Tienda de mascotas 144 seg MiguelA sta es

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“Tienda de mascotas” 144 seg Miguel-A.

“Tienda de mascotas” 144 seg Miguel-A.

Ésta es una versión, a mi manera, de una presentación titulada “Historia de perritos”.

Ésta es una versión, a mi manera, de una presentación titulada “Historia de perritos”. Abundan en internet los archivos. pps de tipo moralizante. El efecto en el receptor, ideologías aparte, depende del momento y circunstancias que estemos viviendo. Este mismo. pps, a primera vista, puede parecer un tanto sentimentaloide, infantil, y meloso. Ciertamente, cada uno lo verá de forma distinta. Confieso que, tras una larga enfermedad discapacitante nacida en la adolescencia, me ha sacado una lágrima. Sin embargo, no tengo intereses moralizantes: Cada cual que interprete la presentación como crea conveniente.

El dueño de la tienda de mascotas había colocado un anuncio en la puerta.

El dueño de la tienda de mascotas había colocado un anuncio en la puerta. Con letras grandes, se podía leer: "¡Cachorritos en venta!". Esta clase de anuncios siempre atraen a los niños. Enseguida apareció un muchacho en la tienda para preguntar: - ¿Cuál es el precio de los perritos? . - Entre 40 y 50 euros respondió el dueño.

El niño metió la mano en su bolsillo, y sacó unas monedas. - Sólo

El niño metió la mano en su bolsillo, y sacó unas monedas. - Sólo tengo 27 euros. ¿Puedo verlos? . - ¡Por supuesto!. El hombre entró en la trastienda, y volvió seguido por cinco perritos.

Uno de los cachorros se quedaba atrás. El niño, inmediatamente, señaló al cachorro rezagado,

Uno de los cachorros se quedaba atrás. El niño, inmediatamente, señaló al cachorro rezagado, que cojeaba, y preguntó: - ¿Qué le pasa a ese perrito? . El hombre le explicó que tenía una cadera defectuosa, y cojearía el resto de su vida. - ¡Ése es el perrito que quiero comprar! -afirmó el niño.

El hombre replicó: - No, hijo. No puedo venderte ese cachorro. ¡Si lo quieres,

El hombre replicó: - No, hijo. No puedo venderte ese cachorro. ¡Si lo quieres, te lo regalo!. El niño se disgustó, y mirando a los ojos al hombre, le dijo: - No. Yo no quiero que me lo regale. Vale tanto como los otros perritos, y le pagaré el precio completo. Hoy le daré mis 27 euros, y mañana le traigo los 13 restantes.

- ¡Tú no querrás comprar ese perrito, hijo! -contestó el hombre-. Nunca será capaz

- ¡Tú no querrás comprar ese perrito, hijo! -contestó el hombre-. Nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los demás. El niño se agachó, y levantó la pernera de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, retorcida, y sujetada por un aparato de metal. Miró de nuevo al hombre, y le dijo: - Bueno, yo no puedo correr tampoco, y el perrito necesitará a alguien que pueda entenderlo.

El hombre se mordió los labios, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió,

El hombre se mordió los labios, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió, y dijo: - ¡Hijo, espero que cada uno de los otros cuatro cachorritos tenga un dueño tan bondadoso como tú!.

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y quiera de forma incondicional. ¡Un verdadero amigo es aquel que llega, cuando el resto del mundo se ha ido!.