Hoy llueve Llueve en la calma de lo

Hoy llueve. Llueve en la calma de lo triste y en armonía con el cielo otoñal que cubre mis nostalgias. Llueve cuando se fue el verano y añoro lo pasado.

Rayaba el día de aquella gozosa primavera y yo lo vi.

Estaba allí en aquella feliz encrucijada, pero mirándome a los ojos desplegó las alas, emprendió el vuelo y me dijo adiós.

Atrás quedaron las solitarias cumbres y mi eterna soledad. ¡Ay, si yo también sintiese el anhelante deseo de encontrar la Verdad!

Pasaron lunas, se hicieron soles y llegó otro día de una nueva primavera.

Soplaba la brisa del sur y aquél judío, cautivo y maniatado, fue trasladado hasta una extensa balconada desde la que sus acusadores podrían seguir el curso del procedimiento.

<<¿Eres tú el rey de los judíos? >> - preguntó Pilato-. <<Tú lo dices>> -contestó Jesús-.

Una sonora protesta se elevó desde la explanada del pretorio. Los sacerdotes y los ancianos, pugnando por ser los primeros, le increpaban acusándole pero Jesús no contestó.

Ante su actitud Pilato le volvió a preguntar: <<¿Eres tú el rey de los judíos? >>.

<<Mi reino no es de este mundo. Si así fuese, mi gente habría combatido para que no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no está aquí>>.

<<Entonces, ¡eres rey!>> -sentenció el prefecto romano y gobernador de Judea-.

<<Tú dices que lo soy. Por eso nací, para dar testimonio de la Verdad. Porque todo el que es de la Verdad, escucha mi voz>>

Era viernes, 14 de Nisán del año 33, en la fortaleza circunstancial de Poncio Pilato durante la Pascua, situada en la Torre Antonia de la explanada del Templo.

Y allí aquél cóndor, sorprendido, se olvidó de besar las nubes y descubrió la esencia de la Verdad.

La Verdad. Hoy llueve. Llueve en la calma de lo triste y en armonía con el lívido cielo otoñal que cubre mis nostalgias. Llueve cuando se fue el verano y añoro lo pasado. Rayaba el día de aquella gozosa primavera y yo lo vi. Estaba allí en aquella feliz encrucijada, pero mirándome a los ojos desplegó las alas, emprendió el vuelo y me dijo adiós. Atrás quedaron las solitarias cumbres y mi eterna soledad. ¡Ay, si yo también sintiese el anhelante deseo de encontrar la Verdad! Pasaron lunas, se hicieron soles y llegó otro día de una nueva primavera. Soplaba la brisa del sur y aquél judío, cautivo y maniatado, fue trasladado hasta una extensa balconada desde la que sus acusadores podrían seguir el curso del procedimiento. <<¿Eres tú el rey de los judíos? >> -preguntó Pilato-. <<Tú lo dices>> -contestó Jesús-.

Una sonora protesta se elevó desde la explanada del pretorio. Los sacerdotes y los ancianos, pugnando por ser los primeros, le increpaban acusándole pero Jesús no contestó. Ante su actitud Pilato le volvió a preguntar: <<¿Eres tú el rey de los judíos? >>. <<Mi reino no es de este mundo. Si así fuese, mi gente habría combatido para que no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no está aquí>> <<Entonces, ¡eres rey!>> -sentenció el prefecto romano y gobernador de Judea-. <<Tú dices que lo soy. Por eso nací, para dar testimonio de la Verdad. Porque todo el que es de la Verdad, escucha mi voz>>. Era viernes, 14 de Nisán del año 33, en la fortaleza circunstancial de Poncio Pilato durante la Pascua, situada en la Torre Antonia de la explanada del Templo. Y allí aquél cóndor, sorprendido, se olvidó de besar las nubes y descubrió la esencia de la Verdad.

LA VERDAD. Texto y composición: pedro martínez borrego. Imágenes: Internet. Tema musical: El cóndor pasa - Fausto Papetti. Esta reproducción; Vitanoble Powerpoints