Homosexualidad y ftbol tab y pasin Hoy en
Homosexualidad y fútbol tabú y pasión. Hoy en las noticias sale como principal titular. . . "la polémica imagen de un beso entre dos jugadores de fútbol". . . polémica por que? acaso es pecado que en el fútbol existan jugadores gay? , ¿acaso la conducta sexual define las aptitudes de un deportista? . Bueno les dejo el siguiente articulo que encontré en la red sobre esta situación, articulo que creo explica que en el fútbol hay mas gays de lo que uno se puede imaginar, pero que en el fondo, es una lucha por los derechos y la no discriminación. . .
Lo increíble de todo esto es la capacidad de meter el dedo en la llaga (o donde se quiera meter) y tratar un tema como el de la homosexualidad en el fútbol. La ecuación es simple. Si las estadísticas marcan que un cinco por ciento de los hombres del mundo actual son homosexuales, la pregunta es insoslayable ¿cómo no va a haber homosexuales en el fútbol? . Y si los hay, ¿quiénes son? , ¿por qué no se conocen? .
Existen homosexuales en el mundo de las empresas, en la Iglesia, en los profesores de colegios, en cualquier estamento social, pues aun ese 5% no es real, pues son los que se han declarado abiertamente homosexuales o bisexuales, pero según algunos expertos pueden llegar hasta el 12% en todos los tejidos de la sociedad.
La respuesta es bien sencilla: el inconveniente para un jugador sería mayúsculo si deseara sincerarse. Enseguida le caerían encima la afición, la prensa, sus rivales, árbitros y hasta sus propios compañeros. No hay escapatoria. Una verdad irrefutable: el vestuario de un equipo de fútbol es el lugar por metro cuadrado más machista del mundo. Aceptar a alguien "distinto" sería la peor de las pesadillas. Aquí se puede apreciar
En algún lugar en el cajón de los clichés sobre los hombres homosexuales, hay un prejuicio que dice que no les interesa el fútbol, lo que no exactamente se basa en hechos reales. Muchos juegan al fútbol en su tiempo libre, siguen los partidos en clubes de aficionados o simplemente para cubrir las apariencias. Aunque entre los futbolistas profesionales todavía es algo "de lo que no se habla", los gays también dedican gran parte de su tiempo libre al fútbol, una actividad que además les permite relacionarse.
Pero entre los profesionales la homosexualidad sigue siendo un tabú, como confirma Corny Littman, presidente del club de fútbol St. Pauli y abiertamente homosexual. Mientras en el mundo de la política ya hubo varias "salidas del armario", en el fútbol profesional la situación es diferente. Los abrazos tiernos y los besos, al parecer, sólo se permiten en el campo de juego.
La tiene buena ¡eh! Y es que aunque a veces no lo parezca, en el fútbol profesional, también hay gays. Eso es lo que afirmó el pasado viernes Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en una entrevista realizada por el diario británico The Times. Como se mata el gusano
Aunque no los veamos, y sólo lo sospechemos, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado afirmó que “existe homosexualidad en el fútbol”, y que “hay futbolistas gays, pero no lo declaran porque creen que no serían aceptados en estas organizaciones de hombres”. Blatter añadió que “el fútbol está abierto a todo el mundo, de hecho hay una competición para homosexuales y en el fútbol femenino la homosexualidad es más popular”.
A ver cuando se animan los futbolistas de los grandes equipos y comienzan su proceso de desarmarización. Este paso sí que contribuiría a la normalización ante esa trinchera de la homofobia que es el fútbol.
Un caso triste es el del futbolista inglés Justin Fashanu, que en 1998 se suicidó tras haber hecho pública su homosexualidad. Entre 1982 y 1990, cuando todavía no lo había confesado pero se sospechaba de su condición, a Fashanu lo acosaban con cantitos de ‘maricón’ en todos los partidos. Hasta que un día a inicios de los ’ 90, cansado de esa doble vida, reveló sus gustos. Lo que le siguió fue todo barranca abajo. Antes de anunciar su condición, había jugado 213 partidos (85 goles) en equipos de gran nivel como el Norwich o el Nottingham Forest, que pagó a comienzos de los ’ 80 un millón de libras por su pase.
Después de confesarse, en cambio, sólo convirtió 33 tantos en torneos menores de Estados Unidos y Canadá. En 1998, y después de un espectacular acoso de la prensa y de la justicia por un supuesto caso de abuso a un compañero de 17 años, Justin se ahorcó en el garaje de su casa de Londres. Semanas más tarde Maryland reconocía el error y lo absolvía de los cargos por falta de pruebas. “La historia de Fashanu tiene que hacernos reflexionar a todos”.
