Los sacramentos no son slo para que aprendamos

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Los sacramentos no son sólo para que aprendamos de ellos, sino para que los

Los sacramentos no son sólo para que aprendamos de ellos, sino para que los apreciemos y los recibamos cada vez con mayor fe. Esto es porque tienen algo en “que nos va la vida”, la vida eterna que Dios quiere darnos: es la vida de Dios que llamamos la “gracia”.

En la definición de “sacramento” decíamos que son: Para santificarnos y darnos su gracia.

En la definición de “sacramento” decíamos que son: Para santificarnos y darnos su gracia. Los sacramentos no son sólo señales o signos de la gracia sino que la dan. Con esas palabras se declara el fin de los sacramentos, los cuales, todos ellos, tienden a santificar al hombre por la gracia. Pero la gracia que todos los sacramentos significan y confieren es, principalmente, la gracia santificante: pues, o primeramente conceden esta gracia o, ya concedida, la aumentan.

Veamos qué se nos da y cómo se nos da en los sacramentos. Se

Veamos qué se nos da y cómo se nos da en los sacramentos. Se nos da la vida divina o se nos aumenta o se nos vuelve a dar otra vez. Esta participación de la vida divina es lo que llamamos la Gracia, llamada así porque Dios nos la da de manera gratis. En los sacramentos esta gracia la significan, pero además nos la dan.

Hay otras cosas en nuestra liturgia que significan alguna gracia, pero no la dan

Hay otras cosas en nuestra liturgia que significan alguna gracia, pero no la dan por sí, sino dependiendo de la fe de quien lo recibe. Por ejemplo, el Domingo de Ramos se dan los ramos. Éstos significan la victoria contra el demonio. Pero sólo por el hecho de llevarlos en la procesión no sucede un triunfo contra el demonio. Dependerá de la fe de quien lo lleve.

Otros ejemplos. El recibir agua bendita no aumenta la gracia por sí sola. Depende

Otros ejemplos. El recibir agua bendita no aumenta la gracia por sí sola. Depende de la fe de quien lo recibe. Igualmente podemos decir de la ceniza el miércoles de ceniza. El significado es hermoso, pero el aumento de gracia depende de la fe en quien la recibe. Por eso podemos decir que esa ceniza es inútil para los niños pequeños que en algunos sitios la reciben. Otra cosa es el bautismo para los niños pequeños como veremos a su tiempo.

En el Ant. Testamento, donde no había sacramentos con la gracia que nos brindó

En el Ant. Testamento, donde no había sacramentos con la gracia que nos brindó Jesús con su muerte y resurrección, sí había actos donde se significaba alguna gracia por el encuentro con Dios; pero el recibir alguna gracia divina dependía de las intenciones del receptor: circuncisión, comida del cordero pascual, algunas bendiciones generales o sacerdotales, etc.

Estos actos del Antiguo Testamento se solían nombrar “signos de bendición”, porque eran sólo

Estos actos del Antiguo Testamento se solían nombrar “signos de bendición”, porque eran sólo signos de fe. Es decir, que la justicia y santidad no provenía de los signos, sino de la fe que se ponía en los signos. Los sacramentos de Jesucristo no sólo sirven para despertar la fe, sino que contienen la salvación que buscamos por la fe.

En los sacramentos de la Iglesia no es que Dios derrame una gracia con

En los sacramentos de la Iglesia no es que Dios derrame una gracia con ocasión de realizarse el sacramento, sino que el mismo sacramento da la gracia. Claro que quien da la gracia es Dios manejando este instrumento, determinado por Él, que es el sacramento. No es por lo tanto el sacramento como hecho externo quien da la gracia, sino Cristo que está allí presente.

Muy hermosamente decía san Agustín: “Aunque sea Pedro quien bautice, es Cristo quien bautiza;

Muy hermosamente decía san Agustín: “Aunque sea Pedro quien bautice, es Cristo quien bautiza; aunque sea Judas quien bautice, es Cristo quien bautiza”. Jesús sigue bautizando no por un acto externo, sino por la acción invisible de su divina majestad. Y lo que dice san Agustín sobre el bautismo lo podemos decir de los demás sacramentos.

También se nos puede dar la vida divina por un acto de amor intenso

También se nos puede dar la vida divina por un acto de amor intenso a Dios; pero es más difícil. Los sacramentos son los canales puestos por Jesucristo para que se nos dé la vida divina de modo normal. Este darnos la vida divina por los sacramentos tiene una relación con la vida natural. Para vivir necesitamos primero nacer, luego alimentarnos, robustecernos para vivir bien, ir al médico si nos enfermamos, etc.

