4 1 Santidad 1 Llamada a la santidad

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4ª 1 Santidad 1 Llamada a la santidad

4ª 1 Santidad 1 Llamada a la santidad

Estamos estudiando nuestra vida cristiana siguiendo un poco lo que nos dice el «Catecismo

Estamos estudiando nuestra vida cristiana siguiendo un poco lo que nos dice el «Catecismo de la Iglesia católica» . Después de haber visto la 1ª parte sobre lo que creemos, aunque realizada de modo breve; después de ver la 2ª parte sobre lo que celebramos (los sacramentos); y la 3ª parte sobre lo que vivimos (el Catecismo lo llama «la vida en Cristo» , principalmente los mandamientos); veremos la 4ª parte que el catecismo titula: «La Oración cristiana» .

La oración es algo muy importante en nuestro caminar hacia Dios y por lo

La oración es algo muy importante en nuestro caminar hacia Dios y por lo tanto hacia la perfección o santidad. Es importante y esencial; pero hay otros caminos también muy importantes que nos llevan a Dios, como son las bienaventuranzas y otros varios consejos que Jesús nos da en el evangelio. Por eso amplío esta parte y la llamo: «Camino a la perfección» . Esperemos que nos sirva para que todos caminemos firmes por él.

Lo primero que debemos decir es: que Dios quiere para cada uno de nosotros:

Lo primero que debemos decir es: que Dios quiere para cada uno de nosotros: no una medianía, sino la perfección, la santidad. El concilio Vaticano II habla con claridad de la llamada universal a la santidad, afirmando que nadie está excluido de ella. Así lo recoge el catecismo: «Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» . Y nos recuerda lo que decía Jesús: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48).

Hay textos de la Sagrada Escritura que para algunos podrían resultar dudosos, ya que

Hay textos de la Sagrada Escritura que para algunos podrían resultar dudosos, ya que no siempre se ha tenido el mismo concepto de santidad, ya que san Pablo solía llamar «santos» a todos los que estaban unidos con Jesucristo por medio del bautismo; pero lo importante es que han sido ratificados por la Iglesia en algún concilio de forma solemne. Así encontramos varios textos.

Ya en el Antiguo Testamento, como en el libro del Levítico, al enunciar los

Ya en el Antiguo Testamento, como en el libro del Levítico, al enunciar los mandamientos de Dios, se decían frases parecidas: «Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo» . Quizá «ser santos» entonces podía significar: cumplidores de la ley, un poco casi al estilo de los buenos fariseos. Pero lo importante es que san Pedro en su 1ª carta (1, 16) lo ratifica para que seamos santos de verdad.

Este texto de san Pedro conviene señalarle, porque pone de modelo al mismo Dios,

Este texto de san Pedro conviene señalarle, porque pone de modelo al mismo Dios, quien es el que verdaderamente nos llama a los cristianos a llevar una vida de santidad. O por lo menos a aspirar a ella. Dice así esta frase de san Pedro (o de un discípulo inspirado por Dios): «Lo mismo que es santo el que os llamó, sed santos también vosotros en toda vuestra conducta, porque está escrito: Seréis santos, porque yo soy santo» (1 Pe 1, 16).

San Pablo les dice a los Tesalonicenses (4, 3): «Esta es la voluntad de

San Pablo les dice a los Tesalonicenses (4, 3): «Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» . No es, por lo tanto, algo que se le ha ocurrido al apóstol, sino que es voluntad del Señor. – Cuando san Pablo está hablando de que Dios quiere nuestra santificación, no está pensando en aquellas personas a quienes estimamos mucho porque están en los altares. Más bien pensaba sólo en aquellos que viven dignamente, cumplen los propios deberes y evitan los vicios del mundo.

Uno de los textos más impresionantes de san Pablo, sobre lo que Dios quiere

Uno de los textos más impresionantes de san Pablo, sobre lo que Dios quiere para nosotros y de nosotros, está al comienzo de la carta a los Efesios, cuando dice: «Bendito sea Dios y padre de nuestro Señor Jesucristo (…), que en Él nos eligió antes de la constitución del mundo para que fuésemos santos e inmaculados ante Él, y nos predestinó en caridad a la adopción de hijos suyos por Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la que nos agració en el Amado» .

