Heidegger Nietzsche y las etapas del nihilismo concebido
Heidegger: Nietzsche y las etapas del nihilismo (concebido como olvido del ser). Etapas. “La metafísica es la historia en la que del ser mismo no hay esencialmente nada: la metafísica (=el olvido del ser) es, en cuanto tal el nihilismo propio. (N. II, 285) 1. La interpretación platónica del ser como a priori del ente: el ser como idea (aspecto) y la verdad como corrección (de la alétheia a la orthótes). 2. La metafísica de la subjetividad (desde Descartes a Hegel): el ser como representatividad (la idea como contenido de la mente) y la verdad como certeza (ego cogito). 3. La concepción nietzscheana de la voluntad de poder: Nietzsche enredado en la trama de la metafísica: qué es el ente, voluntad de poder; cómo es el ente, eterno retorno; la verdad como valor. N. II, p. 149 -150: Nietzsche dice que la búsqueda cartesiana de una certeza inquebrantable es una voluntad de verdad: voluntad de verdad como no quiero ser engañado…como formas de la voluntad de poder”; “la verdad es la especie de error sin la cual una determinada especie de seres vivientes no podría vivir. El valor para la vida decide en última instancia”…El pensar en términos de valores oculta el derrumbe de la esencia de ser y verdad” (II, 153). 4. La técnica en el mundo moderno comprensión del ser: la transformación de la cosa en producto (la naturaleza deja de ser physis para convertirse en objeto, lo que puede remitirse a un sujeto); la verdad y el método como producción.
Heidegger: la nihilización de la phýsis en Platón Lectura heideggeriana del Fedón (presentación de la metafísica como diferencia entre lo igual y las cosas iguales): las cosas iguales (próteron pròs hemás)/têi phýsei), el ser, lo próteron frente al ente (ser como ousía, presencia de lo consistente en lo desoculto), la idea- eîdos- como “aspecto”: como aquello en lo que el ente tiene su “presencia” y su “existencia consistente” y en lo que está constantemente –lo universal-, N. II, p. 177). Las cosas que son o cosas particulares: lo mè ón (“lo que no debe ser tratado como ente”, frente a lo que no es simplemente, ouk ón, cfr. N I, p. 151). Frente a ellas, lo suprasensible como óntōs ón, “lo que está más allá del ente, de tà phýsei ónta. . . “El ser, de acuerdo con su aprioridad, está más allá del ente. Más allá y por encima se dice en griego metá…el conocimiento del ser tiene que ser metafísica…. toda filosofía occidental es platonismo. Metafísica, idealismo, platonismo significan en esencia lo mismo” (N. II, p. 179.
La fractura metafísica (m. verdadero y aparente) del ser en esencia y existencia (N. II, p. 17. ; en qué es y que es, II, 328). • “El qué-es (tò ti estin) y el que-es (tò estin) se superponen en su diferenciación con la distinción que sustenta en todas partes la metafísica y que se consolida por primera vez en…la distinción platónica del ὄντως ὂν y el μὴ ὄν…Con la distinción entre el ὄντως ὂν y el μὴ ὄν se separan το τί ἔστιν y το ἔστιν (el τί y el ὅτι). El que-es se vuelve una característica del este respectivo del tóde ti y del hékaston…Posteriormente y especialmente gracias a la interpretación teológica de la concepción bíblica de la creación aparece en múltiples formas (existentia, essentia, y el principium indivituationis, N. II, p. 17)…. La φύσις comienza seccionándose en seguida en la aparente contraposición de devenir y ser (II, p. 19)”. Transformación de la Φύσις en idéa (cambio respecto al comienzo originario): “lo que aparece ya no es la phýsis…se separan el on y el phainómenon”; I. M. , 167. • Mundo verdadero/aparente→ ὄντως ὂν/ μὴ ὄν→esencia/existencia → →(distinción nieztscheana entre voluntad de poder y eterno retorno).
M. Heidegger: el olvido del ser. • “El qué-es, allí donde se hace valer como ser, favorece que predomine la mirada dirigida a aquello que el ente es, y posibilita así una peculiar preeminencia del ente. El que-es, en el cual no parece decirse nada del ente mismo (de su qué), satisface la modesta función de constatar que el ente es, en lo cual el “es” y el ser pensado en él mantienen simplemente su carácter usual. El que-es, cuando se hace valer como ser, posibilita la obviedad de la esencia del ser. Ambas cosas, la preeminencia del ente y la obviedad del ser, caracterizan a la metafísica. (N. II, 336 -7). • Olvido del ser quiere decir, entonces: ocultarse de la proveniencia del ser diferenciado en qué-es y que-es, a favor del ser que despeja (lichtet) el ente en cuanto ente y queda, en cuanto ser, impensado (Ibíd. 329). • El qué es en cuanto ser que sirve de norma expulsa al ser…, ” (Ibíd. 375).
