Perfil del catequista discpulo misionero Meditacin sobre la
Perfil del catequista, discípulo misionero Meditación sobre la santidad de vida y el apostolado intenso a la luz de la Carta a los Efesios Asamblea de Catequesis 25 de Octubre 2017
Dios nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha en su presencia. En su amor nos destinó de antemano para ser hijos suyos en Jesucristo y por medio de él.
Ustedes, al escuchar la Palabra de la Verdad, el Evangelio que los salva, creyeron en él, quedando sellados con el Espíritu Santo prometido. Que ese Espíritu les ilumine interiormente, para que entiendan que herencia tan grande y gloriosa reserva Dios a sus santos, y con qué fuerza tan extraordinaria actúa en favor de los que creemos.
Catequistas Evangelizadores con Espíritu
Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. No lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso. Lo que somos es obra de Dios.
Ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios. Están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús.
Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que estén arraigados en el amor y en él puedan edificarse. Que sean capaces de comprender, con todos los creyentes, cuán ancho, y cuán largo, y alto y profundo es el amor de Cristo que supera todo conocimiento.
Muéstrense dignos de la vocación que han recibido. Sean humildes, amables, comprensivos, y sopórtense unos a otros con amor. Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu.
Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos.
El hace que el cuerpo crezca, con una red de articulaciones que le dan armonía y firmeza, tomando en cuenta y valorizando las capacidades de cada uno. Y así el cuerpo se va construyendo en el amor.
Cada uno de nosotros ha recibido su talento y Cristo es quien fijó la medida de sus dones para cada uno…. hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es menos que la plenitud de Cristo.
No seamos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar. .
Se les pidió despojarse del hombre viejo y renovarse por el Espíritu. Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad.
Misión principal del catequista es transmitir fielmente el Evangelio que la Iglesia le entrega, para que el catequizando, entrando en contacto con él, se deje interpelar por el mensaje, lo conozca y lo lleve a la propia vida, transformándose en un “hombre nuevo”
Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo.
Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios. Pórtense como hijos de la luz. . .
Busquen lo que agrada al Señor. No tomen parte en las obras de las tinieblas. Examinen, pues, con mucho esmero su conducta…. Aprovechen el momento presente, porque estos tiempos son malos. Traten de comprender cuál es la voluntad del Señor.
Fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
Tengan siempre en la mano el escudo de la fe…Vivan orando y suplicando.
La oración del catequista entrañará una meditación que sea fuente de conocimiento vivo de los contenidos de la fe que luego habrá de trasmitir a otros. Esta oración meditativa deberá ser alimentada por una cultura bíblica y teológica sólida.
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