Supongo que todos entendemos que, cuando la Escritura o la Iglesia nos invitan a

Supongo que todos entendemos que, cuando la Escritura o la Iglesia nos invitan a ser santos o nos dice que todos estamos obligados a tender a la santidad, no se refiere a ser canonizados para estar en un altar. Eso sería imposible. Pero sí nos quiere santos de verdad. Como dice el papa Francisco: «Dios nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada» .

Este gran destino para nosotros es un signo de su gran amor. Nada desea

Este gran destino para nosotros es un signo de su gran amor. Nada desea Dios si no lo ama. Y si lo ama, Él lo desea. Y lo desea y nos ama desde antes de nacer. Por eso no debemos cansarnos en darle gracias por ese inmenso amor. Y el hecho de darle gracias debe significar que también nosotros deseamos amarle, que es lo principal en que consiste la santidad.

Automático ya me amabas Tú.

Automático ya me amabas Tú.

ya me amabas Tú.

ya me amabas Tú.

GRACIAS, SEÑOR, POR TU AMOR

GRACIAS, SEÑOR, POR TU AMOR

GRACIAS, SEÑOR, POR TU AMOR.

GRACIAS, SEÑOR, POR TU AMOR.

Antes de que yo naciera, ya me amabas Tú.

Antes de que yo naciera, ya me amabas Tú.

Antes de que yo te amara, ya me amabas Tú.

Antes de que yo te amara, ya me amabas Tú.

Gracias, Señor, por tu amor.

Gracias, Señor, por tu amor.

Gracias, Señor, por tu amor. Hacer CLIC

Gracias, Señor, por tu amor. Hacer CLIC

Todos los cristianos están obligados a aspirar a la perfección cristiana. Quiere decir todos

Todos los cristianos están obligados a aspirar a la perfección cristiana. Quiere decir todos los bautizados, ya que en el bautismo se recibe la gracia; pero se recibe como si fuese una semilla que está destinada a crecer y desarrollarse. Así que por el mismo hecho del bautismo se debe aspirar a la santidad. Hay algunos miembros de la Iglesia, como los sacerdotes y «religiosos» que tienen una obligación añadida, porque así lo han querido ellos por su sacramento o por sus votos.

Estamos obligados a aspirar a la perfección. No se trata de que estemos obligados

Estamos obligados a aspirar a la perfección. No se trata de que estemos obligados a ser perfectos ya al comienzo de la vida cristiana o en un momento determinado de la misma, sino tan sólo a aspirar positivamente a ella como a un fin que nos proponemos seriamente alcanzar algún día. Y no se trata sólo de permanecer en gracia, que ya sería bastante para muchos, sino de desarrollar de una manera eminente esa gracia con todas sus virtudes.

Cuando Jesucristo dijo: «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48)

Cuando Jesucristo dijo: «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48) estaba en el sermón de la montaña. Allí el evangelista está resumiendo las principales lecciones morales de Jesús para todos los que le han de seguir. Acababa de decir que en el amor no basta con amar a los amigos. Hay que amar a todos, como lo hace Dios. A Él es a quien debemos imitar. Si así lo hacemos, estamos llegando o por lo menos en camino a la perfección.

Esto que nos enseño Jesús, los apóstoles siguieron insistiendo en su enseñanza. San Pablo

Esto que nos enseño Jesús, los apóstoles siguieron insistiendo en su enseñanza. San Pablo dice que Dios nos ha elegido en Cristo «para que fuésemos santos e inmaculados ante El» ; que es preciso que nos esforcemos «hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, cual varones perfectos a la medida de la plenitud de Cristo» , ya que la voluntad de Dios es que nos santifiquemos todos: «Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación» .

Ya vimos sobre los textos de san Pedro en su primera carta y otros

Ya vimos sobre los textos de san Pedro en su primera carta y otros varios textos de san Pablo. Terminando la Biblia , en el libro del Apocalipsis, en el último capítulo se nos da una recomendación, que viene del mismo Señor a su apóstol: «Que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose» . Es el deseo de Dios: que sigamos aspirando a acercarnos a Él, que es el verdadero santo.