Una pequeña broma en el vestuario fue la tortura para Graeme Le Saux. El jugador del Chelsea fue acosado durante 14 años de carrera por una supuesta homosexualidad que le costó persecuciones dentro y fuera de la cancha. Desde insultos y cánticos en las gradas hasta el acoso y hostigamiento de los árbitros. ¿La razón? Ridícula: se decía que era gay porque iba a galerías de arte y leía el diario de los intelectuales, "The Guardian". El año pasado se decidió a escribir su autobiografía y contó su historia amarga, triste, de exitoso futbolista y persona sufrida.
MANOSEO Villa estuvo muy activo en el calentamiento. Quizá fue una broma, pero con decenas de cámaras y reporteros alrededor, Germán Villa le puso la mano en la entrepierna a su compañero Salvador Cabañas. En pleno calentamiento, a Germán Villa se le fue la mano cuando ayudaba a estirar al delantero Salvador Cabañas, lo que ha levantado polémica en los noticieros de deportes nacionales.
El disparador que reavivó la discusión sobre los gays en el fútbol quizá fue la famosa foto de Guti que dio la vuelta al mundo en la que aparecía besando a una persona.
Conocidas fueron las declaraciones de un psicólogo deportivo alemán que dio a conocer que ciertos jugadores de fútbol alemanes son gays. Pero "estos jugadores ven como única salida llevar una doble vida, escondiendo su homosexualidad al entrenador, al equipo y a la dirección del equipo".
El diputado del partido Democrático de Italia Franco Grillini dijo que hay 20 jugadores gays en la primera división de Italia y que algunos jugadores "tienen novias o esposas sólo para salvar las apariencias, que utilizan para confundir y esconder y que puede probarlo. Su vida es un infierno", agrega el político.
Apenas, Ruud Gullit entre los casos más famosos, se animó a confesar su bisexualidad. Fue una excepción y no faltaron los detractores. Pese a ello, Gullit pudo terminar decorosamente su carrera de extraordinario jugador y hoy es entrenador de Los Ángeles Galaxy, donde coincide con uno de los iconos sexuales de la época: David Beckham.
El ex futbolista profesional del Nacional de Uruguay Wilson Oliver, de 38 años, se declara abiertamente homosexual en la portada de la revista Gay Barcelona, en cuyas páginas denuncia el "ambiente hostil" hacia la homosexualidad que se vive en el mundo del fútbol. "Incluso ahora mismo, cuando decidí hacer pública mi historia en Gay Barcelona, y en cierto modo salir del armario por la puerta grande, la del honor, muchos de mis allegados me decían: ¿estás seguro de lo que vas a hacer? ¿Te vas a exponer de esa manera? ", explica el ex futbolista en la citada publicación.
"Yo tuve una historia muy larga de dolor, por no ser comprendido por la gente y por mí mismo. Descubrí algo que no podía compartir, imagínatelo con veinte años y en esa sociedad", añade en el número del mes de junio de esta revista gay editada en la capital catalana. Según un comunicado de la revista Gay Barcelona, que asegura que se trata del primer caso de un futbolista que hace pública su homosexualidad, Oliver abandonó su meteórica carrera en el mundo del fútbol por no poder continuar viviendo en la marginación y discriminación personal en la que se sentía inmerso.
¿En cuanto a esa época, ¿tenías conocimiento de si había alguien más en tu condición? ; Wilson: ¡Claro! A ver, habían otros jugadores de fútbol que venían a mi y me decían: “¿tu sabes que fulano de tal es gay? ” Yo decía, “pero ¿Cómo puede ser si está casado? ”, ” Si pero, igualmente es gay”, me respondían. Vamos a la inversa, en mi caso, ¿Qué dirían de mí? Que ni siquiera estaba casado, con 22 o 23 años, un metro ochenta, ojos claros, joven, excelente jugador, con futuro, no tiene novia, no sale, no toma, ¿qué pasa?
