Semana del Padre Palau ADULTEZ Con la libertad
Semana del Padre Palau
ADULTEZ Con la libertad, me dieron un pasaporte para dirigirme donde creyera “más conveniente”. Las Órdenes Religiosas han sido suprimidas, no sé qué hacer y mis pasos se encaminan a Aytona, a la casa de mis padres. Allí ayudo en la Parroquia, trabajo en el campo, procurando momentos de soledad y oración. Las misiones populares y los servicios religiosos prestados al ejército carlista en Berga, me procuraron el título de “Misionero Apostólico” y también la salida a Francia cuando este ejército fue expulsado. Esperaba encontrar en la nación vecina un ambiente más propicio para la vida religiosa que tanto deseaba, pero, la verdad es que el panorama no cambió mucho. Comencé a recorrer el sur de Francia donde mi forma de vida y predicación despertó cuanto menos sorpresa, no solamente en algunos jóvenes sino también entre los eclesiásticos del lugar. Unos decía que parecía un santo, otros me consideraban un intruso y hubo hasta quienes me tacharon de hereje. Yo sólo quería vivir mi vocación. Es verdad que tuve dificultades pero también conocí a muy buena gente. Gente sencilla y, también nobles, que me ofrecieron su apoyo y hospitalidad. No puedo dejar de recordar a Juana Gratias, la buena Juana, con la que compartí itinerario espiritual y que me fue fiel en vida y hasta después de mi muerte. Cuando regresé a España, ella y otras jóvenes con inquietudes espirituales esperaban mis orientaciones para comenzar una nueva vida religiosa.
FRASE DE REFLEXIÓN “Fomenta tu luz interior, ella calentará tu corazón y dará fuerza a tus acciones” ¿QUÉ TE SUGIERE LA FRASE ANTERIOR?
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