PABLO PICASSO 1881 1973 Pablo Ruiz Picasso Mlaga
PABLO PICASSO (1881 -1973) Pablo Ruiz Picasso (Málaga - Mougins, Francia) es el pintor español más universal debido principalmente a dos hechos: 1) Durante el primer cuarto del siglo XX representó el ideal del artista moderno por su búsqueda incansable de novedades. 2) Fue el creador, junto a Braque, del cubismo.
Es un artista sin un estilo definido: experimenta, abandona, retoma y mezcla estilos. Su obra, inmensa en número, en variedad y en talento, se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, en los que pueden distinguirse diversas etapas. Retrato de la señora Canals (1906) Óleo sobre lienzo. Autorretrato (1907) Picasso nació en Málaga. A los 14 años dominaba el dibujo y el color con gran maestría, como muestran los cuadros de este período. Retrato de la madre (1896)
Ciencia y caridad (1897) La Primera Comunión (1896)
Se trasladó con su familia a Barcelona y allí montó su primer taller con sólo 15 años y realizaó distintos trabajos, como los retratos que decoraban los muros de la taberna Els Quatre Gats, donde compartió tertulia con diversos artistas de la bohemia modernista catalana (Nonell, Eugenio d’Ors, Utrillo) y el que será su íntimo amigo Sabartés. En 1900 viajó por primera vez a París, donde tuvo oportunidad de ver y respirar la atmósfera de los caféchantants que habían inspirado a Toulouse-Lautrec, Degas y Manet. Le Moulin de la Galette (1900) Óleo sobre lienzo En estos años encontramos ya en la vida y temática de Picasso un humanismo que ya nunca abandonará. En su niñez y adolescencia llama la atención la insistencia en el tema de los mendigos y desvalidos, con una gran intensidad. Madre con niño enfermo (1903) Pastel sobre papel.
(1901 -1904) Ese sentimiento patético domina su primer estilo personal de la época azul. Aunque el hallazgo de los valores simbólicos de este color se efectúa en Barcelona, en dos retratos de 1896, es en París donde desarrolla el estilo, caracterizado por la monocromía azul y la simplicidad. Retrato de Jaime Sabartés (1901) Óleo sobre lienzo. Autorretrato (1901) Óleo sobre lienzo. Las dos hermanas (1902) Óleo sobre lienzo.
Contempla la vida desde un ángulo pesimista que le inclina a la denuncia de las miserias; mendigos y mujeres vencidas por la vida, trágicos ciegos, figuras tristes y aisladas componen su iconografía. Bebedora de absenta (1901) Óleo sobre lienzo. Los elementos del cuadro son los imprescindibles; es una pintura en huesos, igual que sus personajes. El viejo judío (1903) Óleo sobre lienzo.
La comida del ciego (1903) Óleo sobre lienzo.
El guitarrista ciego (1903) Óleo sobre tabla.
La vida (1903) Óleo sobre tabla.
(1904 -1906) En la época rosa, este color se combina con toques azulados, pero más que una modificación del cromatismo se distingue por la evolución desde las formas angulosas y escuálidas, a las más graciosas y llenas y a los rostros que expresan una indiferencia sosegada. Madre e hijo (1905) Gouache sobre tela. Es frecuente el tema circense, con personajes dotados de una elegancia serena, que se alejan de los ciegos famélicos de la época azul. La chica de la camisa (1905) Óleo sobre tela. Acróbata con balón (1905) Óleo sobre lienzo.
Acróbata y joven arlequín (1905) Óleo sobre lienzo.
Acróbata y joven arlequín (1905) Óleo sobre lienzo.
Muchacho con caballo (1905 -06) Óleo sobre lienzo.
En 1906, Picasso conoce a Matisse y a su obra, que influye en el enriquecimiento de su paleta. Pero no piensa que su camino esté en explotar la sensualidad del color sino (estimulado por una exposición de escultura negra y por el estudio de los antiguos relieves ibéricos, por los marfiles románicos y por el arte egipcio) en la creación de un mundo de formas severas, independientes de la naturaleza. Mujer del pan (1906) Óleo sobre lienzo. En el verano de 1906 comienza la petrificación de los rostros y la esquematización arquitectónica de las figuras. Autorretrato (1906) Óleo sobre lienzo. Dos desnudos (1906) Óleo sobre lienzo.
