LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DE
LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA
EL MISTERIO DE LA PALABRA DE DIOS El cristianismo no es la religión de una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado. En el principio ya existía la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla. Hubo un hombre llamado Juan, a quien Dios envió como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyesen por medio de él. Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz. La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo, y aunque Dios había hecho el mundo por medio de él, los que son del mundo no le reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no le recibieron. Pero a quienes le recibieron y creyeron en él les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. (Jn 1, 1 -14)
El plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas. Las obras que Dios realiza en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y las realidades que las palabras significan. A su vez, las palabras proclaman las obras y explican su misterio. En diversos momentos y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En los últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo. (Heb 1, 1 -2) El Hijo de Dios hecho hombre es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. Dios en su Verbo lo ha dicho todo: no habrá otra palabra más que ésta. Nos libera de la ignorancia y del error. Aunque la Revelación esté acabada (se ha clausurado con la muerte del último apóstol), su contenido podrá ser conocido mejor y gradualmente en el transcurso de los siglos. Esta es una razón de la misma existencia de la Iglesia.
Puesto que la Palabra de Dios llega a nosotros en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo eucarístico y en el cuerpo de las Escrituras, mediante la acción del Espíritu Santo, sólo puede ser acogida y comprendida verdaderamente gracias al mismo Espíritu. (Benedicto XVI, Verbum Domini, 16) San Agustín meditando sobre la Trinidad Museo del Prado Il Guercino Leer la Palabra de Dios cada día y hacer de ella una lectura que alimente nuestra oración.
Para comprenderla bien, la Palabra de Dios ha de ser escuchada y acogida con espíritu eclesial y siendo conscientes de su unidad con el Sacramento eucarístico. En efecto, la Palabra que anunciamos y escuchamos es el Verbo hecho carne (cf. Jn 1, 14), y hace referencia intrínseca a la persona de Cristo y a su permanencia de manera sacramental. Cristo no habla en el pasado, sino en nuestro presente, ya que Él mismo está presente en la acción litúrgica. En esta perspectiva sacramental de la revelación cristiana, el conocimiento y el estudio de la Palabra de Dios nos permite apreciar, celebrar y vivir mejor la Eucaristía. (Benedicto XVI, Sacramentum caritatis, 45) En la Palabra de Dios proclamada y escuchada, y en los sacramentos, Jesús dice hoy, aquí y ahora, a cada uno: “Yo soy tuyo, me entrego a ti”, para que el hombre pueda recibir y responder, y decir a su vez: “Yo soy tuyo”.
LA TRANSMISIÓN DE LA PALABRA DE DIOS Id y haced discípulos a todos los pueblos. (Mt 28, 19) Jesús entrega a la Iglesia su Palabra divina de dos maneras: oralmente y por escrito. Por eso, junto a la Sagrada Escritura existe en la Iglesia la Tradición. Ambas constituyen el sagrado depósito que contiene verdades de orden sobrenatural, como natural. La Biblia guarda toda la verdad, y sólo puede ser leída y comprendida dentro de la Tradición de la Iglesia, que hay que buscar en el Magisterio, en Los Padres de la Iglesia, Los Padres de la Iglesia y en las palabras y usos de la Liturgia. Inmaculada Museo del Prado Francisco de Goya
La Palabra revelada continúa siendo anunciada, escuchada y vivida en la historia de la Iglesia. La Biblia debe ser leída en la Iglesia y con la Iglesia. Cristo quiso que hubiera en Ella un Magisterio vivo con el oficio de interpretar auténticamente la palabra divina, escrita o transmitida oralmente. El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo Inocencio X lo que propone como revelado por Galería Doria-Pamphili. Roma Dios para ser creído (DV 10). Diego Velázquez
Referencia evangélica a la misión magisterial de la jerarquía de la Iglesia: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. (Mc 16, 15) En el mismo sentido: ü Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha, y quien a vosotros rechaza, a Mí me rechaza; y el que me rechaza a Mí, rechaza a quien me envió (Lc 10, 16) ü El Espíritu Santo tomará de lo mío y os lo dará a conocer (Jn 16, 14) ü Os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Jn 14, 26) La Ascensión Colección Wallace. Londres David Teniers el Joven Cristo quiere que el Evangelio esté presente siempre en la Iglesia mediante un magisterio vivo y entero.
