LAS VIRTUDES TEOLOGALES 2 ESPERANZA DEL CATECISMO DE

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LAS VIRTUDES TEOLOGALES (2) ESPERANZA

LAS VIRTUDES TEOLOGALES (2) ESPERANZA

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 1817 La esperanza es la virtud teologal por

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 1817 La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Hb 10, 23).

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (N. 1818) • La virtud de la esperanza

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (N. 1818) • La virtud de la esperanza responde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; • asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; • las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; • protege del desaliento; • sostiene en todo desfallecimiento; • dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. • El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (N. 1820) • La esperanza cristiana se manifiesta

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (N. 1820) • La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús en la proclamación de las bienaventuranzas. • Las bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia el cielo como hacia la nueva tierra prometida. • Trazan el camino hacia ella a través de las pruebas que esperan a los discípulos de Jesús. • Pero por los méritos de Jesucristo y de su pasión, Dios nos guarda en “la esperanza que no falla” (Rom 5, 5). • Se expresa y se alimenta en la oración, particularmente en la del Padre Nuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos hace desear.

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • De las tres virtudes teologales, la más excelente

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • De las tres virtudes teologales, la más excelente es la caridad, el amor de Dios, que perdurará eternamente en el alma del santo. • La substancia de la fe, el conocimiento que Dios tiene de sí mismo y de todo, permanecerá también eternamente. • Sólo la esperanza es transitoria, porque es la virtud que encamina a la eternidad a través del tiempo.

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • Por la fe conocemos a Dios como nuestro

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • Por la fe conocemos a Dios como nuestro fin. • Por la caridad le amamos. • Por la esperanza confiamos en Él, y de Él esperamos la santidad. • El objeto de la esperanza no es “no condenarse”, sino que es un bien, un bien inmenso: Dios mismo. • Por eso mismo no tiene un fundamento humano: es una virtud sobrenatural infundida por Dios en el alma.

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • No es que Dios “pueda” ayudarnos, sino que

LA ESPERANZA DE SER SANTOS • No es que Dios “pueda” ayudarnos, sino que Dios “quiere”, por su misericordia, ayudarnos a ser santos. • “Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aunque estábamos muertos por nuestros pecados, nos dio vida en Cristo, por cuya gracia hemos sido salvados” (Efesios 2, 4 -5). • Además, nos dejo “el sacramento de la esperanza”, para recuperar la amistad con Dios, perdida por el pecado.

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • En su encíclica Salvados en la

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • En su encíclica Salvados en la esperanza (30. XI. 07), Benedicto XVI considera la virtud teologal de la esperanza como algo central, esencial, en la vida de los hombres, hasta el punto que en muchos textos de la Sagrada Escritura, observa, «las palabras “fe” y “esperanza” parecen intercambiables» [n. 2]. • No bastaría decir que la fe es simplemente una convicción, estar convencidos, de lo que no se ve. • Más bien la misma fe es la sustancia de lo que se espera [cfr. Hebreos 11, 1] «nos da ya ahora algo de la realidad esperada» [n. 7].

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • ¿Qué es lo que nos da

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • ¿Qué es lo que nos da la fe y nos permite esperar? • San Pablo dice a los cristianos de Efeso que antes de creer «no tenían en el mundo ni esperanza ni Dios» [cfr. Ef 2, 12]. • En efecto, el cristiano cree en Dios y espera en Dios. • Sólo Él hace posible nuestro esperar: «llegar a conocer a Dios, al Dios verdadero, eso es lo que significa recibir esperanza» [n. 3]. • La recibimos de Él, porque la esperanza es una virtud teologal que se nos infunde en el Bautismo.

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • Junto con la fe y la

LA ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI: SPE SALVI • Junto con la fe y la caridad, la esperanza adapta nuestras facultades a la participación de la vida divina [CEC 1812 -1813] • Nos hace capaces de obrar como hijos de Dios porque realmente lo somos[cfr. 1 Juan 3, 1]. • «La promesa de Cristo no es solamente una realidad esperada sino una verdadera presencia» [n. 8]. • «La santa esperanza es un anticipo del amor interminable en nuestra definitiva Patria» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 278].

EL SENTIDO DE LA ESPERANZA EN LA VIDA ETERNA • La esperanza tiene como

EL SENTIDO DE LA ESPERANZA EN LA VIDA ETERNA • La esperanza tiene como objeto a Dios que se nos dona y que podremos poseer para siempre. • La encíclica Spe Salvi plantea en primer lugar el sentido de una vida eterna, pues muchas personas rechazan hoy la fe simplemente porque la vida eterna no les parece algo deseable. • Pero vivir siempre, sin un término, sólo sería a fin de cuentas aburrido y al final insoportable [cfr. n. 10]. • Benedicto XVI dice que la vida eterna es un don de Dios; no habrá monotonía, ni aburrimiento, será un sumergirse siempre en el océano de su Amor infinito, donde no habrá antes ni después[n. 12]; el hombre sólo puede ser verdaderamente feliz con la felicidad de Dios.