(1907 -1918) Al influjo de la escultura negra, del arte ibérico y del arte egipcio se añade el impacto de Cezànne, del que en 1907 se celebra una exposición conmemorativa. Estaba naciendo así el cubismo, cuyo manifiesto son las Chicas de la calle Avinyó (llamada Señoritas de Aviñón), que rompe con el arte de Matisse e introduce a la pintura en un mundo demoníaco y mágico. Bosquejo de Las Señoritas de Aviñón (1907) Acuarela sobre papel.
Las Señoritas de Aviñón (1907) Óleo sobre tela.
Podemos distinguir una gradación creciente de la geometrización, aunque no sean plenamente cuadros cubistas. Tres mujeres (1908) Óleo sobre lienzo.
En los años siguientes, el cubismo se somete a una serie de ensayos y pasa por varios períodos: analítico, hermético, sintético. Casas de Horta de Ebro (1909) Óleo sobre lienzo. En el cubismo analítico los objetos aparecen descompuestos por efecto de los múltiples puntos de vista. La atención se centra en el objeto, pero sólo en su forma, no en su color. Además, el fondo y las figuras se unifican en su tratamiento, lejos de la ilusión de profundidad de la perspectiva tradicional. También se produce la pérdida de la noción de volumen. Retrato de Ambroise Vollard (1910) Óleo sobre lienzo.
Fábrica de Horta de Ebro (1909) Óleo sobre lienzo.
La muchacha de la mandolina (1910) Óleo sobre lienzo.
El cubismo hermético es el punto culminante en la liberación del tema, el adiós total a la naturaleza. En el cubismo sintético se añaden periódicos, cartón y otros elementos a las obras. Esta técnica permite a Picasso alcanzar un objetivo largamente perseguido: que el cuadro sea realidad, en lugar de reemplazar a ésta. Le da la posibilidad de pegar pequeños trozos de realidad en el cuadro. Ma Jolie (Mujer con mandolina o guitarra) (1911 -12) Óleo sobre lienzo. Naturaleza muerta (1912) Collage sobre lienzo.
La guitarra (1914) Collage: papel, crboncillo y tinta Arlequín con paleta (1915) Óleo sobre lienzo.
Los tres músicos (1921) Óleo sobre lienzo.
Los tres músicos (1921) Óleo sobre lienzo Tres figuras, un Arlequín, un Pierrot y un Monje, aparecen tocando un instrumento musical. Vemos a los músicos de perfil y de frente a la vez, gracias a la superposición de planos. Picasso utiliza sus conocimientos del collage, ya que los dibujos coloreados de los vestidos de las figuras, forman superficies que parecen hechas con papel pegado y se suceden la una a la otra, dando al cuadro una alegre vivacidad, incluso una especie de movimiento interno. Las figuras, sobre todo sus manos, están concebidas como si fuesen naipes, en una especie de confuso simbolismo. La única nota de realismo que aparece en la obra son las notaciones musicales en un simbólico pentagrama.
(1918 -1925) Aunque ya no abandonará nunca el cubismo, tras un viaje a Roma se abre una etapa clásica. Retrato de Olga en un sillón (1917) Óleo sobre lienzo. Las bañistas (1918) Óleo sobre lienzo.
Las siesta (1919) Óleo sobre lienzo. Parece como si, cansado de estructuras geométricas, volviera de pronto a los clásicos, al desnudo monumental. Madre e hijo (1921) Óleo sobre lienzo.
Mujeres corriendo en la playa (1922) Óleo sobre lienzo.
Paul de arlequín (1924) Óleo sobre lienzo.
(1926 -1945) A partir de 1925, la temática cambia y algunos tratadistas hablan de una fase surrealista. Bañista abriendo una cabina (1928) Óleo sobre lienzo. No pasan desapercibidos ciertos síntomas amenazadores, como el ascenso de los fascismos y la misma economía. Poco a poco se inclinará hacia una representación inédita de la realidad, en la que llega a inventar la anatomía. Desnudo en la playa (1929) Óleo sobre lienzo.
