Ministerio De Mayordoma Pr Diego Doria Lejos est

Ministerio De Mayordomía. Pr. Diego Doria.

“¡Lejos esté de mí el daros la razón! Hasta que muera, no renunciaré a mi integridad”. (Job 27: 5).

ü Los hijos de Dios no están exentos de vivir momentos de profunda necesidad. ü Nunca el Señor prometió, en esta tierra, una vida fácil y libre de sufrimientos. ü Mientras el pueblo de Dios esté en este mundo, tendrá que enfrentarse a los problemas y las crisis que sacuden a la humanidad.

“Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo”. (Juan 16: 33).

¿Cómo mantener la fidelidad a Dios en medio de las crisis?

1 - Recuerda que Dios prometió acompañarte en los momentos difíciles.

"Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores”. (Salmos 91: 15.

ü Puedes vivir confiado, de que en ningún instante estarás solo para enfrentar las luchas de la vida. ü Si hay un momento cuando Dios está pendiente de sus hijos, es cuando éstos enfrentan situaciones difíciles.

ü No se derrama una lágrima de los ojos de sus hijos, sin que el Señor no note. ü No se sufre algún dolor sin que Dios no esté al tanto de la situación que viven sus fieles.

ü Nunca atravesarás por una circunstancia difícil sin que Dios no sea consciente de lo que experimentas. ü Jamás él dejará a sus hijos abandonados en medio de las crisis de esta vida.

2 - Reconoce a Dios como el dueño de todo.

ü El egoísta corazón humano cree que su seguridad radica en las muchas cosas materiales que pueda poseer.

üMuchas de las llamadas crisis de la vida dejarían de verse como tal, si el hombre reconociera al Señor como dueño de todo lo que existe, y proveedor de las mismas.

ü La Biblia muestra a Dios como señor y amo de todo lo bueno e importante que hay en el mundo. Veamos:

Dios es: üCreador de todas las cosas. Génesis 1: 1; Isaías 40: 28. üDueño de toda la tierra. Éxodo 19: 5; Salmos 24: 1. üDueño de todas las criaturas. Salmos 50: 10 -12.

Dios es: üDueño del oro y la plata. Hageo 2: 8. üDueño de los seres humanos. Isaías 43: 1. Ezequiel 18: 4. üDueño de todo lo que existe. Job 41: 11.

Salmos 37: 5 te dice: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”.

3 - Acostúmbrate a ser fiel en las cosas pequeñas.

“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho: y el que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”. (Lucas 16: 10. Versión Nacar- Colunga).

üLa vida está llena de pequeñas decisiones, las cuales pueden conducir a las mayores realizaciones, o los grandes fracasos, dependiendo de lo acertado o no de las determinaciones tomadas.

ü Es necesario demostrar integridad en las cosas pequeñas de la vida. ü Quien no presta mucha atención a la fidelidad de lo que parece insignificante, terminará siendo infiel en las cosas de mayor importancia.

ü Es que el énfasis del Señor no está sobre la cantidad que cada uno pueda entregar; lo que el cielo destaca es el motivo que impulsa a cada uno para dar.

ü El plan del Señor es tan sabio que involucra a todos por igual. ü Aquella persona que recibe mucho dinero tiene la misma responsabilidad de ser fiel, que el otro que recibe poco; y ambos podrán agradar o no a Dios, dependiendo de su fidelidad, y no del monto depositado.

ü Si alguien llega a pensar que no es importante depositar su ofrenda porque es pequeña e insignificante, no debería extrañarse que el día cuando tenga una suma más importante, encuentre razones humanas para ser infiel.

üSi una familia decide tomar unos cuantos minutos del sábado para asuntos personales, si no corrige su mal proceder, un día termina dudando que el sábado sea el día del Señor, y justificando el uso inadecuado que hacen de él.

üSi los miembros no se comprometen decididamente en los programas y actividades de la iglesia porque consideran que no tienen muchos talentos o recursos materiales qué aportar; si no mejoran en su manera de pensar y actuar, terminarán alejados del camino.

ü No importa cuán grande o pequeño sea tu aporte, hazlo de corazón y con mucha entrega, y puedes tener la certeza de que no pasará inadvertido ante la mirada del cielo.

“Es indispensable que cultivéis fidelidad en las cosas pequeñas, y al hacerlo adquiriréis hábitos de integridad en las responsabilidades mayores”. (Consejos sobre la Salud, pág. 401).

