NOTA El mensaje en esta presentacin describe en
NOTA: El mensaje en esta presentación describe en términos generales el terror y el sufrimiento que produce la guerra. Aunque actualmente el mayor enfoque ha sido en Líbano e Israel, les recordamos que centenares de personas mueren diariamente debido a guerras, ataques suicidas y como daño colateral en conflictos. DIOS Y LA GUERRA Las fotos que usamos para ilustrarla son de una variedad de conflictos recientes no solo de un evento en particular. Nuestra oración es por la paz mundial. Esto se volverá realidad cuando El Príncipe de Paz establezca su Reino en la tierra. Tu puedes tener Su Reino y Su Paz en tu corazón ahora mismo. ♫ Enciende los parlantes «Bienaventurados los pacificadores, HAZ CLIC PARA AVANZAR porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5: 9)
Pueblos y ciudades padecen destrucción. Hay pobres civiles inocentes, entre ellos niños, privados de lo más elemental… …familias deshechas que ven morir a sus seres queridos víctimas de atroces sufrimientos.
HECHOS ACERCA DE LA GUERRA Aunque la humanidad siempre ha sido víctima del flagelo de la guerra, ningún otro período de la Historia ha conocido una escalada bélica como la acaecida durante el siglo XX. La Cruz Roja Internacional estima que más de 100 millones de personas perecieron en ese siglo a causa de las guerras. Desde la Segunda Guerra Mundial —conflagración que se esperaba que garantizase el fin de todo conflicto armado— han estallado más de 150 guerras de grandes proporciones, eso sin contar cientos de escaramuzas, alzamientos y revoluciones. La “Guerra contra el Terrorismo” ha tomado gran importancia en el mundo actual. Ataques terroristas y bombarderos suicidas claman decenas de vidas cada día. CONFLICTOS ACTUALES: Líbano / Israel Irak Sudán Chechenia Kashmir Afganistán Sri Lanka LIMPIEZA ETNICA. La agencia AP informa que en el curso del siglo pasado las matanzas perpetradas por súbditos de diversas naciones contra sus conciudadanos han superado las muertes provocadas por enfrentamientos con rivales extranjeros. En su informe, la agencia alude a las purgas de Stalin, la Revolución Cultural china, los campos de exterminio de Camboya, la llamada depuración étnica de Bosnia, los horrores de Ruanda, etc. También podríamos mencionar la fratricida guerra civil española y los choques entre movimientos guerrilleros y el ejército que han marcado la historia reciente de muchos países latinoamericanos. En su reportaje, la agencia AP emite una grave sentencia: El siglo XX está bañado en sangre [. . . ], la demencia homicida ha segado la vida de 170 millones de personas. [. . . ] No por nada el término genocidio se acuñó en nuestro siglo.
¿Qué causa justifica tan elevado costo en vidas humanas? ¿Acaso los abusos de un régimen corrigen los de otro? ¿Qué gobierno tiene la autoridad moral para erigirse en juez de los demás?
Ningún ejército puede afirmar que está del bando de los buenos. La guerra, la muerte y la destrucción nunca están bien. Pese a que el hombre fue creado para amar y ayudar a sus congéneres, el egoísmo y la codicia han propagado y extendido la corrupción en todo el mundo, hasta tal punto que agredir y matar es hoy en día moneda corriente. ¡Dios no lo planeó así!
Se equivocan quienes alegan que hacen la guerra en nombre de Dios y afirman que su causa cuenta con Su bendición. Muchos son inducidos a error por su concepto parcial del bien y de la justicia; otros abrigan móviles hipócritas.
«¿De donde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? » SANTIAGO 4: 1 Dios, El Todopoderoso, podría hacer uso de Su poder para obligar a los hombres a obrar bien; pero ha optado por concederles libre albedrío. El permite que cada nación y cada persona determine su destino mediante las decisiones que toma.
Si Dios no impone a los demás Su voluntad ni Sus planes, cuánto menos debieran hacerlo los mortales. Nadie debe forzar a otro a aceptar sus creencias o su estilo de vida. Esa forma de actuar no es Ningún gobierno debe compeler a otro a conforme a Sus designios. ajustarse a sus ideales y deseos.
Dios conoce el corazón de los hombres. El premiaré a los pacificadores y castigará a los sanguinarios. Todos daremos cuenta ante El en el día del juicio. Que cada cual haga examen de conciencia y decida su postura, si está a favor de la paz o de la guerra, de la libertad o de la tiranía. Padres llevando a sus niños a firmar y escribir en bombas que mataran a otros niños.
Mas los que de veras conocen a Dios y le aman se atienen a Sus palabras e imitan Su ejemplo, buscando activamente la paz. «Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5: 9).
¿Trabajas por la paz? ¿Mereces que te cuenten entre los hijos de Dios? ¿Lo conoces bien? ¿Sabes que El es amor? ¿Le has abierto tu vida y orado para aceptarlo? Si tu conocimiento de El es puramente nominal, eso puede cambiar en este preciso instante. Para conocerlo de forma íntima no tienes más que dejar que Su espíritu de amor, paz y luz invada tu vida y anide en tu corazón. Háblale. Llámale. Si no sabes qué decir, haz esta sencilla oración: Jesús, deseo conocerte personalmente. Quiero entender la verdad. Quiero ver el mundo desde Tu perspectiva. Quiero conocer Tu voluntad y hacer lo posible por que se cumpla. Deseo dar la cara por la verdad y la justicia. Dame fuerzas para ello. Indícame cómo puedo mejorar mi entorno. Enséñame a amar y a ayudar a mis semejantes como lo harías Tú si estuvieras hoy en día en la Tierra. Hazme saber cómo puedo promover la paz. Amén.
Si Jesús esta en tu vida y estás viviendo cerca de Él, aunque haya guerra, confusión y caos a tu alrededor, tú puedes tener paz interior -- en tu corazón -- a través del Príncipe de Paz, Jesucristo. Toma partido por Dios, por la paz y contra la guerra. Toma partido por la libertad y contra la hipocresía, la codicia y el egoísmo de los que tienen ansias de guerra. Ruega por la paz. Ruega por los inocentes. No olvides que un día habrás de dar cuenta ante Dios. Tenlo presente en cada decisión que tomes.
Si bien el panorama se presenta sombrío, se acerca el día en que Dios mismo intervendrá para acabar de una vez para siempre con la violencia y las guerras que azotan al mundo. La Biblia enseña que cuando Cristo retorne a la Tierra, «Juzgará a las naciones y reprenderá a muchos pueblos […]. Volverán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. » (Isaías 2: 4. )
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