Así lo han entendido los Santos Padres antiguos y toda la Tradición de la

Así lo han entendido los Santos Padres antiguos y toda la Tradición de la Iglesia. Había un dicho antiguo en la Iglesia entre los que estudiaban el camino para ir hacia Dios, que decía: «En el camino de Dios el no ir adelante es volver atrás» . Esto está refrendado por la experiencia: Si uno, que ya ha ascendido bastante, cree que con eso está bien o que Dios ya puede estar contento con su vida, automáticamente comienza a bajar. Así es porque siempre hay que estar en ambiente de ascensión.

Todos los santos que han escrito algo sobre el proceso del espíritu hacia Dios,

Todos los santos que han escrito algo sobre el proceso del espíritu hacia Dios, acentúan esta nota del ascender continuo del alma hacia Dios. Uno de ellos que lo expresó con mucha claridad fue san Francisco de Sales. Se lo decía especialmente a unas religiosas; y por si hubiera alguna duda, el papa Pío XI, el 26 de Enero de 1923 publicó una encíclica sobre el santo y decía sobre el aspirar a la santidad: «Nadie juzgue que esto obliga únicamente a unos pocos selectísimos y que a los demás se les permite permanecer en un grado inferior de virtud. Están obligados a esta ley absolutamente todos sin excepción» .

Esta ha sido la mentalidad de la Iglesia Católica hasta quedar plasmada en la

Esta ha sido la mentalidad de la Iglesia Católica hasta quedar plasmada en la fórmula que presenta el Catecismo: “Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (LG 40). Todos son llamados a la santidad: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48). Por lo tanto, si estamos llamados a la santidad, debemos aspirar a ella.

El Concilio y el Catecismo ponen casi como sinónimos: santidad y Caridad. Para el

El Concilio y el Catecismo ponen casi como sinónimos: santidad y Caridad. Para el próximo tema veremos más la unión entre santidad y caridad. Ahora lo que nos interesa saber o recordar es que, si es obligatorio el aspirar a la santidad es porque siempre hemos sabido que es obligatorio el precepto de amar a Dios y amar al prójimo, como vimos al tratar de la virtud de la Caridad.

Ahora bien; la caridad no se nos manda tenerla sólo hasta un determinado límite

Ahora bien; la caridad no se nos manda tenerla sólo hasta un determinado límite o grado, más allá del cual pase a ser cosa de consejo, sino en toda su extensión, como Jesucristo nos lo recordó y repitió lo que ya se había dicho en el Antiguo Testamento: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas» . Y Jesús añadió: «Y al prójimo como a ti mismo» .

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con todo el corazón ,

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con toda el alma,

con toda el alma,

con todas las fuerzas.

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Amarás al Señor, tu Dios,

Amarás al Señor, tu Dios,

con todo el corazón,

con todo el corazón,

con toda el alma,

con toda el alma,

con todas las fuerzas.

con todas las fuerzas.

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El hecho de que sea obligatorio aspirar a la santidad, no quiere decir que

El hecho de que sea obligatorio aspirar a la santidad, no quiere decir que cometa pecado quien no haya llegado todavía a su plena perfección. Entonces todos estaríamos más o menos en dicho pecado. Lo importante es que camine hacia dicha perfección y posea la caridad al menos en su ínfimo grado, que consiste en no amar cosa alguna más que a Dios, ni contra Dios, ni tanto como a Dios. Sólo el que no ha alcanzado este grado ínfimo quebranta gravemente el precepto de la perfección.

Se trata de un fin al cual hay que tender. De manera que el

Se trata de un fin al cual hay que tender. De manera que el que de un modo consciente y deliberado tomase la determinación de no progresar más, contentándose con la perfección ínfima (simple estado de gracia), quebrantaría, sin duda alguna, el precepto de la perfección.