Esta es la grandeza del amor de Dios. Es tan bueno que nos da

Esta es la grandeza del amor de Dios. Es tan bueno que nos da la gracia tan abundantemente por los sacramentos, que a veces recibir tanta gracia no depende de la propia voluntad al recibirlo, como sucede con los niños cuando reciben el bautismo. Esto es por ser algo tan necesario y bueno como es el bautismo.

Lutero y otros negaron que los sacramentos pudieran dar la gracia por ellos mismos.

Lutero y otros negaron que los sacramentos pudieran dar la gracia por ellos mismos. Por eso se reunió el Concilio de Trento declarando estas conclusiones: "Si alguien dice que los sacramentos de la Nueva Ley no contienen la gracia que significan, o que no confieren la gracia a aquellos que no la obstaculizan, sea anatema" (Ses. 8ª, can. 6). "Si alguien dice que la gracia no se confiere por los sacramentos ex opere operato, sino que la fe en las promesas de Dios basta para obtener la gracia, sea anatema"

“Ex opere operato” es una fórmula para decir que dan la gracia por ellos

“Ex opere operato” es una fórmula para decir que dan la gracia por ellos mismos, no por la fe de quien los esté administrando. Y dan la gracia por ellos mismos, porque allí está Cristo de una manera especial. Este es un gran signo de la bondad de Dios.

La formulación explícita de esta doctrina se remonta ya a los tiempos en que

La formulación explícita de esta doctrina se remonta ya a los tiempos en que San Agustín refutaba a los donatistas, que condicionaban la eficacia de los sacramentos a la disposición del ministro. De los sacramentos podríamos decir aquello que decía el profeta:

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará. Automático

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará. Automático

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará.

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará.

Pondré mi espíritu sobre vosotros y os renovaré el corazón.

Pondré mi espíritu sobre vosotros y os renovaré el corazón.

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará. Hacer CLICK

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Esto de que los sacramentos dan la gracia que significan quiere decir que no

Esto de que los sacramentos dan la gracia que significan quiere decir que no recibimos la gracia por el mérito del que lo administra o por la fe o fervor de quien lo recibe, sino porque el sacramento contiene la gracia y la da. Otra cosa diversa es el dar una limosna, hacer una oración u otro acto de virtud. Se aumenta la gracia, pero dependiendo del esfuerzo o voluntad de quien lo hace.

Alguno lo compara como con el sacar agua de un pozo. Uno puede sacarla

Alguno lo compara como con el sacar agua de un pozo. Uno puede sacarla con una vasija atada a una cuerda: tiene que hacer bastante esfuerzo. Mucho mejor será con un motor eléctrico, mientras no se ponga un obstáculo. Este obstáculo puede ser apagar la corriente eléctrica. Así pasa con los sacramentos.

Los sacramentos no siempre dan la gracia, alguna vez porque nos parece que son

Los sacramentos no siempre dan la gracia, alguna vez porque nos parece que son sacramentos y no lo son; pero otras veces porque nosotros mismos ponemos obstáculos para que venga la gracia, como Judas en la “Última cena”. Cuáles son los obstáculos lo iremos viendo en cada sacramento.

Para recibir la gracia propia de algunos sacramentos, se necesita estar en gracia, como

Para recibir la gracia propia de algunos sacramentos, se necesita estar en gracia, como la comunión y el matrimonio. Por lo tanto primero hay que quitar el obstáculo que es el pecado grave que le hace a uno enemigo de Jesús; sobre todo si uno es consciente de tener tal pecado. Para la confesión el obstáculo sería ir sin quererse arrepentir de los pecados, al menos de alguno.

Y esto es así porque Dios lo ha querido. Aquí hay algo que parece

Y esto es así porque Dios lo ha querido. Aquí hay algo que parece curioso: y es que uno puede recibir el sacramento válidamente, sin recibir la gracia del sacramento, la vida de Dios, por poner un obstáculo. Por ejemplo: Uno se casa no queriendo arrepentirse de un pecado grave; pero quiere casarse de verdad. Queda casado sin recibir la gracia propia del matrimonio, que recibirá cuando se confiese de aquel pecado.

