Leccin 8 para el 21 de noviembre de
Lección 8 para el 21 de noviembre de 2020
La Biblia presenta la historia de la humanidad bajo el prisma divino. A través de sus páginas podemos ver a Dios educando a su pueblo y enseñándole Su gracia y el plan que ha preparado para su redención. La educación redentora. Jesús como educador. La Biblia como educadora. Los hombres como educadores. El Espíritu Santo como educador.
LA EDUCACIÓN REDENTORA “El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo” (Génesis 5: 1) El ser humano es la única criatura de este planeta que fue creado a imagen de Dios (Génesis 1: 27). Adán y Eva debían transmitir esta imagen a sus hijos. No obstante, a causa del pecado, ellos engendraron a sus hijos “a su semejanza” y no a la semejanza divina (Génesis 5: 3). Paulatinamente, la imagen de Dios se ha ido desfigurando de generación en generación. El propósito de la educación divina es restaurar en nosotros la imagen perdida de Dios a través de la Redención. Este plan de Redención cubre desde el pecado hasta la Encarnación y la nueva Creación, y seguirá siendo nuestro tema de estudio por
“La obra de la redención debía restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor, devolverlo a la perfección con que había sido creado, promover el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que se llevara a cabo el propósito divino de su creación. Este es el objetivo de la educación, el gran propósito de la vida” E. G. W. (La educación, pg. 15)
JESÚS COMO EDUCADOR “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro” (Juan 3: 2) Isaías 11: 1 -9 es una sorprendente profecía acerca del Mesías. En estos versículos, Jesús es presentado como educador: Tendrá espíritu de sabiduría. Tendrá espíritu de consejo. Tendrá espíritu de conocimiento. Juzgará con justicia. Argüirá con equidad. El resultado final de su obra educadora será que “la tierra será llena del conocimiento de Jehová”. Nicodemo fue uno de los primeros en reconocer a Jesús como maestro (rabí). Durante su conversación, Jesús le indicó que su don de enseñanza provenía de Dios (Juan 3: 11 -12). Es Dios el que capacita a cada educador para realizar su obra.
LA BIBLIA COMO EDUCADORA “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos”(Lucas 16: 29) NUEVO TESTAMENTO ANTIGUO TESTAMENTO Pablo presentó a Timoteo la Biblia como el libro educador por antonomasia: “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2ª de Timoteo 3: 16). Cada una de sus divisiones tiene algo que enseñarnos. Cómo vivir de acuerdo con el plan de Dios para Pentateuco nosotros. Profetas primeros Cómo puso en práctica Israel estos principios. Profetas posteriores Cuáles fueron sus errores y cómo evitarlos. Escritos Ejemplos prácticos de educación (buenos y malos) Libros históricos Contienen gran cantidad de material educativo y cómo transmitirlo. Epístolas paulinas y generales Aplicaciones prácticas de la educación recibida. Apocalipsis Un vistazo al desarrollo educativo y su objetivo final.
E. G. W. (Cada día con Dios, 28 de abril) “La Biblia es el libro de texto, y debería ser estudiada diligentemente, no como se lee cualquier libro. Debe ser para nosotros el libro que satisface las necesidades del alma. Este libro hará sabio para la salvación al hombre que lo estudie y lo obedezca”
LOS HOMBRES COMO EDUCADORES La Biblia habla de hombres sabios, entre ellos José, Aholiab, David, Etán, Ahitofel, Husai, Agur, Lemuel, Gamaliel, Pablo. Todas estas personas vivieron de manera responsable y para beneficiar a los demás. “El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios”(Proverbios 16: 23) Pero, sin lugar a duda, el más destacado es Salomón. Él disertó sobre las plantas y los animales, y compuso proverbios y cantares. Sus escritos nos enseñan cómo aplicar el conocimiento de forma práctica (es decir, ser sabios). Él nos insta a alcanzar la sabiduría y usarla para educar a otros. De esta forma, nos convertimos en canales a través de los cuales Dios puede instruir a su pueblo (Proverbios 9: 9 -10).
EL ESPÍRITU SANTO COMO “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre EDUCADOR enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”(Juan 14: 26) Antes de irse, Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para, entre otras funciones, continuar con su labor educativa. Él nos guía a toda verdad y nos enseña qué debemos decir, cuándo y cómo. Su educación no procede “de la sabiduría humana sino del poder de Dios”, y no usa “la sabiduría de este mundo” sino que expone “el misterio de la sabiduría de Dios” (1ª de Corintios 2: 5 -7 NVI). A través de Él, podemos llegar a estudiar incluso “las profundidades de Dios” (v. 10). ¿Cuán profundo será ese estudio y cuánto acceso al aprendizaje habrá para quienes sean guiados por el Espíritu?
“Los jóvenes deben ser aprendices para el mundo venidero. La perseverancia en la adquisición de conocimientos, regida por el temor y el amor de Dios, dará a los jóvenes crecidas fuerzas para el bien en esta vida; y los que saquen el mejor partido de sus oportunidades para alcanzar altas realizaciones, las llevarán consigo a la vida futura. Han procurado y obtenido lo que es imperecedero” E. G. W. (Fundamentals of Christian Education, pg. 49 )
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