Solemnidad de todos los Santos BIENAVENTURADOS Las bienaventuranzas

Solemnidad de todos los Santos BIENAVENTURADOS

Las bienaventuranzas resultarán extrañas a una sociedad que con frecuencia vive en la superficialidad y parece haber perdido el gusto por las cosas de Dios y del espíritu.

Sin embargo, estas palabras de Jesús revelan a toda persona, creyente o no creyente, la más honda verdad del ser humano. Los valores fundamentales de una sociedad que quiera ser humana y humanizadora.

Las bienaventuranzas son un don de Dios para que podamos dirigir a Él nuestros pasos.

En ellas, Jesús nos decía cómo era Dios. Un Dios que se acerca con gusto a los pobres y a los mansos, a los que hambrean la justicia y a los misericordiosos.

La solemnidad de Todos los Santos es un auténtico mensaje profético de: anuncio, denuncia y renuncia.

Las bienaventuranzas anuncian un tipo de persona que ama la verdad. Una persona que, con la gracia de Dios, logra descubrir la honda realidad del ser humano.

Las bienaventuranzas denuncian la arrogancia de este mundo. Un mundo que confunde la satisfacción con la felicidad. Un mundo que nos ofrece como valores lo que solamente son engaños.

Las bienaventuranzas indican el camino de una renuncia que conduce a la auténtica libertad.

“Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo”. Así concluye Jesús la enumeración de los caminos de la felicidad.

El presente, aun siendo difícil, se abre a un futuro de esperanza y de gloria.

Las bienaventuranzas son sin duda sobrenaturales. Eso no quiere decir que sean antinaturales. En realidad reflejan lo “super” de la naturaleza. “Estad alegres y contentos”. En ellas está la verdadera alegría.

“Vuestra recompensa será grande en el cielo”. La esperanza del más allá nos ayuda a construir el más acá.

Los santos que hoy celebramos han tratado de seguir a Jesucristo adoptando el código de las bienaventuranzas, que les llevó a alcanzar la felicidad, que al fin coincide con la fidelidad al evangelio.

Señor Jesús, hoy nos alegramos por tantos intercesores que nos han precedido en el signo de la fe y del amor. En ellos vemos alentada nuestra esperanza de seguir el camino de la verdad que lleva a la vida que no acaba. Amén.

Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Relax 5
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