrimonio. Las cosas empeoraron cuando ella se enamoró de un primo de su marido, Vicente Balmaceda Zañartu, conocido como el Vicho Balmaceda. Humillado, su marido la denunció a la justicia y Teresa Wilms fue enclaustrada en un convento. Su familia avergonzada, le dio la espalda. Tras un año en prisión, escapó de allí ayudada por Vicente Huidobro”.

 “Imposibilitada de volver vivió su exilio en Buenos Aires, en Madrid y en

“Imposibilitada de volver vivió su exilio en Buenos Aires, en Madrid y en París, donde alcanzó gran notoriedad por sus poemas y sus cuentos. En el año 1920 sus hijas la visitaron en París. Pero tras la partida de ellas, teresa cayó en una profunda depresión y se suicidó”.

“En su diario anotó: <<Morir, después de haber sentido todo y no ser nada

“En su diario anotó: <<Morir, después de haber sentido todo y no ser nada …>> Tenía 28 años. ” La “Escandalosa” Teresa Wilms Montt Desnuda (Diario The Clinic )

 “Nuestro país, cada tanto, produce figuras notoriamente excepcionales. En el campo de las

“Nuestro país, cada tanto, produce figuras notoriamente excepcionales. En el campo de las lecturas, he aquí una escritora increíble: Teresa Wilms Montt, chilena que debió abandonar su tierra acusada de adulterio y condenada, aunque usted no lo crea, por un tribunal familiar, al encierro de por vida en el Convento de la Preciosa Sangre de Santiago, junto a reas y a enajenadas. ”

 “La historia dice que fue rescatada de tan infortunado destino por Vicente Huidobro.

“La historia dice que fue rescatada de tan infortunado destino por Vicente Huidobro. Después huye a Buenos Aires, luego a Madrid, lugares donde publicará sus obras, las que, lamentablemente, no han sido reeditadas. Mujer cuya belleza le trajo más dolor que otra cosa, se suicidó en París, después de que su familia política le quitara la tuición de sus dos hijas. Una biografía que abre el apetito del lector por conocer la obra de la desventurada escritora”. Teresa Wilms Montt De Ruth Gonzáles- Vergara (Comentario y presentación del libro )

“Tras de los cristales el alba alisa sus cabellos blancos. Ella despierta. Junto al

“Tras de los cristales el alba alisa sus cabellos blancos. Ella despierta. Junto al espejo yo mezo los míos, rubios. Yo he dormido, he soñado sollozando. Ella es eterna y yo triste, y tristes somos aquellos que no hemos nacido de los dioses”. “Dentro del tubo sonoro de un órgano quisiera encerrarme y cantar en sus sonidos el de profundis”. ·

“Teresa demasiado herida, nunca volvió a Chile. En Buenos Aires sobrevivió con decoro y

“Teresa demasiado herida, nunca volvió a Chile. En Buenos Aires sobrevivió con decoro y se hizo escritora: Inquietudes sentimentales y Los tres cantos (1917) es una muestra. Se agotaron y se reeditaron. Hoy son sólo piezas de museo, al igual que Cuentos para los Hombres que son todavía niños (1919). En Madrid publica En la quietud del Mármol y Anuari”. Centenario de teresa Wilms Montt Ruth Gonzáles Vergara

 “Amo lo que nunca fue creado, aquello que dejó Dios tras los telones

“Amo lo que nunca fue creado, aquello que dejó Dios tras los telones del mundo”. “Amo a aquel hombre que nunca fue, y que me aguarda apoyado tras del bastidor Sabat. . . Este siglo está caduco, sangre mía”.

 “Mi alcoba pequeña es cofre de soledad. Sobre la cama extiende su flexible

“Mi alcoba pequeña es cofre de soledad. Sobre la cama extiende su flexible manto la muerte. En el brasero rebrilla un montón de astros. Gloria y sueño también los tengo” “Morir después de haber sentido todo y no ser nada. ¡Ah, vida, no ser!”

“Pero esta mujer, tan poco conocida, pitonisa de las letras, generadora de tantas pasiones

“Pero esta mujer, tan poco conocida, pitonisa de las letras, generadora de tantas pasiones e incluso de un suicidio, ha sido una heroína olvidada por el pueblo chileno, como solemos decir acá, en la patria del sur: Ha recibido "el pago de Chile". Intentando resarcir, en parte mi olvido, de tantos años, quiero destacar algunos puntos de su vida y muy pocos de su obra. Esta primigenia Marilyn Monroe, arquetipo verdadero de la mujer fatal, mito de la intelectual maldita y bohemia de los albores del siglo XX, que a larga su vida se convirtió en la recompensa Olímpica para cualquier artista o profano del arte, cosa que finalmente detestó. ”

“Su alma inquieta comenzó a manifestarse desde la cuna de ébano, sus ojos se

“Su alma inquieta comenzó a manifestarse desde la cuna de ébano, sus ojos se paseaban por el paisaje dejando una estela de melancolía que la acompañó hasta su muerte, su mirada dejó en todos lados un rastro como el que dejan los focos de los automóviles sobre los adoquines mojados por la lluvia. Sus días de infancia transcurrieron entre la literatura, el bordado, el cuestionamiento, los sueños, la elegancia, el aprendizaje para el matrimonio y el Santo Rosario. Al cuidado de severas institutrices extranjeras, entre las que se cuenta una antigua actriz francesa, de gran sensibilidad que, sin dudas, influyó en la personalidad de Teresa. ”

“Los años fueron generosos con Teresa, la transformaron en una mujer de espolón de

