LA POESA BARROCA DEL SIGLO XVII Rasgos generales
LA POESÍA BARROCA DEL SIGLO XVII
Rasgos generales n n n No hay una ruptura entre la lírica renacentista y la barroca. Las dos tendencias poéticas en que se divide la poesía del XVI se complican hasta los extremos: a) la poesía cultista, cuyo máximo exponente era Herrera, lleva a Góngora y el culteranismo; b) la poesía conceptista que partía de fray Luis y se basaba en crear asociaciones ingeniosas de palabras e ideas. Se crean entonces dos tendencias estéticas dominantes: CONCEPTISMO Y CULTERANISMO. n Ambas forman parte de una sensibilidad estética general que persigue la originalidad y la admiración del lector mediante el ingenio. n En ambas acaba por romperse el equilibrio clásico entre forma y contenido postulado por la estética renacentista.
Culteranismo Conceptismo n n n Exprimen las posibilidades de la lengua partiendo de los significados de las palabras. Condensación de los conceptos, juegos de significados y de contrarios, complicación semántica. Uso de términos connotaciones polisémicas. Más atenta al pensamiento. Máximo representante: Quevedo. Exprimen las posibilidades de la lengua mediante la complicación formal. n Se juega con la belleza de la forma. n Uso de ornamentación exuberante. n Más atenta a al imaginación y a los sentidos. n Tiende a trascender la realidad, exaltándola y magnificándola. n Máximo representante: Góngora n
El culteranismo n n n Emplea numerosos recursos retóricos. La sintaxis se complica con giros procedentes del latín. El vocabulario incorpora numerosos cultismos léxicos. Otorgan la primacía del significante sobre el significado. Es un retorcimiento ornamental. Hacen de la poesía un arte elitista, intelectual, para el disfrute de unos pocos. El conceptismo Se atiende a un lenguaje conciso, lleno de contenido. n Se juega con los significados de las palabras y con sus relaciones más insospechadas. n Lleva a complicar el entendimiento de este tipo de poesía. El lector debe esforzarse en descifrar el concepto. n Los recusos formales más usados son la antítesis, la paradoja y los equívocos o disemias. n
A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraba; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que el oro escurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún bullendo estaban: los blancos pies en tierra se hincaban, y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño! ¡Que con llorarla crezca cada día la causa y la razón porque lloraba! n De este, pues, formidable de la tierra Bostezo, el melancólico vacío A Polifemo, horror de aquella sierra, Bárbara choza es, albergue umbrío Y redil espacioso donde encierra Cuanto las cumbres ásperas cabrío, De los montes esconde: copia bella Que un silbo junta y un peñasco sella.
Temas n n La vertiente culterana muestra predilección por los motivos de raíz clásica y, en particular, por la mitología. Siguen la estética renacentistas, pero acentuando la erudición poética (el escritor tenía amplios conocimientos hace gala de ellos en los textos). n n n La poesía barroca era temáticamente muy diversa, pues todo podía ser asunto poético, dada su gran popularidad. La transmisión fue fundamentalmente oral: universidades, academias, justas y certámenes o lecturas públicas. El desarrollo de la imprenta favoreció la difusión de textos poéticos.
El éxito de la poesía n n La poesía gozo en este tiempo de gran esplendor. Ello se debió a una serie de factores. El primero es el de la institución del mecenazgo, dado que la aristocracia, igual que sucedió en los siglos XIV y XV, en un vano afán de ostentación, se rodea de poetas. Otra clave fue la formación de academias, patrocinadas por magnates, que se convirtieron en centros de polémica y producción literaria. Otro factor relevante fue la celebración de certámenes o justas poéticos, donde concurrían los poetas más destacados del momento
Tendencias y escuelas Se distinguen grupos atendiendo a su procedencia geográfica: A) Escuela madrileña, con Quevedo, Lope de Vega y Calderón de la Barca. B) Escuela sevillana, cultivaban una poesía culteranista cercana a Horacio. C) Escuela antequerano-granadina, con Góngora a la cabeza. D) La escuela aragonesa, con los hermanos Argensola. Es la más similar a la poesía de Garcilaso. n n n n Casi todos los buenos poetas del siglo XVII (es una nómina enorme) escribieron durante la primera mitad del siglo XVII. Las últimas décadas del siglo son de clara decadencia. La literatura española entra en un largo periodo de atonía.
LOPE DE VEGA n n n Además de cómo dramaturgo, también fue un lírico prolífico. Su poesía es muy variada y fue muy celebrada. Escribe poesía épica, como La hermosura de angélica (1602) o La dragoneta (1588). Como autor lírico recogió sus poemas en varias colecciones. La primera fue Rimas (1602), de tradición petrarquista. El segundo fue Rimas sacras (1614), cuya disposición estructural se sostiene sobre la variedad, con una finalidad didáctica propia de los escritos devotos y morales. El tercero fue Rimas humanas y divinas licencias del licenciado Tomás de Burguillos (1634). Aquí Lope se desdobla en un personaje ficticio con la intención de parodiar tópicos petrarquistas, la épica heroica o la propia comedia lopesca.