Con la asistencia del Espíritu Santo, la función del Magisterio de la Iglesia consiste en custodiar, profundizar, exponer y difundir la verdad revelada en la Sagrada Escritura y en la Tradición. Corresponde al Magisterio: v interpretar y predicar auténticamente la Palabra de Dios; v proclamar los principios morales, incluidos los referentes al orden social; v dar su juicio sobre cualquier asunto humano, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Fray Joaquín Company, arzobispo de Zaragoza Palacio Arzobispal. Zaragoza Francisco de Goya
Tipos de Magisterio: 1. Magisterio extraordinario: el que realiza en forma o modo solemne tanto el Romano Pontífice cuando habla “ex cathedra” (como supremo Pastor y Doctor de la Iglesia), como el Colegio Episcopal reunido en concilio ecuménico y siempre en unión con su Cabeza. 2. Magisterio ordinario: el ejercido cotidianamente por el Papa y por los obispos en comunión con él, cuando enseñan acerca de las verdades cristianas y sus implicaciones prácticas. Vista de Trento Kunsthalle, Bremen. Alemania Alberto Durero
DIOS NOS HABLA EN LA SAGRADA ESCRITURA La revelación divina es un hablar Dios a los hombres: Dios sale al encuentro del hombre y se da a conocer de dos maneras: una natural (revelación natural), y otra sobrenatural, en la cual Dios revela su misterio y su plan misterio de salvación para todos los hombres, salvación que lleva a cabo enviando a su Hijo y al Espíritu Santo. Al revelarse, Dios hace a los hombres capaces de conocerle y amarle más allá de lo que ellos podrían por sus propias fuerzas. La Sagrada Familia Museo del Prado Francisco de Goya
Las etapas de esta revelación divina son: etapas Ø el protoevangelio (Gn 3, 15), Ø la alianza con Noé (Gn 9, 9 -17), Ø la elección de Abrahán con la alianza y las promesas (Gn 12), Ø el Éxodo o salida de Egipto con Moisés y la alianza sinaítica (Ex 34, 10 -27), Ø la promesa a David de un Mesías descendiente de su linaje (II Sm 7, 4 -17), Ø el Exilio o cautividad babilónica y la vuelta a la Tierra Prometida en el AT; AT Ø la Encarnación del Redentor (Lc 1, 2638), Ø la Iglesia fundada por Cristo (Mt 16, 18) y Ø la Parusía o Segunda venida del Señor en el NT (Mt 24). NT
La lectura de la Palabra de Dios está testimoniada como práctica en el ambiente monástico desde épocas muy tempranas. Se trata de la lectura, individual o comunitaria, de un pasaje de la Escritura, que se desarrolla luego bajo la moción del Espíritu Santo en oración, meditación y contemplación. En el pueblo cristiano han surgido a lo largo de los siglos numerosas iniciativas para una lectura individual y comunitaria. La enseñanza y explicación de la doctrina cristiana tiene como primera fuente la Sagrada Escritura. La presentación de los Evangelios debe hacerse de modo que provoque un encuentro con Cristo, que da la clave de toda la revelación bíblica y transmite la llamada de Dios, llamada de Vocación de san Mateo amor a la que cada uno debe Iglesia de San Luis de los Franceses. Roma Caravaggio responder personalmente.
