Aunque como ya se ha advertido hay antecedentes

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Aunque como ya se ha advertido, hay antecedentes en distintas épocas y países, el

Aunque como ya se ha advertido, hay antecedentes en distintas épocas y países, el impresionismo como escuela puede decirse que nació en Francia, cuando un grupo de pintores empezó a interesarse en los problemas de la luz y quiso aplicarlos a sus pinturas, formulando unas reglas que pueden definirse así: El pintor debe pintar lo que ve, la sensación que reciben sus ojos, aunque sepa que las cosas son de otra manera a como las percibe. Es la impresión visual lo que hay que transmitir. Las cosas no tienen color propio, sino que es la luz la que lo engendra y presenta como una apariencia real. Por tanto la luz, las condiciones con que se produce, influirán decisivamente en el aspecto sensible de las cosas. La atmósfera, el día, la estación, etc. . cambian los colores, de tal modo que las cosas no son iguales a sí mismas en ningún momento. Los colores, modulados y desdoblados en matices y tonos más claros o más oscuros, sirven para sugerir la forma de los objetivos y la distancia. La línea, el contorno cerrado y bien perfilado, no tienen sentido para los impresionistas. En la naturaleza no existe el negro, por lo que las sombras más oscuras tendrán cierto grado de claridad, proveniente de los reflejos de las cosas circundantes y del aire atmosférico que las envuelve. El efecto general será, pues, de gran claridad. Por virtud de las leyes de complementariedad, las partes no iluminadas directamente tendrán tonalidades violetas. Los efectos luminosos, por lo tanto, se basarán en el contraste binario: amarillo-morado. Para lograr la limpia intensidad de la luz real, los colores no se mezclan en la paleta, sino que se aplican separadamente buscando el tono adecuado por medio de la combinación óptica. De aquí que los impresionistas trabajasen con una serie de colores limitada a los del espectro solar, o sea, rojos, amarillos, violetas, azules y, en menos proporción, el blanco.

Movimiento pictórico francés de finales del siglo XIX que apareció como reacción contra el

Movimiento pictórico francés de finales del siglo XIX que apareció como reacción contra el arte académico. El movimiento impresionista se considera el punto de partida del arte contemporáneo. Por extensión, el término también se aplicó a un determinado estilo musical de principios del siglo XX. Camille Pizarro

Bridgeman Art Library, London/New York Jeanne Samary Auguste Renoir retrató en 1879 a la

Bridgeman Art Library, London/New York Jeanne Samary Auguste Renoir retrató en 1879 a la actriz francesa Jeanne Samary. Aunque el artista se adscribió al movimiento impresionista, su obra es más conservadora que la del resto de sus correligionarios. Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 2003. © 1993 -2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. Renoir El impresionismo en pintura partió del desacuerdo con los temas clásicos y con las encorsetadas fórmulas artísticas preconizadas por la Academia Francesa de Bellas Artes. La Academia fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales del Salón parisino. Los impresionistas, en cambio, escogieron la pintura al aire libre y los temas de la vida cotidiana. Su primer objetivo fue conseguir una representación del mundo espontánea y directa, y para ello se centraron en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos. Las figuras principales del movimiento fueron: Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley.

Los impresionistas se preocuparon más por captar la incidencia de la luz sobre el

Los impresionistas se preocuparon más por captar la incidencia de la luz sobre el objeto que por la exacta representación de sus formas, debido a que la luz tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra. Los pintores académicos definían las formas mediante una gradación tonal, utilizando el negro y el marrón para las sombras. Los impresionistas eliminaron los detalles minuciosos y tan sólo sugirieron las formas, empleando para ello los colores primarios —cyan, magenta y amarillo— y los complementarios — naranja, verde y violeta—. Consiguieron ofrecer una ilusión de realidad aplicando directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y yuxtapuestas, que mezcladas por la retina del observador desde una distancia óptima aumentaban la luminosidad mediante el contraste de un color primario (como el magenta) con su complementario (verde). De este modo, los impresionistas lograron una mayor brillantez en sus pinturas que la que se produce normalmente al mezclar los pigmentos antes de aplicarlos.

“Impresión al amanecer” / Claude Monet

“Impresión al amanecer” / Claude Monet

“El bar del Folies Bergere”/ Edouart Manet

“El bar del Folies Bergere”/ Edouart Manet

“La merienda campestre” / Edouart Manet

“La merienda campestre” / Edouart Manet

“Parasol” / Claude Monet

“Parasol” / Claude Monet

“Le mouline de la galliet” / Renoir

“Le mouline de la galliet” / Renoir