Mircoles de Ceniza 17 02 2010 Msica Vondeland
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Miércoles de Ceniza 17 -02 -2010 Música: Vondeland; present: B. Areskurrinaga HC texto: D. Amundarain
Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma «Arrepiéntete, y cree la Buena Nueva» La meta de la Cuaresma no son las lágrimas, tampoco su contenido; al contrario, son la alegría, la vida como vida
Abandonad el mal, arrepentíos y viviréis (cf. Ez 18, 30 -32) La vida no consiste en decir «no» , ni a la carne, ni a nada, sino en decir «sí» a la vida, a un mundo mejor
«Éste es el ayuno que quiero: que abras las cárceles. . . que abras el corazón a tu hermano/a» (Is 58, 6 -7). La vida no consiste en «no comer» , sino en decir al hermano que su meta es la vida, y acompañarle en tal sentido.
«Mis pensamientos no son como los vuestros» (Is 55, 8) La vida no consiste en negar al propio pensar, tampoco en estar considerando el propio yo, sino en reflexionar sobre lo que somos yo, mi prójimo y el mundo entero a los ojos de Dios
Al abandonar el mal, a los de Nínive, Dios, lejos de destruirlos, los acoge (cf. Jonás 3, 10) La vida no está en meter miedo a la gente, sino en manifestarle que Dios los invita con amor: como a Noé, como a los israelitas en Egipto, como a Pedro. . .
«Si hoy oís la voz del Señor, no endurezcáis el corazón» (Heb 4, 7) La vida no consiste en repetir machaconamente un texto, sino en escuchar al Señor: al hablarte en la Biblia, en el prójimo pobre, en la naturaleza. . .
Tened presente el camino que el Señor os ha hecho realizar estos 40 años. . . para probaros» (Dt 14, 24) La vida no está en desesperar en la prueba, sino el tomar al Señor como guía: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6)
Nacer del agua y del Espíritu (cf. Jn 3, 5) La vida no consiste en paralizarse en el rito bautismal, sino en desarrollar, en llevar a su término nuestra sumersión en Cristo, nuestra deificación
Si el Espíritu que resucitó a Jesús está en vosotros, os resucitará ese mismo Espíritu (cf. Erm 8, 11)
La meta de la Cuaresma es la Pascua, es Pentecostés Los sumergidos en la muerte de Jesús, nos uniremos a él en la resurrección En Pentecostés, el Espíritu de Jesús será testigo de ello en nuestro corazón