Para Picasso la pintura es un conjunto de signos y la metamorfosis o modificación de las formas es un equivalente a un lenguaje con el que expresa las angustias de la época. Se desenvuelve así dentro de los presupuestos del Expresionismo, aunque en ningún momento se ate a una disciplina de escuela y ni siquiera llegue a una relación personal con otros maestros expresionistas. Desnudo en un sillón (1929) Óleo sobre lienzo.
Mujer sentada a la orilla del mar (1930) Óleo sobre lienzo.
Hasta 1929, las metamorfosis se basan en curvas y elipses. Desde ese momento, la figura humana es una estructura de trazos angulosos y agudos, de una violencia que refleja un espíritu atormentado. Retrato de Dora Maar (1937) Óleo sobre lienzo.
La Guerra Civil española aumentará la tensión dolorosa de sus pinturas. Mujer llorando (1937) Óleo sobre lienzo.
Guernica (1937) Óleo sobre lienzo
Guernica (1937) Óleo sobre lienzo Es una de las obras más tristes que se han pintado, ya que representa un acercamiento a lo que significa una guerra, en este caso, un bombardeo. Picasso recibió el encargo del gobierno de la República Española de un cuadro que decorara el Pabellón Español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. El 27 de abril de 1937 se informó que la ciudad de Guernica había sido arrasada por un bombardeo y el pintor decidió que sería el motivo de la obra en la que, más allá del hecho concreto, denuncia la violencia, la barbarie y la guerra.
La monocromía del cuadro aumenta el drama (La primera imagen que Picasso recibió del bombardeo fue a través de los periódicos franceses, lo que propicia la teoría de que interiorizó el horror que ello supuso, reflejándolo con tonos negros y blancos). La luz presenta un único centro focal (la lámpara), parece que surge de los cuerpos, ya que asemejan estar iluminados por la cabeza y las manos, donde se concentra la expresión del sufrimiento. El espacio es plano y los toques de profundidad se reducen a los ángulos superiores y las baldosas.
Aparece en la izquierda del cuadro un toro con el cuerpo oscuro y la cabeza blanca, que voltea y parece mostrarse aturdido ante lo que ocurre a su alrededor. Bajo el toro se ve a una mujer, cuyo dolor está representado en sus ojos que tienen forma de lágrimas, al sostener en sus brazos a su hijo ya muerto, por eso el niño no tiene pupilas en sus ojos. Esta mujer recuerda a una “piedad”. Mira al cielo gritando de dolor. En el suelo aparece un hombre descuartizado, que se convierte en el símbolo visual de la matanza. Su brazo izquierdo termina en una mano fuerte con surcos en la palma, entre los cuales se puede observar una estrella de cinco puntas. La mano abierta parece intentar alcanzar algo o simplemente evitar que se le vaya la vida. El otro brazo sostiene una espada rota y una flor, que puede interpretarse como un rayo de esperanza dentro de ese panorama descorazonador.
En el centro del cuadro la yegua es el símbolo del dolor máximo, esta voltea y gira hacia el autor desorientada y herida de gravedad. Desde la parte derecha entra una mujer, con las nalgas al descubierto, y otra mujer entra por la ventana, de un modo surrealista. Ilumina la estancia con una vela y avanza con la mirada perdida, como en un estado de shock. Esta mujer se interpreta como una alegoría fantasmagórica de la República. Totalmente a la derecha aparece una mujer que cae envuelta en llamas de un edificio que arde. Las trayectorias de las miradas nos llevan a un pájaro de color negro, que se puede interpretar como los aviones que bombardearon Guernica, todas las miradas buscan a ese pájaro para encontrar una explicación al horror que ha causado.
La Segunda Guerra Mundial le lleva a seguir pintando símbolos del sufrimiento. Gato y pájaro (1939) Óleo sobre lienzo. Cráneo de buey (1942) Óleo sobre lienzo.
(1945 -1973) Durante la segunda posguerra, Picasso llena las telas con balcones abiertos al azul del Mediterráneo, con palomas o temas pastorales. La alegría de vivir (1946) Óleo sobre lienzo.
