QUINTO MANDAMIENTO NO MATARS La vida humana ha

QUINTO MANDAMIENTO: NO MATARÁS La vida humana ha de ser respetada porque es sagrada.

A nadie le es destruir dire mente a un s humano inoc porque es gravemente contrario la persona y a la santidad del Creador.

Con la legítima defensa se toma la opción de defenderse y se valora el derecho a la vida, propia o del otro, no la opción de m

Las penas impuesta autoridad pública, tener como objetiv el desorden introd la culpa, defender el orden público y la seguridad de las personas y contribuir a la correcc

El quinto mandamiento prohíbe, como gravemente contrarios a la ley moral: el homicidio y la cooperación al mismo, el aborto directo.

La eutanasia. El suicidio y la cooperación voluntaria al mismo.

Los cuidados o a una persona e no pueden ser legítimamente interrumpidos. Sin legítimos el uso de analgésicos, y la renuncia a tratam médicos desproporcionados y sin esperanza razonable de resultado

La sociedad debe proteger a t

El escándalo consiste a otro a obrar el mal. Si se induce a otros a gravemente, se come culpa grave.

Ha de evitarse el uso de drogas y también el abuso de los alimentos, del alcohol, del tabaco y de los medicamentos.

Las experimentacione sobre las personas hu moralmente legítima al servicio del bien in la persona y la socied riesgos desproporcionados para la vida y la integridad física y psíquica de los sujetos.

El trasplante de órganos es moralmente aceptable con el consentimiento del donante y sin riesgos para él.

Para el noble act la donación de ó después de la mu hay que contar c plena certeza de muerte real del donante.

Son prácticas contrarias a la integridad corporal de la persona: los secuestros de personas y la toma de rehenes, el terrori la tortura , la viole la esterilización di

Las amputaciones y mutilaciones de un persona están mor permitidas sólo par indispensables fine terapéuticos de las

Los moribundos tienen derecho a vivir con dignidad los últimos momentos de su vida terrena, sobre todo con la ayuda de la oració sacramentos.

Los cuerpos d difuntos debe tratados con r y caridad. la cremación de los mismos está permitida, si se hace sin poner en cuestión la fe en la Resurrección de los cuerpos.

El Señor que proclama “bienave que construyen la paz” ( Mt. 5, 9 paz del corazón.

Y denuncia la inmoralidad d que es el dese venganza por recibido, y de que lleva a desear el mal al prójimo.

Estos comporta si son voluntario consentidos en gran importanc pecados graves la caridad. La paz en la tierra es imagen y fruto de la paz de Cristo.

El uso de la fuerza militar está moralmente justificado con las siguientes condiciones: certeza de que e causado por el a es duradero y gr

la ineficacia de toda alternativa pacífica; fundadas posibilidades de éxito en la acción defensiva y ausencia de males a dado el poder de los modernos de destru

Se debe hacer todo lo razonablemente posible para evitar a toda costa la guerra.