Quizá este precepto le parezca a alguno como si fuese algo nuevo de lo

Quizá este precepto le parezca a alguno como si fuese algo nuevo de lo cual antes no se hablaba. El hecho es que todos los cristianos estamos obligados a amar a Dios sobre todas las cosas, lo cual significa tender a la perfección al menos de una manera general con los medios a su alcance según su estado.

Además de esta obligación general para todos los bautizados, el religioso, quien hace votos

Además de esta obligación general para todos los bautizados, el religioso, quien hace votos en una congregación religiosa contrae otra obligación especial en virtud de su misma profesión religiosa, que le obliga a tender a la perfección propiamente dicha por la práctica de los consejos evangélicos en la forma determinada por su regla y constituciones.

El sacerdote secular, aunque no está constituido en estado canónico de perfección, que es

El sacerdote secular, aunque no está constituido en estado canónico de perfección, que es como de forma técnica y oficial, está obligado, en virtud de su ordenación sacerdotal y de su oficio ministerial, a tender a la perfección propiamente dicha, en la que debe sobresalir más que el religioso no sacerdote. Quiere decir que su pecado es mayor que el de un seglar.

Cuando estudiábamos todo lo concerniente a la virtud de la Caridad, veíamos muchos grados,

Cuando estudiábamos todo lo concerniente a la virtud de la Caridad, veíamos muchos grados, alguno de un valor espiritual tan grande que uno podría decir que quien lo cumple es un santo. Es que la perfección de la caridad coincide prácticamente con la perfección cristiana. Por lo tanto los grados de ésta serán los mismos que los grados de la caridad. Hay que aspirar a lo máximo para no estancarse.

La santidad cristiana no es fácil; pero es la voluntad de Dios manifiesta en

La santidad cristiana no es fácil; pero es la voluntad de Dios manifiesta en muchos aspectos de nuestra vida y dada a conocer por Dios que se hizo hombre, no para que vivamos en una medianía, sino para aspirar a acercarnos plenamente a Él en esta vida y poder tener la mayor felicidad a la que podamos aspirar. Esto nos llevará al encuentro con Él y al servicio abnegado al hermano. ¿Difícil? Como todas las cosas de nuestra religión.

Sería no sólo difícil, sino imposible, si sólo contáramos con nuestros medios. Pero con

Sería no sólo difícil, sino imposible, si sólo contáramos con nuestros medios. Pero con la vocación cristiana Dios da a todos y cada uno gracia suficiente para la santidad. Por eso espera de todos la respuesta y la exige. Con esto no se pretende canonizar a todos. Perdería sentido la canonización. Dios quiere y necesita la santidad real de todos. De poco sirve a un grupo, a una nación, a un instituto gloriarse de tener un gran santo en su historia, si la santidad no es el clima general.

Si no nos santificamos aquí, nos tendremos que santificar en la otra vida, en

Si no nos santificamos aquí, nos tendremos que santificar en la otra vida, en el Purgatorio, que será mucho más terrible que todo lo que podamos pasar aquí.

¡Ánimo! Tenemos muchos medios, como iremos viendo en temas sucesivos. Dios nos ayuda. Pongamos

¡Ánimo! Tenemos muchos medios, como iremos viendo en temas sucesivos. Dios nos ayuda. Pongamos nuestra confianza en el Señor, no en las cosas mundanas. Así que, alma mía, descansa sólo en Dios, porque El es nuestra salvación, nuestro refugio. Dios nos ama.

Automático

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descansa sólo en Dios,

descansa sólo en Dios,

descansa sólo en Él.

descansa sólo en Él.

Sólo en Dios descansa mi alma,

Sólo en Dios descansa mi alma,

de Él viene mi salvación

de Él viene mi salvación

Sólo Él es mi refugio,

Sólo Él es mi refugio,

mi baluarte, no he de vacilar.

mi baluarte, no he de vacilar.

la reservas a quienes te aman,

la reservas a quienes te aman,

la brindas a los que a Ti se acogen,

la brindas a los que a Ti se acogen,

aquellos que esperan en Ti.

aquellos que esperan en Ti.

Descansa sólo en Dios, alma mía,

Descansa sólo en Dios, alma mía,

Unidos con María, la Madre. AMÉN

Unidos con María, la Madre. AMÉN