LOPE DE VEGA n n n Especialmente importante es su capacidad para verter literariamente sus experiencias cotidianas, para poetizar la circunstancia, preludiando con ello el espíritu del escritor moderno. Entre ellos, poetizó sus múltiples relaciones amorosas con varias mujeres a las que se refería mediante seudónimo (Amarilis). Aunque su poética parte de un principio de claridad expresiva, no renuncia ni al juego conceptual ni al adorno formal. Su poesía fue más de tipo popular, dirigida a un público amplio. Cultivó todos los metros, pero tuvo predilección por el romance y el soneto.
LUIS DE GÓNGORA n n n De familia acomodada y culta, compaginó su carrera dentro de la Iglesia con su afición literaria. Se convirtió en el poeta mejor considerado de su tiempo. Fue un poeta muy criticado en su tiempo. Famosas fueron sus enemistades personales y literarias, dado su carácter adusto, sombrío y orgulloso. Su obra se publicó enseguida tras su muerte, acompañada de doctos comentarios, como si hubiera sido un autor clásico. Su obra es fundamentalmente lírica. En vida, esa obra circuló de forma oral y manuscrita. Su intención explícita fue la de crear un nuevo lenguaje poético mediante la acumulación e intensificación de recursos retóricos, tanto los ya usados como otros nuevos.
LUIS DE GÓNGORA n n n Destacan sus poemas mayores: Fábula de Polifemo y Galatea (1612), Soledades (1614) y Fábula de Piramo y Tisbe (1618), así como muchos de sus sonetos. Dentro de su obra de arte menor, se aprecia mayor inspiración popular. En muchos de ellos mantuvo un tono humorístico o satírico. Sus romances tienen gran éxito, y en ellos cultivo Góngora todos los temas. La Fábula de Piramo y Tisbe recoge a la perfección los rasgos más sobresalientes de la poesía gongorina. Dentro de su obra mayor, sus sonetos tienen estructura más clásica, el concepto del amor es petrarquista, no transmite pasión vital como Lope o Quevedo e incluye en ellos elementos populares, como el léxico coloquial. Los sonetos de tema moral tienen relación con la situación vital del poeta.
LUIS DE GÓNGORA n n n En Fábula de polifemo y Galatea se acumulan las dificultades formales de tal modo que resulta un poema comprensible solo para lectores muy cultos. Es un reto a la inteligencia. Cuenta el mito clásico del cíclope Polifemo enamorado de la ninfa Galatea. Pero Góngora complica el poema mediante el hornamento y la sintaxis. Soledades iban a ser cuatro partes, pero Góngora solo acabó la primera y parte de la segunda. n Silva de dos mil versos con una lengua complicadísima. n El tema es sencillo, el canto de la vida natural mediante escenas pastoriles. n Se recrea la belleza de una naturaleza pródiga y bucólica.
LUIS DE GÓNGORA n n Aunque bebe de la tradición poética previa (petrarquismo, mitología, naturaleza idealizada), imprime su sello personal mediante el retorcimiento de la forma. Desprende muchas veces un carácter satírico y burlesco, tanto en la poesía popular como en la culta. Poeta refinado y sensual, de lengua afilada y espíritu burlón, siempre atento a la belleza del mundo que lo rodea o a la que él mismo crea. Reelabora los principios estéticos de la lírica del XVI para buscar una lengua poética nueva y específica, complicando y distorsionando al máximo esa lengua poética renacentista.
FRANCISCO DE QUEVEDO n n n Además de poeta, fue una destacado narrador del siglo XVII con obras como la novela picaresca El buscón o la obra satírico moral Los sueños. Su personalidad refleja muy bien la vida convulsa del siglo XVII. Fue poeta conocidísimo desde joven, pero sus obras no se publicaron en vida, sino póstumamente en 1648 por su amigo González de Salas y en 1670 por un sobrino del escritor. La abundantísima obra poética de Quevedo suele agruparse atendiendo a sus temas: poemas filosóficos, morales, religiosos, amorosos, satírico-burlescos y de circunstancias. Los poemas graves (de temas serios) abordan temas típicamente barrocos: la muerte, la brevedad de la vida, el desengaño.
FRANCISCO DE QUEVEDO n n n Su poesía amorosa abunda en el petrarquismo y el neoplatonismo, pero el autor siempre trasciende del amor y lo usa de vehículo para expresar preocupaciones metafísicas y el desengaño barroco. Los poemas satírico-burlescos, en los que predomina el octosílabo, son los que ponen de manifiesto la capacidad para la agudeza y el ingenio lingüístico de Quevedo. Usa muchos tópicos literarios para expresar preocupaciones propias del barroco, como la muerte o la angustia de la soledad. Su poesía es un constante meditar sobre la brevedad de la vida y la fugacidad del tiempo. Para Quevedo, todo está en constante movimiento. La realidad es cambiante y contradictoria y la apariencia engañosa.
FRANCISCO DE QUEVEDO n n Para un autor que defiende los viejos ideales nobiliarios en una sociedad cada vez más mercantilizada, el desengaño se vuelve central. Quevedo trasciende de las circunstancias específicas de su persona y de su entorno histórico-social para alcanzar, gracias a su genio como escritor, inigualables honduras meditativas sobre la condición humana. Quevedo domina la lengua en sus más variados registros, al tiempo que conoce a la perfección los recursos retóricos propios de la lírica renacentista, incluidos los metros. Condensa la expresión al máximo y así llega a la culminación del conceptismo, diciendo mucho con pocas palabras, especialmente en sus sonetos.
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