4 - Acuérdate de ser fiel cuando todo salga bien.

üLa Biblia cuenta historias de hombres a los cuales el éxito les hizo perder el camino de la fidelidad.

üEl mismo rey Salomón, aunque era sabio, no supo manejar el éxito y perdió de vista el camino de la integridad.

üLa lista crece con Saúl, Sansón, y el mismo David, quien tambaleó en su reinado cuando el éxito y la popularidad le hicieron perder la ruta.

“No obstante, el éxito y los honores mundanos habían debilitado tanto el carácter de David que repetidamente fue vencido por el tentador”. PP. 737

“Hay muchos hombres a quienes Dios habría podido usar con éxito asombroso cuando estaban afligidos por la pobreza , pudo haberlos hecho útiles aquí y coronarlos con gloria después, pero la prosperidad los arruinó; fueron arrastrados hacia el fondo porque se olvidaron de ser humildes”. (Ministerio Médico, pág. 47)

5 - No permitas que tu Fidelidad a Dios esté condicionada.

ü La verdadera fidelidad no conoce de condicionamientos, ni se fundamenta en las circunstancias.

ü En esta tierra tendrás que enfrentar todo tipo de situaciones; algunas agradables, otras no tan positivas, y algunas duras, difíciles e incomprensibles.

ü Solo que la verdadera fidelidad se mantiene intacta bajo cualquier situación, por muy favorable o desfavorable que ésta sea.

ü Los hijos fieles del Señor no se confían en la prosperidad o el éxito para olvidarse del Dios que provee, ni se escudan en las dificultades para abandonar su fidelidad y darle cabida al desengaño y la desilusión. ü Bajo cualquier circunstancia de la vida, es necesario mantener a salvo la fidelidad.

¡Lejos esté de mí el daros la razón! Hasta que muera, no renunciaré a mi integridad”. (Job 27: 5).

"El cielo nos habrá costado bastante poco, aun cuando lo obtengamos por medio del sufrimiento". (Primeros Escritos, pág. 66).

6 - Deposita toda tu confianza en Jehová.

"Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo”. (Jeremías 17: 5)

ü Gran parte de las crisis que el hombre tiene que enfrentar a diario, vienen por dejar de apoyarse en Dios, para confiar en sí mismo y las cosas que le rodean.

ü Muchos cristianos demuestran confiar más en el dinero y las posesiones materiales, que en las mismas promesas que Dios ha hecho. ü Cuando los problemas acosan al cristiano, es necesario que éste se ampare en Jehová, reconociéndolo como el único dueño y proveedor de todo bien.

ü Aunque estés sumido en profundas dificultades, no debes olvidar en quién has creído.

ü Cuando la vida de Job se consumía a la par de sus posesiones y su familia; y cuando muchos querían llevarlo al terreno de la infidelidad pidiéndole que renegara del Señor, él expresó su seguridad de que su Dios finalmente lo sacaría triunfante, aunque en el momento no podía explicar el porqué de su actual condición.

Con inobjetable seguridad, Job respondió: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. (Job 19: 25 -27).

“Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”. Salmos 34: 8.

7 - Aférrate de las promesas del Señor.

ü Antes que llenarse de angustias, dudas y desconfianza, los hijos fieles del Señor colman cada día sus mentes con las múltiples promesas de su Palabra.

ü Dios es fiel para cumplir lo que ha propuesto dar a sus hijos; entonces clama a Jehová, y él te mostrará cosas grandes y ocultas que tú ni te imaginas.

“Bendice, alma mía, á Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios”. (Salmos 103: 2).

“Edúquese al pueblo de Dios a ir al Señor cuando esté en problemas y a obtener fortaleza de las promesas que son el sí y el amén para toda alma que confía”. (Testimonios para los Ministros, pág. 381).

“Soltáis demasiado pronto el brazo del Señor. Asediad el trono con peticiones, y persistid en ellas con firme fe. Las promesas son seguras. Creed que vais a recibir lo que pidáis y lo recibiréis”. (La Oración, pág. 89).

CONCLUSIÓN Si quieres que tu fidelidad se mantenga sana en medio de un mundo convulsionado y en crisis, recuerda siempre que puedes contar con la compañía divina como una de las tantas promesas que puedes reclamar al Señor.

“…sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25: 21). Autor: Pr. Diego Doria Unión Colombiana del Norte