En los años cincuenta, la Guerra de Corea inicia una nueva fase expresionista, que continúa en los años sesenta con la serie de Las Meninas. Matanza en Corea (1951) Óleo sobre lienzo. La paz (1952) Óleo sobre lienzo.
Las Meninas (1957) Óleo sobre lienzo.
En los últimos años, Picasso cultiva con intensidad los grabados y las cerámicas, en las que puede fundir animales, formas geométricas y humanas (ánforas-pájaro, vasos-rostros de mujer, etc. ), en una síntesis de cuanto ha ensayado, desde el Cubismo al Expresionismo.
La obra de Picasso es un símbolo de nuestra época. En 1907 Matisse reaccionó violentamente contra las Señoritas de Aviñón y dijo que había que aislar y olvidar a Picasso. Así se marcaban dos concepciones distintas del arte: para Matisse la pintura debía proporcionar un goce a los sentidos y al espíritu, para Picasso debía suscitar incomodidad y aguijonear las conciencias, ya que no se trata de un arte decorativo, sino de una forma de análisis. Autorretrato (1972) Lápices sobre papel. Se trata de un nuevo humanismo, que se podría resumir en dos notas, que le distancian del clasicismo renacentista: es un humanismo angustiado y colectivo. La suplicante (1937) Óleo sobre lienzo.
Picasso es el artista de la libertad, que no se frena ni por la tradición, ni por los convencionalismos, ni por nada. Siempre está insatisfecho para trabajar en nuevas direcciones. A pesar de sus cambios, se encuentra en él una constante, que es el compromiso con el tiempo en que vive y su solidaridad con los humildes. Paloma de la paz (1961) Litografía
SALVADOR DALÍ (1904 -1989) Salvador Dalí (Figueres, Gerona) es uno de los más universales y polémicos pintores españoles del siglo XX. Su importancia radica en ser considerado el máximo representante del Surrealismo figurativo. Su personalidad subversiva, que plasmará en su obra, le llevará a ser admirado por el resto de artistas de vanguardia. Su conducta, deliberadamente extravagante, contribuyó a aumentar notablemente su fama.
Su pintura se caracteriza por la utilización de una técnica precisa, con un colorido brillante y luminoso en la representación de objetos, paisajes y personas con un realismo casi fotográfico. Cesta de pan (1926) Óleo sobre tabla.
La diferencia con la pintura tradicional radica en las asociaciones insólitas entre los elementos del cuadro, en la atmósfera onírica y delirante. Mi mujer, desnuda, contemplando su propia carne convirtiéndose en escaleras, tres vértebras de una columna, cielo y arquitectura. (1944) Óleo sobre lienzo.
Desde pequeño Dalí destacó por sus dotes para el dibujo. Fue un gran admirador de Rafael, Velázquez y de Vermeer de Delf. Autorretrato en el estudio (1919) Óleo sobre lienzo. La encajera (después de Vermeer) (1954) Óleo sobre lienzo.
En esa época de juventud sus pinturas se destacan por el interés por el paisaje, especialmente el cabo de Creus y Cadaqués (que serán una constante en su obra) y la importancia del dibujo. Olivos. Paisaje de Cadaqués (1922) Muchacha de espaldas (1928) Óleo sobre lienzo.
Acantilados (1926) Óleo sobre tabla.
Muchacha en la ventana (1925) Óleo sobre lienzo.
En 1919 se trasladó a Madrid e ingresó en la Academia de Bellas Artes, de la que acabó siendo expulsado en 1926, tras afirmar que nadie en la Academia era suficientemente competente para examinarle. En Madrid se instaló en la Residencia de Estudiantes, relacionará con numerosos artistas. donde se Su amistad con el gran poeta granadino Federico García Lorca y con el futuro cineasta surrealista Luis Buñuel será muy influyente en esta etapa de su vida. Retrato de Luis Buñuel (1924) Óleo sobre lienzo.
