Vigsimo noveno programa Octavo Noveno y Dcimo Mandamientos

Vigésimo noveno programa Octavo Noveno y Décimo Mandamientos

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Este mandamiento manda - no mentir, - ni contar los defectos del prójimo sin necesidad, - ni calumniarlo, - ni pensar mal de él sin fundamento, - ni descubrir secretos sin razón suficiente.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Este mandamiento prohíbe: - manifestar cosas ocultas que sabemos bajo secreto. Hay cosas que caen bajo secreto natural y no se puede revelar, sin causa grave. Puede llegar a ser lícito revelar un secreto para evitar un daño muy grave o por necesidad del bien común.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Lo que el sacerdote sabe bajo secreto de confesión no lo puede revelar por nada del mundo, ni para salvar su vida. . . Leer cartas ajenas puede ser pecado grave. q Nos exponemos a enterarnos de cosas graves que no tenemos derecho a conocer. q Salvo que se suponga permiso del remitente o del destinatario.

El d e m o n i o q Podría ser lícito a los padres leer las cartas de los hijos que aún están bajo su potestad. q No deberían hacerlo sin causa justificada. es el p a d r e de la m e n t i ra Murmurar es: difundir defectos del prójimo en su ausencia.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Es posible llegar a pecado grave si se quita la fama, (las cosas que se dicen son verdaderas pero son graves y no son públicas; salvo causa que lo justifique: evitar un daño grave). q Quien induce eficazmente a otro para que difame injustamente peca contra la justicia, según la gravedad de lo que se diga.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Responsabilidad de los medios de comunicación: obligación de servir a la verdad y no ofender a la caridad. q No hablar mal de nadie. Salvo causa justificada, ej. : aconsejar a otro, prevenirle, etc. No es falta de caridad atacar al lobo, sino caridad con las ovejas. q Dispuso N. S. Jesucristo: «No juzguéis y no seréis juzgados» . Sólo Dios conoce el corazón de los hombres.

El d e m o n i o La calumnia es quitar la fama al prójimo atribuyéndole pecados o defectos que no tiene, o faltas que no ha cometido. es el p a d r e de la m e n t i ra q. Existe obligación de restituir la fama o la honra que se ha quitado, y reparar los daños que se hayan seguido.

El d e m o n i o q Será grave o leve según la materia. q Advierten los moralistas que es fácil llegar a la gravedad, por lo mucho que el hombre estima su propia fama. es el p a d r e de la m e n t i ra q Puede restituirse la fama - hablando bien de la persona de quien antes se habló mal, - alabándola en otras cosas -si se dijo la verdad-, o - diciendo que aquello que se contó no era verdad.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Muchas veces puede ser más prudente dejar todo en el olvido. La mentira debe evitarse porque es pecado. Generalmente es venial. Será grave si el daño es grave. q Nos hace a nosotros mismos. Al mentiroso nadie le cree. . . q Sólo hay confianza cuando reina la verdad. La confianza es un gran valor.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra Una cosa es mentir. . . y otra es ocultar la verdad. A veces hay que ocultar la verdad. Ejemplos: - alguien invade la propia intimidad. - un profesional debe cumplir con su secreto de oficio. q «Mentir es negar la verdad a quien tiene derecho de saberla» . q Nadie está obligado a revelar una verdad a quien no tiene derecho de conocerla.

El d e m o n i o es el p a d r e de la m e n t i ra q Ser sinceros y veraces. q Hacer la corrección fraterna. q No es pecado ninguno la mentira jocosa: se dice para divertir; todos se dan cuenta que la cosa no fue así, sino que se trata de una broma. Fin octavo mandamiento

El noveno mandamiento Se refiere a los pecados internos contra la castidad: pensamientos y deseos. Completa al sexto. q Jesucristo dice: «El que mira a una mujer deseándola, ya adulteró en su corazón» . q Nuestra moral no se fija sólo en lo externo. q Exige congruencia entre el acto interno de la voluntad y la acción externa ¡o el marido de otra!

q Muchas veces la TV fomenta fantasías sexuales. q Es un modo de difundir la inmoralidad. q La idea lleva al acto, dicen los psicólogos. ¡NO TV PORNO! q La moral católica manda rechazar los pensamientos y deseos deshonestos. q Quien desea evitar un acto prohibido, debe evitar el camino que lleva a él.

q Para que haya pecado -como todos-, es necesario desear o recrearse voluntariamente en lo que está prohibido hacer. q Quien tiene malos pensamientos, imaginaciones o deseos contra su voluntad, no peca. q Sentir no es consentir No es lo mismo sentir una atracción que paladear un gusto; experimentar una sensación, que aprovecharla.

El sentir no depende muchas veces de nosotros; el consentir, siempre. q El pecado está en el consentir, no en el sentir. q Siente el cuerpo, consiente el alma. Y quien peca es el alma, no el cuerpo. q Si se piensa sin querer no hay pecado ninguno.

Para vencer los malos pensamientos acudir a Dios por intermedio de la Virgen. “Jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Tu intercesión haya sido desamparado. . . ” Muchas veces circunstancias exteriores (malas conversaciones, lecturas peligrosas, diversiones y espectáculos deshonestos, la TV), suscitan imaginaciones, pensamientos o deseos de cosas impuras. ¡Tener la valentía de HUIR!

Son pecado grave contra este mandamiento: Los malos pensamientos y deseos si se han consentido complaciéndose en ellos voluntariamente. Fin del Noveno Mandamiento de la Ley de Dios

El Décimo Mandamiento de la Ley de Dios: No codiciarás los bienes ajenos Trata de un deseo desordenado y consentido. • No quiere decir que sea pecado el desear tener lícitamente una cosa como la de tu prójimo.

• El deseo de riquezas debe estar moderado por la virtud de la justicia social. • Y no podemos aspirar a ellas sino por medios lícitos y con fines honestos. • El deseo inmoderado de riquezas con fines egoístas y medios injustos provoca luchas sociales e incluso guerras entre las naciones.

• La codicia es la idolatría del dinero. • El ansia de dinero puede esclavizar: - al que lo tiene y - al que no lo tiene. • La Iglesia exalta el desprendimiento de los bienes de este mundo. • La felicidad no está en tener muchas cosas, sino en saber disfrutar de lo que se tiene.

• La felicidad brota de lo más íntimo de nuestro ser. • La felicidad no depende de lo que nos pasa, sino de cómo lo recibimos. • La felicidad está en disfrutar de lo que tenemos, y no en desear lo que no podemos tener. FELICIDAD y FILIACIÓN DIVINA

Presentación del P. Juan María Gallardo para www. oracionesydevociones. info