En lo anterior hay diferencias de unos a otros sacramentos. Y no sólo no

En lo anterior hay diferencias de unos a otros sacramentos. Y no sólo no se recibe la gracia, sino que sucede algo peor. Por ejemplo: Si uno va a confesarse sin arrepentirse de un pecado grave, la confesión es sacrílega. Quiere decir que no se le perdona ningún pecado y además ha cometido otro. Algo parecido pasa con la comunión recibiéndola a sabiendas de que tiene algo grave de lo cual no quiere arrepentirse.

Cuando se quita el obstáculo vuelve la gracia del sacramento. Podríamos compararlo con lo

Cuando se quita el obstáculo vuelve la gracia del sacramento. Podríamos compararlo con lo que pasa cuando uno quiere quemar un leño muy mojado. No arde; pero si hay fuego alrededor, se va quitando la humedad. Cuando ésta desaparece, ya no hay obstáculo y nuestro leño arde como los demás.

Ante esto alguno querrá decir: Entonces, si no hace falta tener mucha fe y

Ante esto alguno querrá decir: Entonces, si no hace falta tener mucha fe y fervor, con tener lo elemental, lo justito, recibiremos los sacramentos, pues lo mismo reciben el pecador y el muy santo. No, no. Hay mucha diferencia de gracia recibida, dependiendo de la fe y del amor. El sacramento da la gracia, pero la cantidad de gracia Dios va distribuyendo normalmente según las disposiciones de quien lo recibe.

Así que cuanto mejor sea la disposición y mayor el fervor, mayor gracia recibirá

Así que cuanto mejor sea la disposición y mayor el fervor, mayor gracia recibirá por el mismo sacramento. Por ejemplo: En el bautismo de niños todos reciben la misma gracia. Pero, si uno se bautiza de mayor, además de la gracia fundamental del bautismo, por la misma fuerza del sacramento recibirá más gracia u otras gracias, si muestra mucho fervor y se ha preparado muy bien. Técnicamente se llaman “gracias actuales”.

Pasa como con uno que se quiere calentar con un fuego. No es lo

Pasa como con uno que se quiere calentar con un fuego. No es lo mismo ponerse cerca que lejos, aunque el fuego siga siendo el mismo. O pasa como quien quiera llevar agua de una fuente: cuanto mayor sea la vasija, más agua llevará. La gracia de Jesucristo puede ser infinita; pero conviene ir con una vasija grande para recoger más. La vasija grande es nuestro corazón cuando se le agranda con una buena preparación.

La gracia, que es participación de la vida de Dios, es también asemejarse a

La gracia, que es participación de la vida de Dios, es también asemejarse a Jesucristo. Todos los sacramentos nos van asemejando a Cristo, pero de distinta manera, porque la vida de Cristo tiene muchos aspectos diferentes. Si sólo bastase una misma gracia, no se podría explicar por qué Jesús instituyó diversos sacramentos. Así pues seguimos a Cristo de diversa manera: unos de otros y en nosotros mismos en diversas circunstancias.

Los sacramentos no sólo dan la gracia fundamental, que es la vida de Dios,

Los sacramentos no sólo dan la gracia fundamental, que es la vida de Dios, sino que nos infunden las virtudes, los dones del Espíritu Santo y una presencia más íntima de Dios. Y como la gracia santificante, la vida de Dios es única, debemos decir que hay algo especial en cada sacramento. Y alguna vez se puede conseguir esta gracia hasta sin los sacramentos, pero con alguna relación a ellos.

Por ejemplo: Si hay un infiel bueno, sin pecado, que no puede recibir el

Por ejemplo: Si hay un infiel bueno, sin pecado, que no puede recibir el bautismo; pero él desea estar con Dios, de hecho recibe la gracia. Es famoso el caso de san Ginés. Era comediante y quería burlarse de los cristianos ante el malvado emperador. El hacía de enfermo que iba a recibir jocosamente el bautismo. Sintió la gracia de Dios, se arrepintió y en medio de la comedia recibió de verdad el bautismo. Lo cual ratificó luego con el martirio.

Si uno antes de confesarse hace un acto de perfecta contrición, se le perdona

Si uno antes de confesarse hace un acto de perfecta contrición, se le perdona el pecado sin confesarse; pero queda con la obligación de confesarse cuando pueda. La gracia en los sacramentos tiene diferencias. Es como si en una fuente hubiera siete caños con un dispositivo que de cada uno saliese de diferente color. La diferencia no es sólo por las disposiciones sino por el mismo sacramento.

La principal diferencia en los sacramentos en cuanto a la gracia es para lo

La principal diferencia en los sacramentos en cuanto a la gracia es para lo que están destinados: alguno es para dar la primera gracia, el bautismo, otros para dar la que se ha perdido, como la confesión y a veces la unción de enfermos, otros son para aumentarla según diferentes circunstancias de la vida.