EL SENTIDO DE LA ESPERANZA EN LA VIDA ETERNA • Si la vida eterna

EL SENTIDO DE LA ESPERANZA EN LA VIDA ETERNA • Si la vida eterna consiste en ese “sumergirse en el océano del amor infinito”, ¿cómo hacer que la esperanza en la vida eterna no parezca una lucha por la propia salvación individual, sin considerar las propias responsabilidades respecto al mundo y al hombre? • Esa unión con Dios se ha de entender como un estar unidos existencialmente en un “pueblo” y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este “nosotros” [cfr. n. 14].

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • El trabajo implica el

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • El trabajo implica el esfuerzo, la perseverancia y la lucha que en definitiva son sostenidas en el creyente por la esperanza. • Cualquier labor precisa la confianza en lograr algo mejor a través del propio empeño. • La esperanza, como el trabajo, se refiere siempre al bien ausente, difícil de alcanzar, pero al mismo tiempo posible. • Todo trabajo se presenta como una idea por realizar, o algo que se va a llevar a cabo y que se puede terminar. • En su origen, el plan es concebido en la mente humana, y luego se aplica a la realidad para determinar los medios; éstos, a su vez, se ponen en práctica superando los obstáculos previstos y no previstos.

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • La virtud de la

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • La virtud de la esperanza dirige el proceso de la realización del trabajo, pues pone en marcha las distintas etapas y capacidades, y permite superar las dificultades tanto objetivas (falta de medios) cuanto subjetivas (desaliento). • Si faltara esa confianza en alcanzar el fin que se busca, el hombre dejaría de implicarse en esa tarea. • Decía San Josemaría: «me siento siempre movido a respetar, e incluso a admirar la tenacidad de quien trabaja decididamente por un ideal limpio» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 208].

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • La esperanza de que

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • La esperanza de que un futuro mejor es realizable, lleva a las almas magnánimas a empeñar todas sus fuerzas por conseguirlo, para sí y para los demás. • Pero es importante recordar que la esperanza del reino de Dios no puede ser reemplazada por la esperanza del reino del hombre[cfr. n. 30]. • San Josemaría afirmaba «considero una obligación mía recordar que todo lo que iniciamos aquí, si es empresa exclusivamente nuestra, nace con el sello de la caducidad» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 208].

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Una esperanza meramente humana

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Una esperanza meramente humana puede frustrarse, a pesar de todos los esfuerzos, porque siempre hay factores que escapan a nuestro control. • Aún así, esta realidad, lejos de llevar al desánimo, permite ver la riqueza que supone para el hombre y su trabajo la esperanza teologal. • Con ella, la razón y la libertad humanas descubren a Dios, y aquel trabajo, siendo completamente humano, queda divinizado. • Es a la vez fuente de alegría sobrenatural y de satisfacción humana.

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Quien posee la auténtica

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Quien posee la auténtica esperanza «trabaja en este mundo, al que ama apasionadamente, metido en los afanes de la tierra, con la mirada en el Cielo» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 206]; • Supera el peligro de querer establecer con las meras fuerzas humanas «la esperanza de la instauración de un mundo perfecto que parecía poder lograrse gracias a los conocimientos de la ciencia y a una política fundada científicamente» [n. 30]. • La auténtica esperanza se apoya en el señorío de Dios sobre la historia, en la realidad de que Cristo vence siempre.

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Lleva al optimismo: «movidos

EL SENTIDO DEL TRABAJO Y DE LA ACTIVIDAD HUMANA • Lleva al optimismo: «movidos por la fuerza de la esperanza, lucharemos para borrar la mancha viscosa que extienden los sembradores del odio, y redescubriremos el mundo con una perspectiva gozosa, porque ha salido hermoso y limpio de las manos de Dios, y así de bello lo restituiremos a Él» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 219]. • Todas las ocupaciones humanas nobles se iluminan de un modo nuevo, porque van más allá de la materialidad de lo que se hace, y porque de algún modo su eficacia queda garantizada por Dios mismo.