Pero a día de hoy, ¿tú crees que el mundo del fútbol está preparado para decir, mira ese jugador es gay? ; Wilson: No. La gran diferencia es que cuando una persona ya es reconocida y tiene un valor tanto económico como sentimental en la gente, es aceptado. Porque es como cuando el padre y la madre que tienen un niño gay, que además tiene excelentes notas, es hermoso igual. Entonces, según el afecto que tú le tengas a la persona a ti te dará igual pero obviamente los adversarios van a utilizarlo contra ti, porque es una forma de sacarte puntos. Es un ambiente muy competitivo, muy difícil, donde se maneja mucho dinero, donde hay muchos intereses y donde cualquier cosa no normal, entre comillas, es tomada como arma para sacarte puntos.
Wilson: Existe gran cantidad de gente vinculada al mundo del fútbol, los aficionados, los hinchas, los que viven este deporte como una pasión de ser, y cómo no, mucha gente gay que son dirigentes, auxiliares, médicos y periodistas, … entonces claro si van a una discoteca y se encuentran a un jugador que, yo que sé, me imagino que ustedes conocen a cualquier jugador del Real Madrid y si lo ven en una discoteca gay todo el mundo lo va a comentar, bueno… así me pasó a mí. Yo empecé a hacer mi vida gay, acudía a discotecas de ambiente, y viéndome con amigos amanerados. Así empezó a correr el rumor.
Wilson: Mi padre lo pasó mal, de repente lo dejé todo tras cumplir con su sueño de jugar en el Club Nacional de Fútbol, siendo él todo un hincha fanático. Cuando me fui le dejé mis fotos, le dejé mis copas, le dejé mis medallas, le dejé mi camiseta… todo eso que no era mío, que en realidad lo hice por él. De alguna forma, hoy, con el pasar de los años, me pongo a pensar si no llegué a ese punto también para lograr el cariño de mi padre. Son todo cosas que uno después de cierto tiempo ya empieza madurar y a entender.
No hay peor homofobia que la normalizada por la propia sociedad, la cual, al ser practicada tan frecuentemente pasa a ser un hecho sin importancia e incluso gracioso. Un claro ejemplo lo podemos ver en el fútbol, cuando en un partido de fútbol se le grita “maricón” al árbitro o a un jugador, y nadie se inmuta o lo que es peor, la gente lo vitorea o lo repite incesantemente. En estos casos, casualmente no hay ninguna sanción o reacción de condena del comité antiviolencia.
Sin embargo, si se le llama “negro” a un jugador, sí que surge la polémica y hay reacciones en contra. Se demuestra que hay distintas varas de medir, una la que considera normal o motivo de mofa llamar “maricón” a alguien y no pasa nada y otra que dispara todas las alarmas por llamar “negro” a otra.
En este ambiente tan hostil y poco propicio para hacer pública libremente su sexualidad, sin miedo a que esto influya negativamente en su carrera profesional, algunos futbolistas optan por casarse para así desviar cualquier tipo de atención sobre su doble vida, y otros, como el caso del jugador uruguayo Wilson Oliver Elías, ocultan su condición, hasta que de una forma u otra acaba saliendo a la luz…. Con 38 años y tras el abandono de su meteórica carrera en el mundo de fútbol por no poder continuar viviendo en la marginación y discriminación personal en la que se sentía inmerso, Wilson se sincera con él mismo y hace pública su homosexualidad.
LONDRES. - El ministro británico de Deportes, Tony Banks, dejó perplejos a los oyentes de un programa de radio de la BBC al instar a los futbolistas gays a que admitan públicamente su homosexualidad, en un intento de combatir la homofobia. «Si no se plantea la cuestión, si no se habla abiertamente, la gente seguirá actuando como si no existiera» , aseguró el ministro, quien reconoció, sin embargo, que «un jugador tiene que ser muy, muy valiente para confesar que es gay y salir después al campo» .
Las palabras de Tony Banks fueron acogidas con satisfacción por los colectivos británicos de homosexuales como Outrage. Su portavoz, David Allason calcula que un 10% de los jugadores británicos son gays y señaló: «Mientras no reconozcan que lo son, el problema no se va a resolver. Pero una vez que lo admitan y la gente se dé cuenta de que no tiene importancia, la homofobia desaparecerá» . Allason pidió a los clubes que luchen contra ella como han luchado para erradicar el racismo de las gradas: «Pueden crear un clima en el que no se toleren los cantos denigrantes sobre la sexualidad de una persona igual que no es tolerable cantar canciones racistas» .
Aquí, como en muchos ámbitos de la vida, la hipocresía es moneda corriente: Mencionar trampas, doping y hasta de "partidos arreglados" está permitido en este mundillo. Pero de homosexualidad, no. De eso, en el fútbol, no se habla. . .
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