A veces los sacramentos nos dan otras gracias diferentes de lo que indican. Por

A veces los sacramentos nos dan otras gracias diferentes de lo que indican. Por ejemplo: Muchos se confiesan sin tener a veces ni pecados leves. Estos reciben aumento de gracias según las disposiciones. Pasa con la comunión que puede hasta perdonar algún pecado grave, si de verdad esa persona no se acuerda de ello, aunque debe confesarse cuando lo recuerde.

Los sacramentos son por voluntad de Cristo la continuación, hasta el fin de los

Los sacramentos son por voluntad de Cristo la continuación, hasta el fin de los tiempos, de las mismas acciones salvíficas realizadas por el Señor durante su vida terrena. De ahí que sean medios de santificación con la misma eficacia infalible que poseía la Santísima Humanidad de Cristo.

Todavía hay más cosas que hacen especialmente algunos sacramentos; pero ya esa gracia de

Todavía hay más cosas que hacen especialmente algunos sacramentos; pero ya esa gracia de poder tener la vida divina será suficiente para alabar eternamente a nuestro Salvador, porque nadie puede hacer cosas más grandes.

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Eres Tu, mi Dios, mi Salvador: eres Tu, eres Tu.

Eres Tu, mi Dios, mi Salvador: eres Tu, eres Tu.

No hay dios que haga más grandes cosas como las que haces Tu.

No hay dios que haga más grandes cosas como las que haces Tu.

No hay dios que haga más grandes cosas como las que haces Tu. Hacer

No hay dios que haga más grandes cosas como las que haces Tu. Hacer CLICK

Todos los sacramentos nos dan la gracia o la aumentan; pero hay tres sacramentos,

Todos los sacramentos nos dan la gracia o la aumentan; pero hay tres sacramentos, que son el bautismo, confirmación y orden sacerdotal, que realizan una semejanza con Cristo especialmente profunda y estable. A esto se llama carácter sacramental.

El carácter sacramental es una especie de sello que imprimen estos tres sacramentos. Es

El carácter sacramental es una especie de sello que imprimen estos tres sacramentos. Es un sello indeleble, que no se puede destruir, porque llevan los rasgos de Cristo. Es algo así como un hijo que lleva los rasgos de su padre. Eso no se puede cambiar. Si se hace una operación en la cara se puede desfigurar; pero muy difícil es el cambiar.

No quiere decir que el que tenga este carácter no puede cometer pecado y

No quiere decir que el que tenga este carácter no puede cometer pecado y apartarse de Dios. Puede desfigurarlo, pero no aniquilarlo. Es un dogma de fe expresado en el concilio de Trento, especialmente contra Lutero y compañía que lo negaban. No es algo material que se pueda ver por los sentidos, sino espiritual que lo pueden notar los espíritus como los ángeles y demonios.

Por el carácter se da una graduación en el estado permanente en la Iglesia:

Por el carácter se da una graduación en el estado permanente en la Iglesia: ciudadanos, soldados o ministros, según tengan el bautismo, confirmación u orden. A pesar de estado de graduación, no es lo más importante Dios. Lo más importante es la cantidad de gracia, de vida divina, de unión con Dios que tenga cada uno.

El hecho de que el carácter o sello sacramental no se pueda borrar nunca,

El hecho de que el carácter o sello sacramental no se pueda borrar nunca, hace que sean sacramentos que no se pueden repetir. Es decir, que uno que está bien bautizado, ya no puede volver a bautizarse. Y así los otros dos sacramentos, sabiendo que el orden es de tres clases, diácono, sacerdote y obispo, como veremos a su tiempo.

Cuentan de Juliano el Apóstata, un emperador romano hacia el año 361, que había

Cuentan de Juliano el Apóstata, un emperador romano hacia el año 361, que había sido cristiano y había apostatado de la fe, que, por la buena educación que había recibido y quería perder, se frotaba la frente muchas veces, como queriendo inútilmente borrar el carácter sacramental que había recibido en el bautismo.

El carácter sacramental es igual para todos. Si se recibe de verdad (válidamente) el

El carácter sacramental es igual para todos. Si se recibe de verdad (válidamente) el sacramento, se recibe, aunque uno esté en pecado. Otra cosa es la gracia, que es lo importante: Se puede perder, volver a recibir y aumentar. Es lo más importante, porque es la que nos dará la entrada para el cielo. Puede que uno sea sacerdote u obispo y tener menos gracia que un simple bautizado.

