LOS DRAGOS EN CANARIAS Introduccin El drago es

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LOS DRAGOS EN CANARIAS

LOS DRAGOS EN CANARIAS

Introducción • • El drago es una planta autóctona de Canarias, de la familia

Introducción • • El drago es una planta autóctona de Canarias, de la familia de las liláceas. Científicamente se le conoce con los nombres de: Dracoena Draco o Draco Palma Canariensis. Se encuentra con relativa abundancia en las Islas Canarias, aunque se mantiene el dilema de su exclusividad para las islas. En los últimos años el número de ejemplares ha aumentado considerablemente por su popularidad como planta ornamental y simbólica. Se trata de un árbol de tronco grueso y con la copa llena de ramas espesas, cuyas hojas son ensiformes y se rematan en forma de espada. Sus flores son numerosas y pequeñas. Cada una consta de seis pétalos y su fruto es una baya amarillenta. La madera del drago es esponjosa y ligera. La fama de este árbol deriva de su longevidad, pero especialmente de la resina o jugo que segrega este árbol de su tronco, que se condensa y adquiere el color de la sangre. A este líquido se le atribuyen muchas propiedades curativas. Ya los romanos conocían la sangre de Drago a la que llamaban “Cinnabaris” , según Plinio, y venían en busca de ella a las islas para usarla con fines medicinales. Debido a esto es por lo quedan pocos ejemplares de gran edad ya que su savia ha sido extraída con fines medicinales, lo que ha producido el deterioro de la planta. Además, los guanches daban a este árbol un carácter totémico, es decir, consideraban al árbol como un fetiche protector. Asimismo, en torno a este árbol rondan muchos mitos, siendo el más famoso el que identifica al árbol con el mítico dragón que guardaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Cuenta el mito que más allá de las Columnas de Hércules (lugar que los griegos situaban en el Estrecho de Gibraltar) se encontraba el famoso Jardín de las Hespérides. Las Hespérides eran siete, vivían en la Mauritania, aunque otras tradiciones míticas las sitúan en las Islas Canarias y cultivaban un Jardín magnífico, cuyos árboles cargados de manzanas de oro, excitaban la codicia de hombres y dioses. Estas manzanas se las había regalado Gea, la madre tierra, a Hera con motivo de su boda con Zeus. Un dragón con siete cabezas se encargaba de custodiar la preciada fruta y se hallaba en la entrada del jardín con los ojos siempre abiertos. Euristeo le había ordenado a Hércules realizar Doce Trabajos y uno de ellos era robar las manzanas de oro. Hércules tuvo que sortear muchos peligros, pero lo peor fue enfrentarse al dragón que custodiaba el jardín. Tras una dura pelea logró matarlo y apoderarse de las manzanas de oro. La Hespérides le advirtieron que los dioses no lo permitirían y que las manzanas volverían a su lugar. Cuando Hércules llevó las manzanas a Euristeo, le comentó la advertencia hecha por las Hespérides, por lo que el astuto Euristeo se las regaló a Hércules como premio por su valor. Este inmediatemante se las llevó a la diosa Atenea que las restituyó en su lugar. A las Hespérides también se les da el nombre de Atlántidas o Pléyades. Todas se casaron con dioses o héroes y después de su muerte fueron colocadas en el firmamento formando la constelación de las Pléyades.