Los siete pecados capitales del profesor El profesor

Los siete pecados capitales del profesor

El profesor “cuchilla” 4 Alude al profesor que no perdona ningún error a un estudiante. 4 Se complace poniendo malas calificaciones. 4 Es excesivamente exigente 4 Los humilla y los hace sentir poca cosa. 4 Inspira a sus alumnos temor.

El buen profesor en cambio. 4 Debe ser amable, benévolo y comprensivo. 4 Cualquiera puede equivocarse. 4 Estimular cuando acierta. 4 Felicitarlo por sus logros. 4 Hacer que se sienta feliz aprendiendo.

El profesor “libro” 4 Es el que recita el libro de texto. 4 Escribe en la pizarra todos sus contenidos dándoles la espalda a sus alumnos sin mirar a nadie. 4 Es frío y serio. Se mantiene distante. 4 No se preocupa que sus estudiantes aprendan. 4 Siempre esta concentrado en sus problemas.

El buen profesor en cambio 4 Tiene un sentido muy agudo, para captar si el auditorio le esta poniendo atención. 4 El profesor hace preguntas, animar la clase y sorprender a los alumnos con sus comentarios. 4 Sabe contextualizar las cosas que explica. 4 Conoce las conexiones de los datos con otras cosas.

El profesor “madre” 4 Es un profesor muy condescendiente que no exige grandes esfuerzos a sus alumnos. 4 Suele perdonar los errores aunque sean muy grandes. 4 Tiene una actitud de pereza y usa la ley del mínimo esfuerzo. 4 Es fácil pasar su ramo, no exige asistencia. 4 Demuestra actitudes de irresponsabilidad ya que no prepara sus clases, no entrega notas.

El buen profesor en cambio 4 El exige no permite que el alumno se aburra, ni se desmotive. 4 Cuando el profesor crea un ambiente estimulante y desafiante, el alumno se esfuerza por lograr los objetivos, valorando así sus esfuerzos por alcanzarlos.

El profesor “pavo real” 4 Es aquel que se pavonea de sus conocimientos e inteligencia frente a sus alumnos. 4 A este profesor se le hace difícil exponer las cosas de la manera mas sencilla posible. 4 Se ufana de sus explicaciones, pero sus alumnos están confundidos, se desmotivan y no aprenden.

El buen profesor en cambio 4 Realiza una clase no para lucirse, sino para enseñar las cosas de la manera más sencilla posible. 4 Da oportunidad a sus alumnos que demuestren lo que saben. 4 Siempre esta dispuesto a aprender.

El profesor “neblina” 4 Sus explicaciones son tan confusas y tan oscuras que los estudiantes no logran entender. 4 Es un expositor vago e impreciso, no logra hacerse entender. 4 Le falta preparación. 4 No domina los lenguajes necesarios para ejercer su labor.

El buen profesor en cambio 4 No pierde de vista que dar una clase es un asunto comunicativo. 4 Debe hablar con corrección, utilizando buena dicción y un entonación agradable. 4 Al escribir en la pizarra utiliza una letra apropiada, ortografía intachable. 4 Usa lenguaje gestual, saca provecho de la expresión corporal. 4 Usa lenguaje gráfico, hace gráficos, dibujos, flechas, subraya o encierra en círculos las ideas que necesita destacar, los elementos importantes.

El profesor “eficiencia” 4 Es aquel que cree que basta con ser eficiente en la enseñanza para ser gran profesor. 4 Se trata de un pecado de omisión, la eficiencia es apenas una parte de la enseñanza, no lo es todo.

El buen profesor en cambio 4 Es alguien que va más allá de enseñar, trasmite valores, enseña con su ejemplo. 4 Tiene una actitud especial, con la forma de responder a sus alumnos, como prepara y desarrolla sus clases. 4 Trasmite la pasión por el conocimiento, claridad del pensamiento, honestidad, ideales. 4 Los alumnos lo admiran y lo reconocen como un guía, como un gran maestro. 4 Lo imitan y lo quieren.

El profesor “papeleo” 4 Cree que enseñar es pasar pruebas y exámenes. 4 Se limita a entrenar a sus alumnos. 4 Lo que importa es que los estudiantes cumplan con los requerimientos del sistema educativo. 4 Ayuda a completar un papel.

El buen profesor en cambio 4 Tiene claro que llenar un papel es lo menos importante. 4 La enseñanza en innata al ser humano, es una de las formas más nobles para trasmitir, conservar y desarrollar los tesoros del conocimiento.

4 “Un profesor jubilado tenía guardada en su escritorio una lupa grande que de vez en cuando se la enseñaba a su nieta y la dejaba que tocarla, hasta que una mañana, llena de sol, llena de luz, la llamó y le dijo que salieran al jardín. Allí enseño como se podía hacer fuego concentrando los rayos del sol en un punto candente. La niña se asombró muchísimo y cuando entendió ese sencillo milagro que estaba sucediendo, miro a su abuelo con una sonrisa, clara y bella , en la que estaba que le mostraba toda la infinita dimensión del ser humano. El profesor se sintió feliz, como siempre cuando enseño y la niña salió corriendo a buscar a sus amigos para enseñarles lo que acababa d aprender”

Esta hermosa mañana resume lo que es la pedagogía.