Y ¿Cómo sabemos todo esto? En primer lugar por la Escritura, y luego porque

Y ¿Cómo sabemos todo esto? En primer lugar por la Escritura, y luego porque la Iglesia recibió de Jesús el don de ver las cosas importantes de la religión y el poder de definirlas. San Pablo, por ejemplo, dice: “Es Dios quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros; y además nos ungió, nos selló y ha puesto su Espíritu como prenda en nuestros corazones” (II Cor 1, 21 -22).

En Ef 1, 13 dice: “También vosotros… habéis sido marcados con el sello del

En Ef 1, 13 dice: “También vosotros… habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido”. Varias veces habla san Pablo de este sello. Normalmente habla del bautismo, que es el primer sacramento que nos sella con Cristo en esta semejanza, en este ser de Cristo y de la Iglesia. Por este sello no somos seres muertos en la Iglesia sino piedras vivas en la construcción del Reino.

Desde la Iglesia primitiva los santos padres tenían a estos sacramentos por irrepetibles. Y

Desde la Iglesia primitiva los santos padres tenían a estos sacramentos por irrepetibles. Y sobre todo del bautismo y la confirmación se hablaba del sello. Solían decir que lo mismo que los soldados llevaban la señal de su rey y los esclavos la marca de su señor, algo así como tatuado, los bautizados llevan el sello del Espíritu Santo como destinados, por ser elegidos de Dios, para entrar en el Reino con la familia de Dios.

Los santos padres hablaban de ese sello como imborrable, porque quien ha sido alcanzado

Los santos padres hablaban de ese sello como imborrable, porque quien ha sido alcanzado una vez por la fuerza salvífica de la sangre de Cristo es señalado por Dios: “El sello del bautismo caracteriza a los hombres ante los ojos de Dios como creyentes en Cristo”. Y ya decían que por este carácter que confieren estos tres sacramentos los hombres son reconocidos en el cielo.

Luego ya vinieron las diferencias en la explicación de la esencia de este carácter.

Luego ya vinieron las diferencias en la explicación de la esencia de este carácter. Son disquisiciones para más estudiosos. Santo Tomás de Aquino decía que estos sacramentos imprimen carácter “en cuanto que destinan a los hombres al culto de Dios según el rito de la religión cristiana”. Es decir, que además de ser hijos de Dios, podemos realizar un culto a Dios.

Por eso ya decía san Pedro que todos los bautizados somos “un pueblo sacerdotal”,

Por eso ya decía san Pedro que todos los bautizados somos “un pueblo sacerdotal”, porque estamos destinados a dar culto a Dios. En este dar culto a Dios hay un progreso: los bautizados, que son como intermediarios entre ellos y los no bautizados. El confirmado, que debe sentirse como un soldado para trabajar por el Reino de Dios. Y de manera especial el orden, en sus tres grados, porque representan más a Jesús.

Hay otros dos sacramentos que, aunque no imprimen carácter como los tres (bautismo, confirmación

Hay otros dos sacramentos que, aunque no imprimen carácter como los tres (bautismo, confirmación y orden), se dice que imprimen una especie de quasi-carácter, porque no se pueden repetir según las circunstancias. Son: la unción de enfermos, que no se puede repetir si sigue la misma enfermedad, y el matrimonio, que no se puede repetir si siguen vivos los dos casados.

Por todo ello es por lo que los sacramentos son algo tan bueno que

Por todo ello es por lo que los sacramentos son algo tan bueno que les debe preceder una digna preparación. Y por eso terminamos pidiendo a Dios que nos unga poniéndonos en su presencia.

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Con dulce voz a ti yo clamaré.

Con dulce voz a ti yo clamaré.

Escucha, buen Señor, mi oración

Escucha, buen Señor, mi oración

En Ti me gozaré, Señor Jesús.

En Ti me gozaré, Señor Jesús.

A ti mi vida entera rendiré.

A ti mi vida entera rendiré.

Oh Señor Jesús, úngeme

Oh Señor Jesús, úngeme

y hazme dócil como tu quieras.

y hazme dócil como tu quieras.

Tómame y dame fuerzas

Tómame y dame fuerzas

para seguir tu camino.

para seguir tu camino.

Oh Señor Jesús, úngeme

Oh Señor Jesús, úngeme

AMÉN Que María presente nuestra oración ante su hijo Jesús.

AMÉN Que María presente nuestra oración ante su hijo Jesús.