En la vida corriente de un cristiano, la Sagrada Escritura es un referente fundamental, donde encuentra de modo vivo y verdadero al Dios en quien cree, para alimentar su vida espiritual. La Iglesia ha recomendado, siempre y con insistencia, a todos los bautizados la lectura frecuente de la Biblia para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo, ya que desconocer la Escritura es desconocer a Cristo. Por tu palabra viviré en la claridad Isabel Guerra Pero no olviden que debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable diálogo entre Dios y el hombre; porque "a El hablamos cuando oramos, y a El oímos cuando leemos las palabras divinas”. (DV 25)
LA PALABRA DE DIOS TIENE UN ROSTRO: JESUCRISTO Toda la divina Escritura constituye un solo libro y este libro es Cristo, habla de Cristo y encuentra en Cristo su cumplimiento. (Hugo de San Víctor, De arca Noe, 2, 8) La fe de apostólica testifica que la Palabra eterna se hizo Uno de nosotros (El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, Jn 1, 14). La Palabra divina se expresa verdaderamente con Palabras humanas. El Hijo mismo es la Palabra, el Logos; la Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que la Palabra esté a nuestro alcance. Benedicto XVI, 24 -XII-2007 Natividad Museo de San Marcos. Florencia Fra Angelico
Jesús se manifiesta como el Logos divino que se da a nosotros, pero también como el nuevo Adán. v Iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. (Lc 2, 52) v Pero vosotros no le conocéis. Yo sí le conozco, si dijera que no le conozco sería tan mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. (Jn 8, 55) v Yo sé que el mandato de mi Padre es vida eterna. Así pues, lo que digo, lo digo como el Padre me ha ordenado. (Jn 12, 50) v Les he dado el mensaje que me diste y lo han aceptado. Han comprendido que en verdad he venido de ti, y han El Bautismo de Cristo. El Greco Hospital de Tavera de Toledo creído que tú me enviaste. (Jn 17, 8)
Cristo, Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada, es Señor de todas las cosas. Misterio pascual +Mensaje de la cruz. El mensaje de la muerte de Cristo en la cruz parece una tontería a los que van a la perdición, pero es poder de Dios para los que vamos a la salvación. (I Cor 1, 18) + No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos. (Jn 15, 13) + Palabra de la nueva y eterna Alianza. Ésta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para perdón de los pecados. (Mt 26, 28; Mc 14, 24; Lc 22, 30) + El Pantócrator. Dios va a unir bajo el gobierno de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. (Ef 1, 10) + Yo soy la luz del mundo. El que me siga tendrá la luz que le da vida y nunca andará en oscuridad. (Jn 8, 12) + Cumplimiento. Os he enseñado que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó Pantócrator al tercer día, como también dicen las Escrituras. (I Cor 15, 3 -4) Panteón de los Reyes de San Isidoro de León.
La victoria de Cristo sobre la muerte tiene lugar por el poder creador de la Palabra de Dios. El Hijo del hombre resume en sí la tierra y el cielo, la creación y el Creador, la carne y el Espíritu. Es el centro del cosmos y de la historia, porque en él se unen sin confundirse el Autor y su obra. VD 13 Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma. San Juan de la Cruz Gregorio Fernández Dichos de Luz y Amor nº. 99, San Juan de la Cruz.
LA PALABRA DE DIOS TIENE UNA CASA: LA IGLESIA A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de carne, sino que nació de Dios. (Jn 1, 12 -13) Por el Verbo existes tú. Pero necesitas igualmente ser restaurado por Él. San Agustín Presencia definitiva de Dios entre los hombres en Cristo. Benedicto XVI, Verbum Domini, 50
La Palabra de Dios trasciende las culturas en las cuales se expresa, y tiene la capacidad de propagarse en todas ellas, de modo que pueda llegar a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. La contemporaneidad de Cristo respecto al hombre de cada época se realiza en el cuerpo vivo de la Iglesia. Veritatis splendor, 25 El Espíritu Santo, el defensor que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho. (Jn 14, 26) Te aseguro que el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo nacido de la carne es carne; lo nacido del Espíritu es espíritu. No te extrañes si te digo: ‘Tenéis que nacer de nuevo. ’ El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo lo que nace del Espíritu. (Jn 3, 5 -8)
Pero no basta con oir el mensaje; Santiago el Menor Colección Marqués de San Feliz El Greco hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario os estaríais engañando a vosotros mismos. El que solamente oye el mensaje, pero no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: se ve a sí mismo, pero en cuanto se da la vuelta se olvida de cómo es. En cambio, el que no olvida lo que oye, sino que considera atentamente la ley perfecta, que es la ley que nos trae libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella dispone, será feliz en todo lo que haga.
