Nuestra naturaleza carnal se opone al arrepentimiento se

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Nuestra naturaleza carnal se opone al arrepentimiento, se niega a aceptar que podemos hacer

Nuestra naturaleza carnal se opone al arrepentimiento, se niega a aceptar que podemos hacer algo mal. Dios es el que nos “guía”, nos lleva al arrepentimiento. Por ello, el arrepentimiento es un don de Dios. El Espíritu Santo es el que produce en nosotros la convicción de pecado para que acudamos a Jesús, la fuente del perdón.

El arrepentimiento es un sentimiento de pesar por algo que se ha hecho y

El arrepentimiento es un sentimiento de pesar por algo que se ha hecho y que, por algún motivo, desearíamos no haberlo hecho. El motivo que produce nuestro arrepentimiento define si éste es verdadero o falso; 1. - si es “la tristeza que proviene de Dios”, 2. - o es “la tristeza del mundo”.

En la conversión de Pablo vemos los ingredientes de un verdadero arrepentimiento 1. Existe

En la conversión de Pablo vemos los ingredientes de un verdadero arrepentimiento 1. Existe una firme decisión de abandonar el pecado y cambiar de conducta. 2. El recuerdo de nuestros pecados perdonados no produce un sentimiento depresivo, sino un deseo de alabar a Dios por su amor, y nos lleva a dar testimonio ante los demás del poder perdonador de Jesús.

JESÚS AL ENCUENTRO DE SAULO E. G. W. (El camino a Cristo, cp. 4,

JESÚS AL ENCUENTRO DE SAULO E. G. W. (El camino a Cristo, cp. 4, pg. 41)

¿Qué elementos comunes ves en el arrepentimiento de los siguientes personajes bíblicos? Ninguno de

¿Qué elementos comunes ves en el arrepentimiento de los siguientes personajes bíblicos? Ninguno de ellos sintió pesar por sus pecados, sino por las consecuencias de ellos. Esaú (Hebreos 12: 17) Balaam (Números 22: 32 -35) Faraón (Éxodo 12: 29 -32) Judas (Mateo 27: 4 -5)

Arrepentimiento verdadero Tristeza por haber pecado contra Dios. Arrepentimiento falso Tristeza por haber pecado

Arrepentimiento verdadero Tristeza por haber pecado contra Dios. Arrepentimiento falso Tristeza por haber pecado contra Dios.

La confesión es el acto que da validez a nuestro arrepentimiento. El Espíritu Santo

La confesión es el acto que da validez a nuestro arrepentimiento. El Espíritu Santo no da sentimientos vagos de culpa, nos convence de nuestras faltas específicas. La confesión ha de ser concreta: “Señor, he hecho esto mal, he pecado y quiero que me perdones este pecado”. La confesión sincera debe ir más allá de las meras palabras es decirle a Dios todo lo que has hecho a pesar de que El …ya lo sabe E. G. W. (El camino a Cristo, cp. 4, pg. 39)

En el Salmo 32, David refleja los sentimientos que le invadieron (e incluso los

En el Salmo 32, David refleja los sentimientos que le invadieron (e incluso los cambios físicos que se produjeron en él) antes y después de confesar su pecado. Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí” “Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación… ¡Alegraos, vosotros los justos; regocijaos en el Señor! ¡cantad todos vosotros, los rectos de corazón!” “Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor» , y tú perdonaste mi maldad y mi pecado”

“El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante: -

“El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante: - Da salud a cada una de las partes vitales: el cerebro, el corazón y los nervios. -Por su medio las energías más potentes de nuestro ser despiertan y entran en actividad. -Libra al alma de culpa y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida. - Con él vienen la serenidad y la calma. -Implanta en el alma un gozo que nada en la tierra puede destruir: el gozo que hay en el Espíritu. E. G. W. Santo, un gozo que da salud y vida” (El ministerio de curación, pg. 78)