Querido amigo Puede que cuando empieces a leer

Querido amigo: Puede que cuando empieces a leer esto no entiendas de qué se trata, pero al final lo sabrás…

Hoy te he observado cuanto te levantaste por la mañana. . .

Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas pocas palabras…

o dando gracias por algo bueno que te hubiese sucedido el día de ayer.

preguntando mi opinión acerca de algún tema…

Pero noté que estabas muy ocupado buscando la ropa adecuada que te ibas a poner para ir al colegio o al trabajo.

Seguí esperándote mientras corrías por la casa arreglándote…

Creí que encontrarías unos cuantos minutos para detenerte y decirme ¡Hola!

Pero estabas demasiado ocupado. . .

Para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti, lo llené de colores y dulces cantos de pájaros. . .

Pero ni siquiera te diste cuenta de ello.

Te miré mientras salías de casa y esperé pacientemente todo el día.

Con tantas actividades, supongo que estabas muy ocupado para decirme algo.

De regreso, vi tu cansancio… Quise rociarte para que el agua se llevara todo tu stress.

Pensé que agradándote y mimándote un poco, te acordarías de mí.

¡Deseaba tanto que me hablaras! Aún quedaba bastante tiempo.

Después encendiste la tele.

Esperé pacientemente mientras mirabas tu programa favorito, luego cenaste y nuevamente te olvidaste de hablar conmigo.

Te noté cansado, entendí tu silencio y apagué el resplandor del cielo… Pero no te dejé a oscuras.

Lo cambié por un lucero. . . En verdad fue hermoso, pero no estuviste interesado en verlo.

A la hora de dormir creo que ya estabas agotado.

Acompañé con música tus sueños. Mis animales nocturnos se lucieron.

Dijiste “buenas noches”, a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste.

Tengo mas paciencia de la que te imaginas. Quisiera enseñártela para que puedas tenerla con los demás.

No importa. . . porque quizás no te diste cuenta que siempre estoy ahí para ti.

Te amo tanto que espero todos los días por una oración, y el paisaje que diseño cada amanecer es para ti.

Bueno. . . Te estás levantando otra vez y no me queda otra cosa que entregarte todo el amor que siento por ti.

y continuar esperando que al menos el día de hoy me dediques solo. . . un poco de tiempo.

Que tengas un buen día.

Con todo el cariño, Tu Padre, Dios

¡Sonríe… Dios te ama!