LA IGLESIA ANUNCIA LA PALABRA DE DIOS Los fieles laicos, en virtud del bautismo y de la confirmación, son testigos del anuncio evangélico con su palabra y el ejemplo de su vida cristiana. El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. (Hch 6, 7) Ejemplo SAN PABLO: ü No quiero decir que ya lo haya conseguido todo ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. (Flp 3, 12) ü Vivo yo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. (Gal 2, 20) San Pablo ü ¡Hay de mí si no anuncio el Evangelio! Colección privada. Madrid (I Cor 9, 16) El Greco
La Iglesia anuncia al mundo el Logos de la esperanza. No podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos, para cada hombre. VD 91 La predicación de Pablo en Atenas Victoria and Albert Museum. Londres Rafael Estad siempre preparados para responder a cualquiera que os pida razón de la esperanza que tenéis. (I P 3, 15) La Iglesia misionera en su esencia
Los Apóstoles no descendieron como Moisés trayendo en las manos tablas de piedra; salieron del cenáculo llevando el Espíritu en sus corazones y derramando por todas partes los tesoros de sabiduría y de gracia y los dones espirituales como un manantial. Fueron a predicar por todo el mundo como si ellos mismos fuesen la Ley viva, libros animados por la gracia y el Espíritu Santo. Santiago apóstol Museo del Prado Bartolomé Esteban Murillo
LA LITURGIA, LUGAR PRIVILEGIADO DE LA PALABRA DE DIOS QUE EDIFICA LA IGLESIA La liturgia es el lugar privilegiado, no el único, en el que los fieles se acercan a los Libros Sagrados. Desde los comienzos de la Iglesia su lectura ha formado parte de la liturgia cristiana. En la Santa Misa, la liturgia de la Palabra comprende “los escritos de los profetas” (Antiguo Testamento), “las memorias de los apóstoles” (sus cartas) y los Evangelios. En la liturgia Cristo está presente en su palabra, porque es Él mismo quien habla cuando las Sagradas Escrituras son leídas en la Iglesia. (Sacrosanctum Concilium 7)
La Última Cena Colección Chester Dale The National Gallery of Art. Washington Salvador Dalí La Iglesia, en la liturgia, hace presente la acción salvadora de su redentor, ya que en la celebración del culto Cristo mismo está presente y obra por la Iglesia y con la Iglesia. En la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación. CCE 1067 La liturgia es en primer lugar una teofanía: Dios manifiesta su fuerza, y el hombre le reconoce, le adora y le glorifica. Se sitúa dentro de la economía salvífica proyectada y revelada por el Padre, cumplida por el Hijo y llevada a cabo por el Espíritu Santo en la etapa de la Iglesia.
En el sentido empleado por la Sagrada Escritura, el memorial no es solamente el recuerdo de los acontecimientos del pasado, sino la proclamación de las maravillas que Dios ha realizado a favor de los hombres. En la celebración litúrgica, estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales. CCE 1363 La celebración litúrgica no sólo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza, los hace presentes. CCE 1104 La Eucaristía Koninklijk Museum vorr Schone Kunsten. Amberes Rogier van der Weyden Como la liturgia consiste en la actualización perenne del misterio de Cristo, la vida espiritual del cristiano encuentra sus raíces en ella. La liturgia es, por tanto, la fuente de la vida de comunión con el Dios trinitario en la propia existencia.
La Iglesia no vive de sí misma, sino del Evangelio, y en el Evangelio encuentra siempre de nuevo orientación para su camino. Verbum Domini, 51
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