Los caminos de la oracin SEOR ENSANOS A

Los caminos de la oración “SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR” TALLER DE ORACIÓN ONLINE SESIÓN # 7

¿Qué hemos visto hasta ahora? ¿Qué es la oración? Vocación universal a la oración Las formas de la oración en el Tiempo de la Iglesia • Un diálogo de amistad • Jesús Maetro de oración • El Padrenuestro como trasfondo de toda oración cristiana • Modelos de oración en el Antiguo Testamento • La bendición y la adoración • La oración de petición • La oración de intercesión • La oración de acción de gracias • La oración de alabanza

El camino que nos queda por recorrer La tradición de la oración • Fuentes de la oración • El camino de la oración • Maestros de la oración El combate de la oración La vida de oración • Obstáculos para la oración • La humilde vigilancia en la oración • La confianza filial • Perseverar en el amor • La oración vocal • La meditación • La oración contemplativa

Esquema a desarrollar Oración al Padre Jesús como camino de la oración Cristiana El Espíritu Santo como artífice de nuestra oración Oración en la Iglesia en comunión con María Madre de Dios

La oración al Padre No hay otro camino de oración cristiana que Cristo Sea comunitaria o individual, vocal o interior, nuestra oración no tiene acceso al Padre más que si oramos “en el Nombre” de Jesús. La santa humanidad de Jesús es, pues, el camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre.

La oración a Jesús El Nombre que todo lo contiene es aquel que el Hijo de Dios recibe en su encarnación: JESÚS El Nombre de Jesús contiene todo: Dios y el hombre y toda la Economía de la creación y de la salvación. Decir “Jesús” es invocarlo desde nuestro propio corazón. Su Nombre es el único que contiene la presencia que significa.

El nombre de Jesús La invocación del santo Nombre de Jesús es el camino más sencillo de la oración continua. Repetida con frecuencia por un corazón humildemente atento, no se dispersa en “palabrerías” (Mt 6, 7), sino que “conserva la Palabra y fructifica con perseverancia” (cf Lc 8, 15). Es posible “en todo tiempo” porque no es una ocupación al lado de otra, sino la única ocupación, la de amar a Dios, que anima y transfigura toda acción en Cristo Jesús.

“Ven, Espíritu Santo” Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Él nos enseña a orar recordándonos a Cristo «Nadie puede decir: “¡Jesús es Señor!” sino por influjo del Espíritu Santo» (1 Co 12, 3). La Iglesia nos invita a implorar todos los días al Espíritu Santo, especialmente al comenzar y al terminar cualquier acción importante.

El artífice de la oración cristiana El Espíritu Santo, cuya unción impregna todo nuestro ser, es el Maestro interior de la oración cristiana. En la comunión en el Espíritu Santo la oración cristiana es oración en la Iglesia. Es el artífice de la tradición viva de la oración. Ciertamente hay tantos caminos en la oración como orantes, pero es el mismo Espíritu el que actúa en todos y con todos.

En comunión con la santa Madre de Dios Desde el sí dado por la fe en la Anunciación y mantenido sin vacilar al pie de la cruz, la maternidad de María se extiende desde entonces a los hermanos y a las hermanas de su Hijo, “que son peregrinos todavía y que están ante los peligros y las miserias” Jesús, el único Mediador, es el Camino de nuestra oración; María, su Madre y nuestra Madre es pura transparencia de Él: María “muestra el Camino”

Resumen La oración está dirigida principalmente al Padre; igualmente se dirige a Jesús, en especial por la invocación de su santo Nombre: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, pecadores!” 2680 «Nadie puede decir: “Jesús es Señor”, sino por influjo del Espíritu Santo» (1 Co 12, 3). La Iglesia nos invita a invocar al Espíritu Santo como Maestro interior de la oración cristiana. 2681 En virtud de su cooperación singular con la acción del Espíritu Santo, la Iglesia ora también en comunión con la Virgen María para ensalzar con ella las maravillas que Dios ha realizado en ella y para confiarle súplicas y alabanzas. 2682