La Hormiga y la Cigarra MiguelA La Hormiga

  • Slides: 7
Download presentation
“La Hormiga y la Cigarra” Miguel-A.

“La Hormiga y la Cigarra” Miguel-A.

“La Hormiga y la Cigarra” (Versión revisada). (Antes de leer esta historia, recordemos que

“La Hormiga y la Cigarra” (Versión revisada). (Antes de leer esta historia, recordemos que el escritor francés Lafontaine fue el autor de la fábula de "La Hormiga y la Cigarra”).

Éranse una vez. . . una hormiguita y una cigarra, que eran muy amigas.

Éranse una vez. . . una hormiguita y una cigarra, que eran muy amigas. Durante todo el verano y el otoño la hormiguita trabajó sin parar, almacenando la mayor cantidad de comida posible para el período de invierno. No aprovechó nada del sol, ni de la suave brisa del atardecer, ni siquiera hablaba con los amigos al final de su jornada de trabajo. Y nunca se la vio por los bares para compartir ni una sola cerveza los fines de semana. Su nombre era "Trabajo" y su apellido "Siempre". Si embargo, su vecina, la cigarra, pasaba todo el tiempo cantando entre corros de amigos en cualquiera de los bares de la ciudad. No hizo otra cosa, durante todo el verano y el otoño, que no fuera cantar y bailar.

La cigarra bailó, aprovechó al máximo el calor del sol, se bronceó lo más

La cigarra bailó, aprovechó al máximo el calor del sol, se bronceó lo más que pudo para verse siempre hermosa. . . y sin preocuparse por el invierno que estaba a punto de llegar. Pasados algunos días comenzó a llegar el frío. Era el invierno que estaba comenzando. La hormiguita, exhausta, entró a su sencilla pero confortable cueva, repleta de comida. Al día siguiente, alguien le llamaba por su nombre desde la parte exterior del hormiguero.

Cuando la hormiguita abrió la puerta para ver quién era, quedó sorprendida: Era su

Cuando la hormiguita abrió la puerta para ver quién era, quedó sorprendida: Era su amiga, la cigarra, dentro de un deslumbrante Ferrari, y vestida con un elegante abrigo de piel. Entonces, la cigarra le dijo a la hormiga: - Hola amiga, te molesto para decirte que voy a pasar el invierno en París, y para pedirte, si no te es molestia, que cuides de mi cueva. ¿Puedes ayudarme? .

- ¡Claro! -le dijo la hormiguita-. Pero. . . ¿qué te ha pasado? ¿Cómo

- ¡Claro! -le dijo la hormiguita-. Pero. . . ¿qué te ha pasado? ¿Cómo has conseguido dinero para comprarte ese coche y esa ropa? . - ¡Sencillo. . . ! -respondió-. Estaba cantando en uno de esos bares de la ciudad, y a un productor artístico le gustó mi voz. Y firmamos un contrato por seis meses para hacer shows y cantar en París. . . Y a propósito, amiga, ¿desarías algo de allá? . - Sí. Deseo que si te encuentras a un tal "Lafontaine”, le digas, de mi parte, que “¡me cago una y mil veces en la PUTA MADRE QUE LO PARIÓ!”.

MORALEJA: “Aprovecha tu vida. Aprende a combinar el trabajo con el placer, disfrute al

MORALEJA: “Aprovecha tu vida. Aprende a combinar el trabajo con el placer, disfrute al máximo de cada día que te regala Dios. Pues el trabajo en demasía, sólo trae beneficios en las fábulas de Lafontaine”.