Seminario de Daniel y Apocalipsis Las 70 semanas

Seminario de Daniel y Apocalipsis Las 70 semanas de Daniel 9 Por el Dr. Eloy Wade 12/16/2021 1

Las 70 semanas de Daniel 9

“En el primer año de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos,

“ 2 en el primer año de su reinado, yo, Daniel, miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, en los que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. ” años

Esto es lo que Jeremías había escrito:

“ 11 Toda esta tierra será convertida en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia durante setenta años.

“ 12 Y cuando se hayan cumplido los setenta años, dice Jehová, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación, por su maldad, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desolación perpetua” (Jer. 25). ).

Esto no lo entendía Daniel porque desde el 605 a. C. que había sido destruida Jerusalén y habían llevado cautivos a sus habitantes, hasta el año 535 a. C. que estaba a las puertas, eran ya 70 años.

Estaba empezando el reino de los medopersas, luego vendría el de los griegos, luego los romanos y el poder del cuerno pequeño que se alzaría hasta el cielo y atacaría el santuario de Dios que se purificaría hasta 2, 300 tardes y mañanas.

Daniel no podía armonizar en su mente todas estas cosas aunque entendía los símbolos pues les fueron explicados claramente.

Parece que Daniel piensa que ha habido una postergación de los planes de Dios para sacarlos de Babilonia, y quizá sea por sus pecados.

Por eso sigue una larga confesión que Daniel hace de los pecados de su pueblo, y se humilla delante de Dios (vs. 3 -19).

A continuación viene una explicación que el ángel le da con respecto al entendimiento de la visión (vs. 20 -27).

Como no hay una nueva visión relatada en el capítulo 9, se entiende que la explicación tiene que ver con la visión del capítulo 8 dada anteriormente.

Esta explicación se da, como dice al comienzo del capítulo, en el primer año de Darío el Medo, esto es 539/538, ó 538/537 a. C.

Como recordamos, la visión del capítulo 8 se dio en el tercer año del rey Belsasar, esto es, 547/546 a. C. , 8 ó 9 años antes.

20“Aún estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová, mi Dios, por el monte santo de mi Dios;

“aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión, al principio, volando con presteza vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. 21

“Me hizo entender, y habló conmigo diciendo: 22

“Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. 23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden,

“y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, 24

“para terminar la prevaricación, poner fin al pecado y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos”. 24

“Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; 25

“Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y nada ya le quedará. 26

“El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

“Por otra semana más confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. 27

“Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.

Como vimos, el tiempo del cautiverio babilónico, a causa de la impiedad del pueblo, duró 70 años, de acuerdo a lo dicho por Jeremías, profecía que Daniel estaba estudiando cuando comienza el capítulo 9.

Pero de acuerdo a estos versículos que hemos leído, Dios le daría al pueblo de Israel 70 semanas para cumplir ciertos propósitos.

Se deduce que al no cumplir con esta nueva oportunidad el pueblo sería desechado por Dios.

Esta es una nueva oportunidad que el Señor da a su pueblo. Y se la da en términos más amplios. Ellos habían sido castigados por Dios durante 70 años. Ahora se le dan 70 semanas de nueva oportunidad.

Estas semanas son semanas de años porque el alcance de los objetivos divinos expresados no se podrían cumplir en términos de un poco más de un año. Así que son semanas simbólicas, semanas de años.

Esto quiere decir que las 70 semanas de las que se hablan aquí son 490 años. Es decir, 70 x 7=490

Este período sería el tiempo que Dios daría al pueblo de Israel para cumplir ciertos objetivos especificados en la profecía.

La profecía específicamente dice que 70 semanas estaban determinadas para su pueblo y para la ciudad de Jerusalén. Eran semanas de años apartadas con un propósito determinado.

Este propósito incluía tres cosas: 1. Terminar la prevaricación, poner fin al pecado y expiar la iniquidad, 2. Traer la justicia perdurable 3. Sellar la visión y la profecía 4. Ungir al Santo de los Santos

Este período de tiempo estaba dividido en tres partes: 1. Siete semanas 2. Sesenta y dos semanas 3. Una semana De este modo: 7+62+1=70

Dios señala el comienzo de este período de tiempo: “ 25 Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”.

Se dieron tres decretos para que los judíos regresaran de Babilonia y reconstruyeran el templo y la ciudad: El decreto de Ciro en el 535 a. C. El decreto de Darío en el 521 a. C. El decreto de Artajerjes en el 457 a. C.

El decreto que finalmente permitió a los judíos reconstruir la ciudad de Jerusalén, sus murallas y su nación, fue el último, el de Artajerjes, en el año 457 a. C. (Esd. 7: 7, 12 -26).

Este es el año que se toma como punto de partida para las 70 semanas de años.

Las primeras 7 semanas de años fueron difíciles para los judíos pues tuvieron que reconstruir sus ciudades y su nación. La profecía decía que lo harían en tiempos angustiosos, como realmente fueron:

“se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos” (v. 25).

Las siguientes 62 semanas, después de las primeras 7, llegarían hasta el Mesías:

“hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas” (v. 25).

En la última semana se quitaría la vida al Mesías.

Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y nada ya le quedará”. “ 26

“a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda” (v. 27).

Se sellaría la destrucción final de la ciudad

“El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (v. 26).

Al final de la última semana se haría un nuevo pacto con muchos:

27 “Por otra semana más confirmará el pacto con muchos”

Las setenta semanas de Daniel Decreto Reconstrucción 7 sem 457 a. C Bautismo de Jesús 408 a. C. 7 semanas de años 49 años Cruz ½ sem 62 semanas ½ sem 70 semanas de años 27 d. C. 62 semanas de años 434 años 69 semanas Muerte de Esteban 31 d. C. 1 semana de años 7 años 1 semana 34 d. C.

Hay una corriente de pensamiento muy popular llamada dispensacionalismo que enseña que el regreso de los judíos a Palestina es un cumplimiento de la profecía bíblica.

Que ellos se convertirán a Cristo y formarán un pueblo que terminará con la predicación del evangelio en el mundo.

El resto de los cristianos que son gentiles serán raptados en secreto para ir al cielo mientras que los judíos terminan con la predicación del evangelio aquí en la tierra.

Eso no está de acuerdo con la Palabra de Dios y es, por lo tanto, un gran engaño de Satanás para desvirtuar las profecías bíblicas de Daniel y Apocalipsis.

Conclusión

El pueblo judío no es más el pueblo de Dios porque rechazaron al Mesías y Dios tuvo que elegir a un nuevo pueblo para cumplir las promesas hechas originalmente a ellos.

El fin de las 70 semanas de años los encuentra dando muerte al Mesías y persiguiendo a muerte a sus seguidores.

Los propósitos de Dios y la oportunidad concedida fueron despreciados y Dios recurrió a la formación de otro pueblo que le fuera fiel.

El Señor enseñó esta verdad claramente en la parábola de los labradores malvados:

“Por tanto, os digo, que el reino de los cielos será quitado de vosotros y será dado a gente que haga los frutos de él” (Mat. 21: 43).