“Los años fueron generosos con Teresa, la transformaron en una mujer de espolón de proa, en una mujer escultural y lozana, de gráciles movimientos y profundizaron su mirada nostálgica con una luminosidad desconocida hasta entonces para la raza humana. Como diría Teitelboim: "Ella era un cóctel sanguíneo de Venus catalana y Elsa germánica, con la tristeza de las ciudades nórdicas en sus enormes ojos verdes". En esos ojos cayó Gustavo Balmaceda Valdés (1883 -1924), con quien recorría el cielo hablando de literatura y de óperas, estos dos protoescritores se casaron cuando Teresa tenía 17 años, sin el consentimiento de sus padres. ” TERESA WILMS Santa Patrona (Matrona) de los Artistas Chilenos

 • --BELZEBUTH-- Mi alma, celeste columna de humo, se eleva hacia la bóveda

• --BELZEBUTH-- Mi alma, celeste columna de humo, se eleva hacia la bóveda azul. Levantados en imploración mis brazos, forman la puerta de alabastro de un templo. Mis ojos extáticos, fijos en el misterio, son dos lámparas de zafiro en cuyo fondo arde el amor divino. Una sombra pasa eclipsando mi oración, es una sombra de oro empenachado de llamas alocadas. Sombra hermosa que sonríe oblicua, acariciando los sedosos bucles de larga cabellera luminosa. Es una sombra que mira con un mirar de abismo, en cuyo borde se abren flores rojas de pecado. Se llama Belzebuth, me lo ha susurrado en la cavidad de la oreja, produciéndome calor y frió. Se han helado mis labios. Belzebuth. Ha pasado Belzebuth, desviando mi oración azul hacia la negrura aterciopelada de su alma rebelde. Los pilares de mis brazos se han vuelto humanos, pierden su forma vertical, extendiéndose con temblores de pasión. Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente de fuego eterno. Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas bellezas del pecado original. Belzebuth, mi novio, mi perdición…

Por su parte, Juan Ramón Jiménez le señalaba: “. . . tu expresión original

Por su parte, Juan Ramón Jiménez le señalaba: “. . . tu expresión original encuentra la emoción más clara de un misticismo nuevo; amor tan humanamente distinto de los otros, hecho tan con otras cosas, entre cosas tan diferentes. Tú das una cosa que no es tan usual, pero que puede serlo desde que tú la tocas. Tus caminos son otros, otros que no son unos, uno, en el momento mismo en que tú pones en ellos tu pie, tu planta, mística tú diferente en todas las místicas y los místicos, mística del amor y el dolor impensados, con tu pensamiento pleno de distancias, acercadura fácil de lo lejano difícil. . ” (Undurraga, 1958).

 Luis Oyarzún, profundizaba en el aspecto sensual de Teresa: “Pocas mujeres han nacido,

Luis Oyarzún, profundizaba en el aspecto sensual de Teresa: “Pocas mujeres han nacido, con tal apetito de vida, con tan grande anhelo de amor y comunicación humana, con tan viva sensualidad, ávida de exprimir el secreto goce de lo creado. La muerte del hombre que apasionadamente amaba destruyó para siempre su ingenua alegría. Después no quiso ya sino hablarle a él y en él al amor, al misterio, a la muerte. . . En nuestra literatura no se ha dado un delirio amoroso más devorador”. (Ct. En González-Vergara, 1992).

El crítico y poeta Andrés Sabella, decía que “su decisión de morir en navidad

El crítico y poeta Andrés Sabella, decía que “su decisión de morir en navidad adquiere rasgos de sanguínea. Teresa se regalaba el bien por el que vivió, desesperada, sus 28 años de “Magdalena de este siglo”, de reina y mendiga, “bella de toda belleza”, escribieron en Nosotros, de Buenos Aires, “pura de alma porque pudo sentir lo que otras mujeres no han sentido”. (Revista Hoy, 1982). Ruth González-Vergara, que se ha preocupado de rescatarla, dirá que “la obra de Teresa Wilms Montt, aunque es escueta, ofrece un interés enorme por el aporte innovador de sus temas, improntas y manejo del lenguaje. Esto unido a su extraordinaria personalidad, la singularidad de sus actuaciones, sus viajes y desplazamientos, múltiples y en breve tiempo y, en especial, por ese hálito emancipador que animó todas las cosas que emprendió en su corta existencia”. (1993, p. 201).

VII Dos senos de una blancura inquietante; dos ojos lúbricamente embriagados y una mano

VII Dos senos de una blancura inquietante; dos ojos lúbricamente embriagados y una mano audaz de sensualidad, se han atravesado en mi camino. Una voz indefinible, como el hipo de un sollozo histérico, me ha dicho: Soy el erotismo: ¡Ven! Y yo iba; iba siguiendo a esa bacante estrambótica, como sigue la hoja de acero al imán. Iba empujada por el misterio. . . Mis labios se helaban, y tenían en la garganta una opresión de hierro. Iba la mirada húmeda, los ojos claros como brillantes en alcohol. . . Retorné, y mis labios estaban mustios, y mis ojos no veían, y mis manos enconadas contra ellas mismas, sólo querían destrozarse. Y en el alma, como una marca de fuego, traía la más horrible decepción. No estaba ahí; no llevaba esa bacante loca el remedio para mi mal de amor.

XXXI Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y momificadas, y aquéllos

XXXI Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y momificadas, y aquéllos de los cuales cuelgan bridas de colores, se me antojan cabezas arrancadas por mano brutal, donde ha quedado adherida una vena sanguinolenta. Nunca puedo ver un par de guantes sin imaginar que son piel de manos disecadas y, en aquellos de color amarillo, encuentro algo repugnante de lo que empieza a podrirse. Detesto las prendas de vestir olvidadas sobre la cama; hay entre ellas y los muertos mucha analogía. Vi una vez, en un asilo, a una loca muerta; y era lo mismo que ver un trapo violáceo tirado dentro del ataúd.