Sagrada Familia Ciclo C Hogar de amor y

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Sagrada Familia. Ciclo C Hogar de amor y crecimiento Bendice a nuestra familia con

Sagrada Familia. Ciclo C Hogar de amor y crecimiento Bendice a nuestra familia con la luz de tu presencia para que sea lugar de comunicación y de entrega, de servicio y de generosidad, de fidelidad a toda prueba. Bendice a nuestra familia con el don de tu fortaleza para que ninguna dificultad la divida y la venza, para que podamos resolver con acierto los problemas, para que la unidad sea nuestro horizonte y nuestra meta. Bendice a nuestra familia con el amor que tu nos muestras para que el respeto y el cariño estén presentes en ella, para que la escucha y la sensibilidad nunca desaparezcan. Bendice a nuestra familia con la gracia de tu paciencia para respetar los ritmos de crecimiento de las personas que la integran, para saber corregir con cariño y sin dureza, para dar nuevas oportunidades a quien se equivoca y se aleja. Bendice a nuestra familia con la alegría de tenerte cerca. Perdón, Señor… - Por mi falta de escucha y atención a mis seres queridos. - Por manifestarles pocas muestras de cariño. - Por no saber valorar y agradecer todos los detalles que tienen conmigo. - Por desentenderme de responsabilidades y compromisos. **************** Ponemos en tus manos, Señor, a las familias que más te necesitan… § las que están al borde de la ruptura, para que puedan recuperar su relación. § las que viven en la pobreza, para que les ayudemos con nuestra solidaridad y colaboración. § las que tienen que cuidar enfermos, para que les des fortaleza en su difícil situación. § las que han perdido algún ser querido, para que les consueles en su dolor. § las que están divididas, para que no desarrollen actitudes de odio y rencor. § las que viven relaciones rutinarias para que reavives en ellas el fuego del amor. § las que han perdido el sentido y la orientación en la vida, para que les descubras su vocación y su misión. Misión País - Y La Palabra Se Hizo Carne https: //youtu. be/Ux 9 di. MR 7 gd. M El evangelio de este día nos presenta a la familia de Jesús como una familia sencilla e integrada en la realidad de su tiempo: cumple con las obligaciones y los deberes religiosos, y así quiere transmitírselos a su hijo. Una familia que también tiene que afrontar los desencuentros y las situaciones en las que no todo es color de rosa. Jesús, en proceso de crecimiento va descubriendo su identidad: contraposición de dos fidelidades y dos pertenencias. A Dios y a la familia humana. Hoy es un buen día para pedir a la Sagrada Familia que nos ayude a descubrir los elementos importantes para consolidar los vínculos de unión en la familia, para hacer de ella… § ESPACIO DE AMOR Y DE CONVIVENCIA. En la familia nos sentimos amados, acogidos, reconocidos, valorados… Buscando lo que une, lo que crea comunión, respetando la personalidad de cada miembro. Cada uno tenemos nuestro carácter, nuestras cualidades, gustos y aficiones, proyectos personales y profesionales… Cada uno tenemos nuestra vocación y misión. Desde el cariño y el respeto, cultivar lo que ayuda a alimentar el amor y la convivencia. Buscar espacios donde uno pueda expresar el cariño y el agradecimiento, donde se valoren los gestos sencillos y pequeños, donde se trabaje para alimentar el amor que nos tenemos… ¿Cómo expreso el amor, cariño, reconocimiento… hacia los miembros de mi familia? ¿Qué puedo hacer para mejorar la convivencia? § LUGAR DE ESCUCHA Y DE DIÁLOGO. Para conocer lo que el otro piensa, siente, desea, necesita… Para aceptar y comprender, para apoyar y ayudar, para corregir y consolar… Para buscar caminos comunes que nos orienten hacia la meta queremos alcanzar. También para escuchar juntos la voluntad de Dios y lo que Él nos quiere comunicar. Estar en diálogo con Él mediante la oración en familia como medio importante para el discernimiento y la clarificación. ¿Qué lugar ocupa la escucha y el diálogo en nuestras relaciones familiares? ¿Qué me ayuda y qué me crea dificultad? ¿En qué podemos mejorar? § ÁMBITO DE CRECIMIENTO Y MADURACIÓN. En familia vamos desarrollando nuestras cualidades y dones, vamos consolidando nuestra personalidad, vamos haciendo opciones y tomando decisiones. Necesitamos el apoyo, la ayuda, el reconocimiento, la comprensión de quienes viven con nosotros. Vamos creciendo también: aprendiendo de nuestros errores, encajando nuestros fracasos, respondiendo a nuestros interrogantes, asumiendo los compromisos necesarios, reconociendo ofensas, perdonando cuando alguien nos hace daño… Hoy es un buen día… para agradecer a Dios la familia a la que pertenecemos, lo mucho que nos aporta y nos ha aportado; para pedir perdón porque no siempre hacemos todo lo que está en nuestras manos para fortalecerla; para comprometernos en construirla… Gracias, Señor… Por nuestros padres que hicieron de nuestra casa roca firme, que no se hundió cuando arreciaban los vientos Por su entrega y dedicación olvidados de su descanso, sacrificando su vida; porque nos enseñaron a amar amando; que nos iluminaron, exigieron y gratificaron. Por los hermanos, con los que aprendimos a jugar y a compartir, a veces a llorar, con los quedamos unidos para siempre. Por los abuelos, bondad personificada, todo regalo y comprensión, todo perdón y paciencia, laboriosidad extrema, gratuidad. Por los otros parientes, los tíos y los primos, tan agradables y divertidos, que enriquecían las reuniones y los encuentros. Por todos los que entraban y salían en la casa, que la oxigenaban y agrandaban. Por todos los que nos han ayudado a crecer: en la fe, en la cultura, en la alegría. . . Gracias, familia toda; gracias, familias todas; gracias, Señor, por la familia.

Lectura del libro del Eclesiástico (3, 2 -6. 12 -14): Dios hace al padre

Lectura del libro del Eclesiástico (3, 2 -6. 12 -14): Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados. Salmo 127, 1 -2. 3. 4 -5 R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3, 12 -21):

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3, 12 -21): Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2, 41 -52) Los padres de Jesús

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2, 41 -52) Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. » Él les contestó: « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? » Pero ellos no comprendieron lo quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.