LA CONCIENCIA l La conciencia moral es un
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LA CONCIENCIA l «La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto. Mediante el dictamen de su conciencia el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la ley divina» (CEC 1778)
LA CONCIENCIA n Etimológicamente, “conciencia” proviene del latín “conscientia”, “cum scire” (en griego suneidhsis -syneidesis-), que significa saber con (“ciencia” con otro o consigo mismo) saber compartido –testigo, confidente o cómplice– pudiendo aparecer como acusación, disculpa, ayuda, garantía. . . De aquí se pasó a: saber consigo mismo (un conocimiento reflexivo).
LA CONCIENCIA • «El hombre percibe y reconoce por medio de su conciencia los dictámenes de la ley divina, conciencia que tiene obligación de seguir fielmente en toda su actividad para llegar a Dios, que es su fin. Por tanto, no se le puede forzar a obrar contra su conciencia, ni tampoco se le puede impedir que obre según ella, principalmente en materia religiosa.
LA CONCIENCIA Porque el ejercicio de la religión, por su propia índole, consiste, ante todo, en los actos internos voluntarios y libres, con los que el hombre se ordena directamente a Dios; actos de este género no pueden ser mandados ni prohibidos por un poder meramente humano» (DH 3).
LA CONCIENCIA u u Ley: norma objetiva y última; conciencia: norma subjetiva y próxima [“norma” para la teología neoescolástica: regla que influye como deber sobre la voluntad y la vincula moralmente sin tocar su libertad psicológica]. Manuales = conclusión de un silogismo: • premisa mayor: primeros principios (sindéresis, capacidad de discernimiento moral ≃ley natural) • premisa menor: situación concreta (confrontación mediante la prudencia se suponen la voluntad de buscar el bien y una sintonía social sobre los valores y su obligatoriedad) • conclusión: juicio práctico (dictamen, decisión concreta) Amplio espacio al relativismo
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l l a) “Distinciones” Fundamental (conciencia como “constitución”): la realidad misma de la persona en cuanto sujeto ético = autoconciencia del yo (conciencia psicológica) más la comprensión ética mediante las cuales me siento sujeto responsable de mi propio ser y actuar. Concorde con la doble perspectiva bíblica de la conciencia como expresión unitaria e interior de la persona (fundamental), y en su funcionamiento (habitual y actual).
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA a) “Distinciones” l Habitual: facultad de juzgar – de jerarquizar los valores = estimativa moral (entendimiento, volun tad, afectividad). Importancia de factores socio culturales y psicológicos. l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l l a) “Distinciones” Actual: juicio práctico (acto de discernimiento) en la situación concreta (manda realizar la acción si es buena, omitirla si es mala). Antecedente (antes de la acción) – concomitante (durante) – con se cuente (después) [acto inseparable del agente; juicio de conciencia como «una asunción del yo ideal y un retorno reflejo al yo real»
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad Recta: búsqueda sincera y coherente; con autenticidad, seriedad, sinceridad y prudencia trata de alcanzar una decisión objeti vamente justa y responsable, que sea el eco de Dios en su interior, y obra conforme a ella; está abierta a una continua formación y perfectibilidad. Puede convertirse en conciencia verdadera, o quedarse en el error (errónea) o en la duda (dudosa). La rectitud de conciencia es la que une a los cristianos con los hombres de buena voluntad y la que da seguridad a la humanidad (GS 16). l Recto: subjetivo, intención, bondad moral personal ↔ Verdadero correcto: verdad objetiva, moralidad del acto. l l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad Viciosa (viciada) o negligente ( laxa o ancha): no busca la verdad, o no es coherente (contra la propia convic ción), falta sinceridad o prudencia y sobra precipitación o malicia, minimiza las exigencias morales o suprime el sentimiento de culpabilidad. . Con otras palabras, no sigue el dictamen de la propia razón convicción o no actúa en buena fe; puede coincidir con la verdad obje tiva, aunque lo normal es que se vaya entenebreciendo por el pecado y sea responsable su error. l En este nivel (recta viciosa) no cabe la “libertad de conciencia”: hay obligación de buscar y obedecer (DH 2 b; 3 a, aplicado a la libertad religiosa); no obstante, los derechos de la conciencia recta pueden ser recortados “socialmente” cuando se trata de una conciencia recta errónea. l l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad l Verdadera: consigue la verdad objetiva, coincidiendo mi verdad