LAS CONTIENDAS El odo despierta rencilla Proverbios 10
• LAS CONTIENDAS. • El oído despierta rencilla. • Proverbios. 10: 12. • El odio suscita rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones. • El gran sembrador de males es el odio, el cual aún sin ser provocado, busca ocasiones de hacer el mal.
• De sembrar rencillas entre amigos y aún entre hermanos, causando divisiones, riñas y guerras. • El oído es hijo del egoísmo y de la envidia. • La soberbia concebirá contiendas. • Proverbios. 13: 10. • Por la soberbia sólo viene la contienda, mas con los que reciben consejos está la sabiduría. • La arrogancia es fuente de contiendas, pues los arrogantes (Orgullo revestido de menosprecio). No admite que se les contradiga.
• Él altivo de ánimo suscita contiendas. • Proverbios. 28: 25. • El hombre arrogante suscita rencillas, mas el que confía en el SEÑOR prosperará. • Él codicioso, suscita contiendas a menudo, puesto que debido a su avaricia, tiende a apoderarse de lo que no es suyo, con lo que son inevitables las disputas y contiendas. • Él hombre perverso levanta contiendas.
• Proverbios. 16: 28. • El hombre perverso provoca contiendas, y el chismoso separa a los mejores amigos. • El que provoca la ira causará contienda. • Proverbios. 30: 33. • porque batiendo la leche se saca mantequilla, y apretando la nariz sale sangre, y forzando la ira se produce contienda. • Los ánimos se van calentando más y más, cuando no se dominan las pasiones, una palabra airada engendra otra, hasta que se acaba en una enemistad irreconciliable.
• Los borrachos levantan contiendas. • Proverbios. 23: 29 -30. • ¿De quién son los ayes? ¿De quién las tristezas? ¿De quién las contiendas? ¿De quién las quejas? ¿De quién las heridas sin causa? ¿De quién los ojos enrojecidos? • V. 30. • De los que se demoran mucho con el vino, de los que van en busca de vinos mezclados.
• Él hombre iracundo promueve contiendas. • Proverbios. 15: 18. • El hombre irascible suscita riñas, pero el lento para la ira apacigua contiendas. • Él hombre iracundo suscita contiendas y hace que otros se peleen entre sí, en cambio él que es tardo en airarse, no solo impide la contienda, sino que cuando se ha encendido contribuye grandemente a apagar el incendio, uniendo a los que se habían enemistado.
• Los insensatos quieren la contienda. • Proverbios. 18: 6. • Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes. • Proverbios. 20: 3. • Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas. • Donde no hay chismoso cesa la contienda. • Proverbios. 26: 20 -22.
• Por falta de leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, se calma la contienda. • V. 21. • Como carbón para las brasas y leña para el fuego, así es el hombre rencilloso para encender contiendas. • Estas repeticiones tienen por objeto poner de relieve el tremendo daño que causan los que gustan de llevar chismes, de un lado a otro, revelando secretos. • Dando malas interpretaciones a lo que otros dicen insinuando malas ideas y malas intenciones con respecto a personas que son completamente inocentes.
• La contienda viene de la concupiscencia. • Santiago. 4: 1. • ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? • Las cuestiones necias y sin sabiduría engendran contiendas. • I Timoteo. 6: 4. • está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés morboso en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
• II Timoteo. 2: 23. • Pero rechaza los razonamientos necios e ignorantes, sabiendo que producen altercados. • UNA COSA VERGONZOSA: LAS CONTIENDAS ENTRE EL PUEBLO DE DIOS. • Los Corintios fueron reprendidos a causa de las contiendas en la iglesia. • I Corintio. 1: 11. • Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay contiendas entre vosotros.
• I Corintios. 3: 3. • porque todavía sois carnales. Pues habiendo celos y contiendas entre vosotros, ¿no sois carnales y andáis como hombres? • II Corintios. 12: 20. • Porque temo que quizá cuando yo vaya, halle que no sois lo que deseo, y yo sea hallado por vosotros que no soy lo que deseáis; que quizá haya pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes;
• Con celos y las ambiciones egoístas hay desordenes. • Santiago. 3: 14 -16. • Pero si tenéis celos amargos y ambición personal en vuestro corazón, no seáis arrogantes y así mintáis contra la verdad. • V. 15. • Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica.
• V. 16. • Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. • Son obras de la carne. • Gálatas. 5: 19 -21. • Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, • V. 20. • idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos,
• V. 21. • envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. • Algunos a la verdad predican a Cristo por envidia. • Filipenses. 1: 15. • Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad;
• LA MANERA DE PREVENIR PELEAS O CONTIENDAS. • Debemos evitar las contiendas. • Tito. 3: 9. • Pero evita controversias necias, genealogías, contiendas y discusiones acerca de la ley, porque son sin provecho y sin valor. • Honra es para él hombre dejar las contiendas. • Proverbios. 20: 3. • Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas.
• Nada hagamos por contiendas o vanagloria. • Filipenses. 2: 3 -4. • Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, • V. 4. • no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
• El que tarda en airarse apacigua la contienda. • Proverbios. 15: 18. • El hombre irascible suscita riñas, pero el lento para la ira apacigua contiendas. • Proverbios. 17: 27. • El que retiene sus palabras tiene conocimiento, y el de espíritu sereno es hombre entendido. • Proverbios. 14: 29. • El lento para la ira tiene gran prudencia, pero el que es irascible ensalza la necedad.
• Proverbios. 16: 14. • El furor del rey es como mensajero de muerte, pero el hombre sabio lo aplacará. • El que refrena sus labios es prudente. • Proverbios. 10: 19. • En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente. • Proverbios. 17: 27.
• El que retiene sus palabras tiene conocimiento, y el de espíritu sereno es hombre entendido. • Santiago. 1: 19. • Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; • No te asocies con él hombre iracundo. • Proverbios. 22: 24. • No te asocies con el hombre iracundo; ni andes con el hombre violento,
• Proverbios. 20: 3. • Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas. • I Corintios. 15: 33. • No os dejéis engañar: "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres. “ • Siguiendo el camino del amor. • I Corintios. 13: 4. • El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;
• Siguiendo el ejemplo de Cristo. • Filipenses. 2: 1 -8. • Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, • V. 2. • haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
• V. 3. • Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, • V. 4. • no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. • V. 5.
• Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, • V. 6. • el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, • V. 7. • sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.
• V. 8. • Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. • Imitando a Abraham con Lot. • Genesis. 13: 8. • Y Abram dijo a Lot: Te ruego que no haya contienda entre nosotros, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos hermanos.
• • CONCLUSIÓN: Las contiendas son dañinas para la obra del Señor. Dios desea que entre sus hijos haya paz y no contiendas. Desechemos las contiendas. Imitemos a Jesucristo. Seamos sembradores de la paz. Santiago. 3: 18. Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.
POR SU FINA ATENCION. DIOS NOS BENDIGA A TODOS.
- Slides: 26