En 1927 Dalí viajó por primera vez a París y al año siguiente se instaló en la capital francesa y se unió al grupo surrealista que lideraba el poeta André Breton. Retrato de Paul Eluard (1929) Óleo sobre lienzo. En París conoció a Gala (Helena Diakonova), que tendrá una gran influencia sobre su vida y su obra. De origen ruso y gran atractivo físico e intelectual, estaba casada con el poeta surrealista Paul Éluard. Cuando conoció a Dalí se convirtió en su modelo, musa y compañera inseparable. Galarina (1944 -45) Óleo sobre lienzo. En 1936 los miembros principales del movimiento lo expulsarían acusándole de tendencias políticas derechistas, de hacer gala de un catolicismo delirante y de sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero.
En un proceso de búsqueda y de experimentación, en su trabajo van sucediéndose las técnicas y los principios estéticos del Impresionismo, del Puntillismo, del Cubismo, etc. Autorretrato cubista (1923) Estudio para La miel es más dulce que la sangre. (1927) Óleo sobre tabla. Elabora en esos años las bases de su pintura “crítico-paranoica”, que desarrollará en sus obras posteriores: pinturas muy detalladas que pretendían tomar escenas desde el inconsciente. Sus ideas coincidirán con los planteamientos de los surrealistas.
(1929 -1940) En 1929, toma contacto con el grupo surrealista de París junto con Luis Buñuel, con quien colaboró en la película Un perro andaluz. En ese contexto, Dalí comenzó a materializar en su obra sus delirios, convirtiéndose en un punto de referencia del movimiento surrealista. Característico de su pintura será: -Los elementos hiperrealistas. -Los fondos extraños, oníricos. El enigma del deseo (1929) Óleo sobre lienzo -Las figuras que se metarmofosean. -La obsesión por temas y elementos que se repiten una y otra vez (insectos, muletas, lo comestible, la contraposición ente lo blando y lo duro, etc. ). -El simbolismo de sus figuras, que él mismo se encarga de “descifrar”. El juego lúgubre (1929) Óleo y collage sobre cartón.
El gran masturbador (1929) Óleo sobre lienzo.
Dalí exhibe sus patologías más ocultas en sus pinturas, como en este cuadro, donde están retratadas todas sus obsesiones. El elemento principal es su autorretrato, mezcla de cabeza humana y rocas, estilizado pero reconocible. Se caracteriza por su color amarillento, su gran nariz apoyada en el suelo y su cara alargada. El saltamontes (animal que le provocaba terror desde su infancia) se encuentra pegado a la boca. Está en estado de descomposición, lo que atrae muchas hormigas que simbolizan la muerte. Su autorretrato se metamorfosea y aparece el tema de la masturbación en la mujer que emerge de él y cuyo rostro esta cerca de unos genitales masculinos escondidos en unos ceñidos calzoncillos. Un lirio pegado a la mujer simboliza la pureza, una forma de definir a la masturbación como la relación sexual más pura.
Esta gran figura aparece sobre un fondo que perfectamente podría ser un desierto, rodeado de pequeños elementos, muy detallistas, como el león (símbolo del deseo), unas piedras (su pasado) una figura aislada (la soledad). . . que lo sumergen en un espacio onírico. Como es normal desde que la conoció, su mujer Gala aparece representada, en este caso en la pareja que se abraza, donde ella se metamorfosea en una roca. Para Dalí, igual que para Freud, el subconsciente está muy ligado al sexo.
El sueño (1931) Óleo sobre lienzo.
La persistencia de la memoria (1931) Óleo sobre lienzo.
Alucinación parcial. Seis apariciones de Lenin sobre un piano de cola (1931) Óleo sobre lienzo.
Ángelus de Millet (1933 -35) Óleo sobre lienzo.
Ángelus de Millet (1933 -35) Óleo sobre lienzo. En varias obras de Dalí aparecen referencias a “El Ángelus” del Jean-François Millet. Pensaba que había algo escondido en la tela debido a que traducía un sentimiento de angustia. También creía que el tema no era sólo el ánimo reverente de la oración si no que además había una represión de tipo sexual. En 1963, una radiografía reveló que Millet había pintado entre los campesinos que rezaban, el ataúd de un niño. Más tarde, esta parte fue sobrepintada por el artista para hacer más vendible el cuadro.
El Ángelus de Gala (1935) Óleo sobre lienzo.