subjetiva (rectitud) con la objetiva (los valores, la verdad misma del ser humano) = juzga bueno malo lo que objetivamente es bueno malo. La conciencia no es fuente constitutiva de moralidad, sino manifestativa y aplicativa (denuncia de la VS 54 56 contra la creatividad de la conciencia). l La conciencia recta–verdadera tiene todos los derechos y no puede ser limitada por la sociedad; a la hora de actuar hay que seguir siempre su juicio. l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l l b) Clases de conciencia – Normatividad Errónea (falsa): toma por bueno–malo lo que objetivamente es malo–bueno; la verdad subjetiva no se identifica con la verdad objetiva por ignorancia, deficiente aplicación de los criterios y datos morales, u otras causas. «El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio, los malos ejemplos recibidos de otros, la servidumbre de las pasiones, la pretensión de una mal entendida autonomía de la conciencia, el rechazo de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza, la falta de conversión y de caridad pueden conducir a desviaciones del juicio en la conducta moral» (CEC 1792).
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l l b) Clases de conciencia – Normatividad El error puede ser invencible (inculpable) o vencible (culpable): «No rara vez, sin embargo, ocurre que yerre la conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien y la conciencia se va progresivamentenebreciendo por el hábito del pecado» (GS 16) Clasificación: invenciblemente errónea (§) y venciblemente errónea (§§).
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad Invenciblemente errónea: la no coincidencia con la verdad moral objetiva es totalmente desconocida por quien se equivoca. Causas: ignorancia (inteligencia), impedimentos psicológicos, prejuicios. . . ; aplíquese a los planos individual, social, temporal e histórico. l La conciencia invenciblemente errónea presupone la búsqueda de la verdad objetiva y del bien moral. Es norma del actuar: tanto si manda como si prohíbe, obliga lo mismo que la conciencia rec taverdadera; si permite, exime de pecado. La conciencia invenciblemente errónea tiene “derecho” en el foro interno (y los demás tienen que respetarla); pero en el foro externo (implicaciones sociales) no goza de un derecho absoluto: está sometida a los principios del bien común. La Veritatis splendor recuerda que no goza de una “autonomía absoluta” (ha de estar abierta a la superación del error) y denuncia la postura equivocada de contraponer libertad–verdad objetiva–bien como si fuesen irreconciliables. l l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad l «Anunciaban a todos con fortaleza el designio de Dios salvador que quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim 2, 4); pero, al mismo tiempo, respetaban a los débiles, aunque estuvieran en el error, manifestando de este modo que cada cual dará a Dios cuenta de sí (Rom 14, 12; cf. 14, 1 23; 1 Cor 8, 9 13; 10, 23 33) y está obligado consiguientemente a seguir su conciencia» (DH 11, hablando de la predicación apostólica). l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad Venciblemente errónea: se es responsable del error porque se pudo y se debió corregir, pero no se hizo nada (despreocupación por la formación de conciencia, “a fuerza de vivir en contra de lo que se piensa se acaba pensando como se vive”. . . ). l Esta conciencia no puede ser norma legítima de moralidad: tanto si manda como si permite o prohíbe, no se puede seguir un juicio venciblemente erróneo (procede de una situación falseada, de la que hay que salir); pero tampoco se puede obrar en contra de un juicio de conciencia, aunque sea venciblemente errónea; como conciencia que es ha de ser respetada, pues la dignidad de la persona, basada no en ninguna disposición subjetiva sino en la misma naturaleza humana, no permite que sea violentada ni su libertad ni su conciencia l l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad l «Por consiguiente, el derecho a la libertad religiosa no se funda en la disposición subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza. Por lo cual, el derecho a esta inmunidad permanece también en aquellos que no cumplen la obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella; y su ejercicio no puede ser impedido con tal que se guarde el justo orden público» (DH 2). “Solución”: salir del error. l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l b) Clases de conciencia – Normatividad l Cierta: posee una convicción firme, emitiendo el dictamen de modo categórico, sin miedo a equivocarse (certeza moral práctica: al juicio de conciencia no se opone ningún motivo serio de duda). Hay que obrar siempre conciencia cierta, nunca conciencia dudosa.
