MiguelA Si me voy a morir quiero hacerlo

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Miguel-A. ¡Si me voy a morir, quiero hacerlo sintiéndome mujer! ¿Alguien se atreve? “Sexes

Miguel-A. ¡Si me voy a morir, quiero hacerlo sintiéndome mujer! ¿Alguien se atreve? “Sexes War” 163 seg. (Los tres Sudaméricanos)

En la sala de espera del aeropuerto de Brasilia, suenan los altavoces llamando al

En la sala de espera del aeropuerto de Brasilia, suenan los altavoces llamando al embarque para el vuelo 502 con destino a Miami.

En el trayecto, el avión se ve involucrado en una peligrosa tormenta. Entre lluvia,

En el trayecto, el avión se ve involucrado en una peligrosa tormenta. Entre lluvia, viento, truenos, y relámpagos, el aparato se balancea, ostensiblemente, una y otra vez.

Los pasajeros gritan, aterrados, convencidos de que el avión se va a estrellar, y

Los pasajeros gritan, aterrados, convencidos de que el avión se va a estrellar, y que su muerte ya es inminente.

País de locos

País de locos

En medio de la sacudida, una joven mujer, extremadamente atractiva, se desabrocha el cinturón,

En medio de la sacudida, una joven mujer, extremadamente atractiva, se desabrocha el cinturón, sale al pasillo, y grita: - ¡Ya no aguanto más esta presión! No pienso quedarme aquí sentada mientras muero como un animal. ¡Si me voy a morir, quiero hacerlo sintiéndome mujer! ¿Quién de los aquí presentes se siente lo suficientemente hombre como para olvidar la desgracia en la que nos encontramos, y hacerme sentir mujer? .

Entonces, se levanta un hombre alto, bien parecido, y musculoso. Y sonriendo, empieza a

Entonces, se levanta un hombre alto, bien parecido, y musculoso. Y sonriendo, empieza a caminar con lentitud hacia la mujer, y, mientras lo hace, se quita la camisa pausadamente, cual si simulara un striptease. La mujer queda sorprendida ante su impresionante busto. . . sus enormes biceps. . . sus poderosos pectorales. . . y sus impresionantes músculos.

El hombre se detiene ante la mujer, mientras mueve en la mano la camisa

El hombre se detiene ante la mujer, mientras mueve en la mano la camisa de forma erótica. Luego, entrega la camisa a la mujer, y le dice: - ¡Toma, plánchamela!.