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • La falta de esperanza se muestra

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • La falta de esperanza se muestra no sólo en la ausencia de esfuerzo personal –el egoísmo, el desaliento, el miedo a la vida–, sino también en la escasez del empeño apostólico. • «Nuestra esperanza es siempre y esencialmente también esperanza para los otros; sólo así es realmente esperanza también para mí» [n. 48]. • En efecto, puesto que Dios ha querido comunicarnos todos sus dones –la vida, los talentos, hasta la misma gracia– por medio de otras personas (la Iglesia, los ministros sagrados, los padres, los amigos, los demás creyentes), todos ellos juegan una parte esencial en la vida cristiana hecha esperanza.

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • Quizás la tarea más esencial en

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • Quizás la tarea más esencial en el apostolado cristiano y en la dirección de almas es la de dar esperanza. • Cooperar con el Señor en la comunicación de la virtud teologal de la esperanza. • Requiere de un lenguaje positivo, explicaciones convincentes sobre los puntos fundamentales del seguimiento de Cristo. • Además requiere que el apóstol sea perseverante y paciente, y que fundamente su acción en una profunda y personal experiencia de amar a Dios, en saber, en vivir filialmente día ante Dios nuestro Señor, comenzar y recomenzar

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • Quizás la tarea más esencial en

EL APÓSTOL CRISTIANO: “MINISTRO DE LA ESPERANZA” • Quizás la tarea más esencial en el apostolado cristiano y en la dirección de almas es la de dar esperanza. • Cooperar con el Señor en la comunicación de la virtud teologal de la esperanza. • Requiere de un lenguaje positivo, explicaciones convincentes sobre los puntos fundamentales del seguimiento de Cristo. • Además requiere que el apóstol sea perseverante y paciente, y que fundamente su acción en una profunda y personal experiencia de amar a Dios, en saber, en vivir filialmente día ante Dios nuestro Señor, comenzar y recomenzar

EL SACERDOTE, PORTADOR DE ESPERANZA • Cristo, Único y Eterno Sacerdote, está presente en

EL SACERDOTE, PORTADOR DE ESPERANZA • Cristo, Único y Eterno Sacerdote, está presente en el ministerio de los sacerdotes: üpara recordar a todos que su pasión, muerte y resurrección no son un acontecimiento que pueda relegarse en el pasado, sino que constituyen una realidad salvífica, siempre actual. üpara anunciar su Palabra con autoridad al mundo, para educar a todos en la fe y para formar con los sacramentos la nueva Humanidad.

EL SACERDOTE, PORTADOR DE ESPERANZA üpara enseñar a los hombres que la reconciliación del

EL SACERDOTE, PORTADOR DE ESPERANZA üpara enseñar a los hombres que la reconciliación del alma con Dios no puede ser ordinariamente obra de un monólogo, sino que el hombre-pecador, para ser perdonado, necesita del hombre-sacerdote, ministro y signo en el sacramento de la Penitencia de la radical necesidad que la Humanidad caída tiene del Hombre-Dios. üpara proclamar y testimoniar al mundo que Él es el Amor que perdona y reconcilia, el alimento de vida eterna, la única Verdad que permanece en sí misma. üBuscar a los hombres, acercarse a las almas con el ofrecimiento y con los dones del servicio sacerdotal: a esto están llamados los ministros de Jesucristo.

MARÍA, ESTRELLA DE LA ESPERANZA • «Cuando llena de santa alegría fuiste aprisa por

MARÍA, ESTRELLA DE LA ESPERANZA • «Cuando llena de santa alegría fuiste aprisa por los montes de Judea para visitar a tu pariente Isabel, te convertiste en la imagen de la futura Iglesia que, en su seno, lleva la esperanza del mundo por los montes de la historia» . • Además, las penas y dolores que embargaron su alma a lo largo de su vida y especialmente al pie de la Cruz donde moría su Hijo, no fueron capaces de apagar la esperanza.

MARÍA, ESTRELLA DE LA ESPERANZA • En esa situación, cabe preguntarse: «¿Había muerto la

MARÍA, ESTRELLA DE LA ESPERANZA • En esa situación, cabe preguntarse: «¿Había muerto la esperanza? » . «No» , debe ser la respuesta, porque «junto a la cruz, según las palabras de Jesús mismo, te convertiste en madre de los creyentes» [n. 50]. • «Pidamos a Santa María, Spes nostra» , decía San Josemaría, «que nos encienda en el afán santo de habitar todos juntos en la casa del Padre. Nada podrá preocuparnos, si decidimos anclar el corazón en el deseo de la verdadera Patria: el Señor nos conducirá con su gracia, y empujará la barca con buen viento a tan claras riberas» [San Josemaría, Amigos de Dios, n. 221].