Jess es la Misericordia de Dios hecha palabra
Jesús, es la Misericordia de Dios hecha palabra, hecha llamada, hecha amistad y hecha comida. Con su generosidad, el Señor, se ha convertido en lugar de encuentro para los enfermos y pecadores. Su dedicación no ha sido, ni para conservarse Él, ni a los suyos, sino para atender a los necesitados. Su gran libertad impregnada de Misericordia manifiesta la voluntad de Dios. La Religión que inaugura Jesús es la del corazón que se inclina a favor de toda miseria. El culto que practica el Señor es la Misericordia que transforma cualquier miseria. Su Misericordia se convierte en medida de para cuánto son y para cuánto valen sus amigos. Su Misericordia se manifiesta humilde y sencilla porque reconoce que todo es don y gracia. El Señor vino a llamar a todos pero especialmente a los pecadores. El Señor llama para que juntos en su mesa, todos coman de su comida y disfruten de su amistad. La ternura y libertad del Señor son de tal calidad, que llegan hasta excluidos y pecadores. Su Misericordia se hace esperanza que invita a una fraternidad a base de diálogo e inclusión.
En aquel tiempo, vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: Sígueme. El se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos cobradores de impuestos y otra gente pecadora, vinieron y se sentaron a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: ¿Por qué su maestro come con los cobradores de impuestos y pecadores? Jesús lo oyó y dijo: No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan pues y aprendan lo que significa: Yo quiero Misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. [ Comienza la oración ] Palabra del Señor.
Al final, rezo el Padrenuestro, saboreando cada palabra. [ Continúo ]
Me sereno para esta cita con Dios. Con una postura que implique todo mi ser. Al ritmo de la respiración doy lugar al silencio. ( Una y otra vez repito este ejercicio ) [ Continúo la oración ]
NOTA: La oración preparatoria me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mí. NOTA: Este paso merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10 minutos. [ Sigo adelante ]
(Si me ayuda, puedo decir varias veces la petición) [ Sigo adelante ]
Necesitamos una generosidad como la del Señor para que seamos medicina para los enfermos de hoy. Urge una dedicación, no para conservarnos ni conservar a los nuestros, sino para atender a los que nos necesiten. Hace falta que nuestra pequeña y tímida libertad quede expuesta al crisol de la Misericordia, para que verdaderamente hagamos la Voluntad de Dios. [ Y continúo la oración ]
Necesitamos que nuestro culto transforme nuestra frialdad, pereza y negligencia ante quien padece cualquier miseria. Urge una Misericordia que le dé calidad y vitalidad a nuestro culto cristiano. Hace falta una Misericordia humilde que nos haga ver que todo es don y gracia de Dios. Para que, ni la sutil soberbia se apodere de lo que es de Dios, ni nos volvamos impíos. [ Y continúo la oración ]
Necesitamos convocar a todos (justos y pecadores) para que disfruten de la misma mesa, de la misma misa y de la misma amistad Señor. del Urge la frescura cristiana para convocar a los hombres y mujeres que padecen cualquier exclusión, y para ganar a quienes se sienten apartados de Dios y de la el peso del pecado. Vida Haceporfalta la osadía de construir comunidades fraternas, donde el diálogo y la inclusión den razón de nuestra esperanza. [ Y continúo la oración ]
Señor, tu Misericordia amanece sobre nosotros como la aurora y surge como la luz. Ella baja sobre todos como lluvia temprana que empapa toda nuestra tierra reseca. (Cf. Oseas 6, 3 b) [ Comienza el Cierre de la oración ]
Para centrar la experiencia vivida en la Oración, respondo en forma sencilla las siguientes interrogantes: [ Termino con la oración siguiente ]
- Slides: 13