Verdes prados de mi tierra tan hermosos y

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Verdes prados de mi tierra tan hermosos y pujantes, limpios siempre de maleza donde

Verdes prados de mi tierra tan hermosos y pujantes, limpios siempre de maleza donde crecían perales. Entre el mar y la montaña rodeada de frutales estaba mi casa, blanca, junto a una fuente abundante.

Agua fresca y cristalina que al correr entre las piedras dejaba una melodía como

Agua fresca y cristalina que al correr entre las piedras dejaba una melodía como un vals entre la hierba. Debajo de los frutales yo sesteaba al mediodía igual que los recentales retozantes de alegría.

¿Cómo olvidar los paisajes donde transcurrió mi infancia? Más tarde crucé los mares y

¿Cómo olvidar los paisajes donde transcurrió mi infancia? Más tarde crucé los mares y otra tierra fue mi patria. Junto a aquella casa linda en el huerto sembré sueños por si regresara un día poder sestear en el heno.

He vuelto junto a la fuente donde abrevan las ovejas todos los atardeceres y

He vuelto junto a la fuente donde abrevan las ovejas todos los atardeceres y crecen enredaderas. La casa está sin tejado y cuatro trancos por puerta guardan seguro al ganado de noche y en las tormentas.

Hay abundante maleza y un enorme deterioro, pero antes de primavera no quedará ni

Hay abundante maleza y un enorme deterioro, pero antes de primavera no quedará ni un abrojo. Sembraré la hierbabuena, tulipanes y otras flores, algo de albahaca y menta, y cantarán ruiseñores.

Arreglaré bien la casa, buscaré los sueños viejos y con música del agua inauguraré

Arreglaré bien la casa, buscaré los sueños viejos y con música del agua inauguraré un vals nuevo. Haré un brindis a la vida al llegar la primavera, un brindis con alegría por volver a ver mi tierra.

Volver en primavera Verdes prados de mi tierra tan hermosos y pujantes, limpios siempre

Volver en primavera Verdes prados de mi tierra tan hermosos y pujantes, limpios siempre de maleza donde crecían perales. Entre el mar y la montaña rodeada de frutales estaba mi casa, blanca, junto a una fuente abundante. Agua fresca y cristalina que al correr entre las piedras dejaba una melodía como un vals entre la hierba. Debajo de los frutales yo sesteaba al mediodía igual que los recentales retozantes de alegría. ¿Cómo olvidar los paisajes donde transcurrió mi infancia? Más tarde crucé los mares y otra tierra fue mi patria. Junto a aquella casa linda en el huerto sembré sueños por si regresara un día poder sestear en el heno. He vuelto junto a la fuente donde abrevan las ovejas todos los atardeceres y crecen enredaderas. La casa está sin tejado y cuatro trancos por puerta guardan seguro al ganado de noche y en las tormentas. Hay abundante maleza y un enorme deterioro, pero antes de primavera no quedará ni un abrojo. Sembraré la hierbabuena, tulipanes y otras flores, algo de albahaca y menta, y cantarán ruiseñores. Arreglaré bien la casa, buscaré los sueños viejos y con música del agua inauguraré un vals nuevo. Haré un brindis a la vida al llegar la primavera, un brindis con alegría por volver a ver mi tierra. Juan Manuel del Río