Hey enfermera gracias Avance manual Hey enfermera Era

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“Hey enfermera… gracias” Avance manual.

“Hey enfermera… gracias” Avance manual.

“¡Hey, enfermera!” Era la voz de un hombre, fuerte y ruda, que venía de

“¡Hey, enfermera!” Era la voz de un hombre, fuerte y ruda, que venía de la habitación 254. En ese momento me encontraba tomando un atajo por la unidad de telemetría después de otro día de mucha actividad en la unidad de cuidados intensivos. Estos no eran mis pacientes, así que seguí caminando.

“Usted, la rubia” Me detuve y miré alrededor. No había otra enfermera a la

“Usted, la rubia” Me detuve y miré alrededor. No había otra enfermera a la vista, así que me dirigí a la puerta de la habitación 254 y miré adentro. Un hombre corpulento con cara grande y amistosa estaba sentado en la cama. Habló antes de que yo tuviera oportunidad de abrir la boca.

“¿Se acuerda de mi? Usted fue mi enfermera en el cuarto piso”. “Lo siento,

“¿Se acuerda de mi? Usted fue mi enfermera en el cuarto piso”. “Lo siento, señor, pero yo trabajo en la unidad de cuidaos intensivos. Quizá me confunde con otra persona”. Sonreí, le deseé una buena tarde y volteé para seguir mi camino, pero su estruendosa voz me detuvo de nuevo.

“No, espere un minuto”, y empezó a chasquear los dedos. “Su nombre es…oh, déjeme

“No, espere un minuto”, y empezó a chasquear los dedos. “Su nombre es…oh, déjeme pensar…” Lo vi mirando al techo, con una ligera sonrisa en el rostro. Entonces me miró fijamente. “Jackie, ¿correcto? Usted tiene una larga cola de cabello. ¿ no es verdad?

Enmudecí de momento. “Si”, respondí, tocándome el pecho para asegurarme de que me había

Enmudecí de momento. “Si”, respondí, tocándome el pecho para asegurarme de que me había quitado el gafete, y si lo había hecho. Extendí el brazo hacia atrás y me toqué la trenza fuertemente apretada en la cabeza. Entonces estudié su rostro buscando algo que me pudiera refrescar la memoria. Sus ojos eran fríos azules y brillantes. El cabello rizado de color sal y pimienta enmarcaban su rostro.

“Lo siento, yo no trabajo en el cuarto piso, y sencillamente no me acuerdo

“Lo siento, yo no trabajo en el cuarto piso, y sencillamente no me acuerdo de usted” “Está bien, Jackie. Sólo me da gusto volverla a ver. Usted entró a mi habitación hace unas tres semanas. Mi corazón se había detenido y usted puso esas paletas sobre mi pecho. La recuerdo gritando todos esos términos técnicos, pidiendo a todo mundo que dejara libre el camino.

Entonces tomó las paletas y con una sacudida me regresó a la vida. De

Entonces tomó las paletas y con una sacudida me regresó a la vida. De pronto lo recordé. Yo estuve en su habitación por algún asunto que había olvidado. Entonces se le veía diferente. No respondía, las pupilas estaban dilatadas y el rostro azul. “¿ Quién le dijo que yo le ayudé ese día? ”, le pregunté con curiosidad, entrando a su habitación.

Se rió y volvió a mirar hacia arriba, al techo. “Nadie me lo dijo.

Se rió y volvió a mirar hacia arriba, al techo. “Nadie me lo dijo. Yo estaba allá arriba observándola, así fue como vi su cola de caballo larga y rubia. Cuando usted volteo hacia el monitor, miré su hermosos rostro. Me da tanto gusto volverla a ver”. Bajó de nuevo la vista hacia mí, sin sonreír. Pude ver que luchaba con sus emociones.

“Quería darle las gracias, muchas gracias…” Ahora, cada vez que paso por la habitación

“Quería darle las gracias, muchas gracias…” Ahora, cada vez que paso por la habitación 254, un cálido sentimiento invade mi interior. Me siento agradecida por el atajo que tomé ese día y por haber contestado a ese llamado de: “Hey enfermera”.

Autor: Jacqueline Zabresky, enfermera. Fuente: Libro Caldo de Pollo Para el Alma 5 ta.

Autor: Jacqueline Zabresky, enfermera. Fuente: Libro Caldo de Pollo Para el Alma 5 ta. Ración. Música: Clayderma: háblame de amor Vistas: Wallpapers taringa. Diseño: Santos L. C.

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