EXISTEN CONEJOS GORDOS Y CONEJOS DELGADOS CONEJOS ALTOS

EXISTEN CONEJOS GORDOS Y CONEJOS DELGADOS, CONEJOS ALTOS Y DELGADOS, CONEJOS LISTOS Y CONEJOS TONTOS, CONEJOS SUCIOS Y CONEJOS LIMPIOS, CONEJOS HEMBRA Y CONEJOS MACHO. Y TODOS TIENEN LAS OREJAS LARGAS. LOLO TAMBIÉN TENÍA LAS OREJAS LARGAS, PERO …. .

LAS OREJAS DE LOLO ERAN DIFERENTES. LAS DOS DEBERÍAN ESTAR RECTAS. PERO SU OREJA DERECHA LE COLGABA. - ¡ OREJAS CAIDAS! -LE GRITABAN LOS OTROS-. ¡ ESTIRA TUS OREJAS COMO NOSOTROS!

NO HABÍA NADA QUE LOLO DESEARA MÁS QUE DOS OREJAS ESTIRADAS. CUANDO SE COLGABA CABEZA ABAJO DE LA RAMA DE UN ÁRBOL, SUS OREJAS ESTABAN ESTIRADAS, PERO ¡NO PODÍA PASAR EL RESTO DE SU VIDA COLGADO BOCA ABAJO!

ASÍ QUE DECIDIÓ TAPARLAS PARA QUE NADIE LAS VIERA. Y SE PUSO LA FUNDA DE LA TETERA DE LA ABUELA COMO SOMBRERO. LOS DEMÁS CONEJOS SE PARTÍAN DE RISA; NUNCA HABÍAN VISTO NADA TAN DIVERTIDO. AFORTUNADAMENTE LOLO NO LES PODÍA OIR, PERO SE SINTIÓ MUY MAL.

MAS TARDE, INTENTÓ PONERSE UNA ZANAHORIA PARA MANTENER DERECHA LA OREJA. LOS CONEJOS SEGUIAN LLORANDO DE RISA: -¿PUEDO MORDISQUEAR TU OREJA? –LE PREGUNTÓ UNO DE LOS CONEJOS-.

LUEGO UTILIZÓ UNA CUERDA Y UNA PEQUEÑA RAMA. PERO LOS CONEJOS SE REÍAN CADA VEZ MÁS.

DESPUÉS VENDÓ LA OREJA

MÁS TARDE, INTENTÓ SUJETAR LA OREJA CON UNA CAÑA DE PESCAR Y UNA PINZA PARA LA ROPA.

LO INTENTÓ CON UN GLOBO. LOS CONEJOS RODABAN MUERTOS DE RISA.

PERO NADA ARREGLÓ SU OREJA, QUE SEGUÍA ESTANDO CAIDA. LOLO, MUY TRISTE Y FURIOSO SE REFUGIÓ EN EL BOSQUE Y GRITÓ: - ME CORTARÉ ESTA HORRIBLE OREJA. ¡ Y NUNCA MÁS SE REIRÁN DE MÍ !

PERO PENSÓ QUE QUIZÁ EL MÉDICO PODRÍA AYUDARLE

EL DOCTOR EXAMINÓ LAS OREJAS DE LOLO POR DENTRO Y POR FUERA; LAS MIDIÓ, PESÓ Y, TRAS MUCHAS OBSERVACIONES, DIJO: - MMMMMM…. . A TU OREJA LE FALTA UN POCO DE FIRMEZA, PERO, POR LO DEMÁS, CON ELLA PUEDES OIR PERFECTAMENTE. ADEMÁS, NO HAY DOS OREJAS IGUALES. Y AL DESPEDIRSE DE ÉL LE REGALÓ UNA ZANAHORIA.

DE CAMINO A CASA, LOLO IBA PENSANDO EN LO QUE LE HABÍA DICHO EL MÉDICO: ERA VERDAD NINGUNA OREJA ERA IGUAL A OTRA: LAS DEL ABUELO ERAN DURAS, LAS DE LA ABUELA ERAN MUY SUAVES, LAS DE MAMÁ ERAN PEQUEÑAS Y LAS DE PAPÁ ERAN GRANDES. Y YO, YO TENGO UNA OREJA RECTA Y OTRA QUE SE CAE: UNA HACIA ARRIBA Y OTRA HACIA ABAJO. ARRIBA, ABAJO, … ¡ AHÍ VIENE LOLO! –EXCLAMÓ UN CONEJITO AL VERLE LLEGAR.

- ¡HOLA, LOLO! –SALUDÓ UNO DE LOS CONEJOS MAYORES-. TE ESTÁBAMOS ESPERANDO. ¿TIENES ALGÚN TRUCO NUEVO PARA TU OREJA? NOS ABURRIMOS SIN ELLOS. - HUMM…. , SÍ. VENID MAÑANA A LA COLINA CON DOS ZANAHORIAS CADA UNO Y UNA CUERDA. NOS DIVERTIREMOS.

AL DÍA SIGUIENTE, LOLO LES DIJO: - ESCUCHADME: QUE CADA UNO SE ATE LA ZANAHORIA A UNA DE SUS ORJAS. ¿VEIS? : AHORA A TODOS SE NOS CAE UNA OREJA Y LA OTRA SIGUE RECTA.

LOS CONEJOS SE MIRARON Y EMPEZARON A REIR. AL POCO TIEMPO TODOS REIAN A CARCAJADAS: NUNCA LO HABÍAN PASADO TAN BIEN. Y EL QUE MEJOR SE LO PASÓ FUE LOLO. Y DESDE AQUEL DÍA YA NO LE IMPORTÓ SER DIFERENTE.