Premonición de la Guerra Civil (1936) Óleo sobre lienzo. Este cuadro fue terminado seis meses antes de la Guerra Civil. Partes de un mismo cuerpo haciéndose mutuamente daño, es la denuncia de Dalí sobre las atrocidades de una guerra civil.
El gran paranoico (1936)
Sueño (1937) Óleo sobre lienzo
La metamorfosis de Narciso (1937) Óleo sobre lienzo.
España (1938) Óleo sobre lienzo.
Mercado de esclavos con el desaparecido busto de Voltaire (1938) Óleo sobre lienzo.
Se trasladó a Estados Unidos en 1940, donde abandonó en parte la pintura y se dedicó a decorar escaparates, a hacer escenografías de películas para Hollywood, o a diseñar portadas de revistas como Vogue, generando la mayor publicidad posible. A su regreso a España en 1948 se instaló con Gala en Port-Lligat y en 1974 abrió el Teatro-Museo Dalí de Figueras. El éxito que le acompañó durante su vida le permitió amasar una impresionante fortuna. Retrato de Mae West (1935) Gouache sobre papel de periódico. Dalí pintando a Gala desde atrás, eternalizado desde atrás por seis córneas virtuales reflejadas provisionalmente en seis espejos reales (1972 -73) Óleo sobre lienzo.
En 1941 se convierte al catolicismo. A finales de los años cuarenta y coincidiendo con su regreso a España, Dalí proclama el inicio de una nueva etapa en su carrera: el neomisticismo, una etapa en la que los temas clásicos y su nueva religiosidad tendrán gran importancia. Sus obras estarán impregnadas de un aura mística aunque sin abandonar elementos oníricos del Surrealismo. Crucifixión (1954) Óleo sobre lienzo.
(1940 -1989) Desde la Segunda Guerra Mundial, Dalí se orienta hacia una comercialización de sus obras, repitiendo incansablemente sus viejas fórmulas estéticas. Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada. Un segundo antes de despertar. (1944) Óleo sobre lienzo. Explosión de cabeza rafaelesca (1951) Óleo sobre lienzo.
Las tentaciones de San Antonio (1946) Óleo sobre lienzo.
Retrato de Picasso (1947) Óleo sobre lienzo.
Retrato de la señora Isabel Styler-Tas (1945) Óleo sobre lienzo.
Leda atómica (1949) Óleo sobre lienzo. Representación de la figura mitológica de Leda, mortal seducida por Zeus disfrazado de cisne. Fruto de esta relación fue el huevo de donde salieron los gemelos Cástor y Pólux.
Madonna de Port Lligat (1950) Óleo sobre lienzo. El cuadro presenta un tema religioso tratado de forma tradicional (se inspira en el Renacimiento) pero con la inserción de elementos extraños e irreales típicos del surrealismo daliniano. La composición está organizada alrededor de la figura del Niño, suspendido en el centro del hueco que se abre en el cuerpo de la Madonna. En el pecho del Niño también se abre una ventana al cielo y al paisaje. Las figuras y la arquitectura parecen flotar en el espacio bajo una luz irreal.
Cristo de San Juan de la Cruz (1951) Óleo sobre lienzo. Se inspira en una visión de San Juan de la Cruz para crear una de sus obras más impresionantes y que mejor demuestran su dominio del dibujo. Sobre un paisaje marítimo (la bahía de Port Lligat), Dalí coloca un gran escorzo con la figura de Cristo crucificado que enlaza por el claroscura y la perspectiva forzada con la pintura barroca, pero sin signos del martirio.
Cristo de San Juan de la Cruz (1951) Óleo sobre lienzo.
La última cena (1954) Óleo sobre lienzo.
Cráneo de Zurbarán (1956) Óleo sobre lienzo. El concilio ecuménico (1960) Óleo sobre lienzo.
Madonna Sixtina (1958) Óleo sobre lienzo.
Retrato de Juan de Pareja ajustando una cuerda de su mandolina. (1960) Óleo sobre lienzo.
La estación de Perpiñán (1965) Óleo sobre lienzo.
El torero alucinógeno (1969 -70) Óleo sobre lienzo.
Gala contemplando el Mediterraneo, que vista desde veinte metros se convierte en el retrato de Abraham Lincoln Homenaje a Rothko - Lincoln en Galavision (1974)
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