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad Dudosa: en situaciones de incertidumbre, inseguridad o perplejidad, encuentra motivos tan serios para una decisión como para su contraria (= carencia de certeza). Es probable cuando no excluye el temor de equivocarse porque la opción contraria también goza de una aceptable plausibilidad. l No se puede obrar conciencia dudosa, porque se acepta la posibilidad de elegir lo contrario a la voluntad de Dios o de quebrantar los valores (hipotéticamente se está aceptando el pecado); por eso, antes de actuar, hay que salir de la duda. l l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA b) Clases de conciencia – Normatividad l Perpleja: la persona se encuentra bloqueada ante un conflicto de valores o de deberes y cree pecar tanto si elige una alternativa como si escoge la otra (haga lo que haga siempre hay algo mal). Según los principios tradicionales, si no se sale del atolladero y no se puede prorrogar más el juicio moral, que actúe: siempre habrá un valor defendido (¡atención a la jerarquía de valores!). l
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA l b) Clases de conciencia – Normatividad l Escrupulosa: continuo miedo e inseguridad, sensible ante unos valores y simultáneamente despreocupada ante otros; causas psicopatológicas ± reforzadas por factores exteriores (presión socio religiosa, formación religiosa escasa o deforme. . . ).
LA CONCIENCIA. INDIVIDUALPRESIÓN GRUPAL o Nivel preconvencional: Heteronomía. El niño obra por las consecuencias inmediatas de premio o castigo (1ª etapa), placer o disgusto, o por sumisión al poder físico de quienes formulan tales normas. Estamos en el campo de la anomía y del utilitarismo, cuando no se obra por normas, sino por el resultado –casi mágico– y por el interés (2ª: instrumental– relativista). Educar la conciencia para que vaya abandonando esta etapa en la que el bien o el mal está en el campo de lo benéfico–maléfico, de lo utilitario.
LA CONCIENCIA. INDIVIDUALPRESIÓN GRUPAL o Nivel convencional: Socionomía. El yo se identifica con la sociedad y responde a las expectativas de la familia o del grupo social, independientemente de las consecuencias obvias e inmediatas (3ª: concordancia interpersonal), para conservar la imagen de persona aceptada por el grupo, o configurarse según las normas que mantienen un orden social determinado y que tienen un valor en sí mismas (4ª: Ley y orden). La conciencia es heterónoma o sociónoma. Educar la conciencia requiere un esfuerzo para personalizar los valores y reforzar el valor de la intención que ya empieza a aparecer
LA CONCIENCIA. INDIVIDUALPRESIÓN GRUPAL o Nivel postconvencional: Autonomía. Adolescente o juvenil. El yo se diferencia de los roles sociales (identidad personal) y define los valores y principios morales según unos principios de justicia escogidos por él, válidos y aplicables independientemente de la autoridad (del aplauso o reprobación del grupo o de las personas) y de las ventajas o desventajas. Comienza siendo relativista y apelando al contrato y consenso sociales (5ª) para desembocar en la autonomía y opciones fundamentales orientadas por principios éticos universales (6ª).
LA CONCIENCIA. INDIVIDUALPRESIÓN GRUPAL o La interpretación de este esquema ha de ser flexible: la edad cronológica no siempre coincide con la madurez ética (hay progresos, estancamientos y regresiones) y falta la referencia a la formación (sea cristiana o de otra religión) de la conciencia; pero es aplicable tanto a la conciencia personal como a las sociedades y culturas; además, aunque no aluda explícitamente, recupera la seriedad del orden moral objetivo o “natural”, frente a la facticidad social o el intuicionismo subjetivo.
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