Platón y la existencia de un planteamiento trascendental (más allá de la entidad) • —Pienso que puedes decir que el sol no solo aporta a lo que se ve la propiedad de ser visto, sino también la génesis, el crecimiento y la nutrición, sin ser él mismo génesis. Claro que no. —Y así dirás que a las cosas cognoscibles viene del Bien no sólo el ser conocidas sino también de él les llega el existir y la esencia, aunque el Bien no sea esencia, sino algo que se eleva más allá de la esencia (οὐκ οὐσίας ὄντος τοῦ ἀγαθοῦ, ἀλλ' ἔτι ἐπέκεινα τῆς οὐσίας) en cuanto a dignidad y a potencia. Y Glaucón se echó a reír: —¡Apo 1 o! —exclamó— ¡Qué elevación demoníaca! Rep. 509 b 8 c 1. • Interpretaciones: exageración retórica, trascendencia atenuada, trascendencia (la diferencia ontológica entre el Bien y el resto de las ideas).
Heidegger: interpretaciones del epékeina. • Textos posteriores a la “vuelta”: DPV, 196 y N. II, 283 (“el rasgo onto-teológico fundamental de la metafísica”, a propósito del ser como a priori del ente y “de la pregunta por lo theîon que surge ya en el comienzo de la metafísica con Platón y Aristóteles”: “Esta suprema y primera causa originaria es llamada por Platón, y asimismo por Aristóteles τo θεῖον, lo divino. Desde la interpretación del ser como ιδεα, el pensamiento sobre el ser de lo ente se torna metafísico y la metafísica se torna teológica. Teológica significa aquí la interpretación de la <<causa originaria>>de lo ente como Dios y el relegamiento del ser al papel de esa causa que contiene al ser en sí misma y deja salir al ser de sí misma porque se trata de lo mas ente de lo ente” (DPV, 196). • Aportes, 176: El epékeina tês ousías como agathón (es decir, la más radical negación del preguntar ulterior y más originario por el ente como tal, es decir, por el ser) es el prototipo para toda interpretación del ente y su determinación y configuración en el marco de una “cultura”; la apreciación según valoresculturales…según “ideas” y la mediación por ideales.
Interpretación del epékeina antes de la vuelta • Los problemas fundamentales de la fenomenología (1927). El epékeina y la diferencia ontológica. I PFF. : 1) lo epékeina es aquello por lo que debemos preguntar si…el ser tiene que convertirse en objeto de conocimiento (lo epékeina como trascendencia ontológica que permite el conocimiento del ser). 2) La temporalidad es, en su unidad extático horizontal, la condición fundamental de posibilidad de la epékeina, o sea, de la trascendencia constitutiva del Dasein mismo. (Es decir, constituye al Dasein en su ser y, por eso mismo, permite su comprensión del ser). • II, De la esencia del fundamento (1929), 138 -139: “Platón habla expresamente de la trascendencia cuando dice epékeina tês ousías…el agathón es esa héxis (potencia) que es dueña de la posibilidad…de la verdad, la comprensión e incluso del ser, y además de los tres en su unidad”. Véase nota 89 a la 2ª ed. (1931): “No. El ser aquí no está entendido ni experimentado. Epékeina no es todavía la trascendencia, sino agathón en cuanto aitía”.
La doctrina platónica de la verdad • Del ser como a priori (la idea como –eîdos- aspecto, como “visiones de lo que son las cosas”, 185) a la verdad como orthótes: los dos argumentos que permiten a Heidegger conectar la filosofía platónica con la metafísica de la subjetividad. • Comentario de la DPV (transformación de la esencia de la verdad, 183): • La verdad como alétheia: privación, desocultamiento de lo ente (como genitivo subjetivo; de ahí el uso de alethéstera -184 -5 -), esencia inicial de la verdad. • La verdad como corrección. La iconografía: clausura/apertura o sombras/luz (el ente que resplandece o la mirada del sujeto): lectura de págs. 188 -189. • Consecuencia: la alétheia bajo el yugo de la idea (192), desecha el desocultamiento, pero persiste la ambigüedad (193): “entendido platónicamente, el desocultamiento permanece atado a la relación con el mirar, aprehender, pensar y enunciar. Seguir esa relación significa abandonar la esencia del desocultamiento (198).
La DPV y la filosofía heideggeriana de la historia. • Platón: la filosofía como metafísica y comienzo del humanismo (196). • Desde ahora la verdad como “representación enunciativa” (194): Tomás de Aquino (intelecto y homoiósis, Descartes –el entendimiento-, Nietzsche (el valor para la vida; “el más desatado platónico de toda la historia de la metafísica occidental”, 190); la dpv como “presente histórico”, “realidad fundamental de la historia universal del globo terrestre” (197): el hombre piensa según ideas y estima de acuerdo con valores. • Relación entre la metafísica (olvido del ser), el antropomorfismo incondicionado (con la reducción de la verdad a valor y el acabamiento del ser) y el nihilismo (“la carencia de sentido se convierte en el último sentido”, N. II, 21).
Retractación: El final de la Filosofía y la tarea del pensar. • El concepto «natural» de verdad, ni siquiera en la filosofía de • los griegos, se refiere al no-ocultamiento. Se apunta con frecuencia y con toda razón que, ya en Homero, la palabra αλεθές se usa siempre para los verba dicendi, los enunciados, y, por consiguiente, en el sentido de exactitud y fiabilidad, y no en el de no-ocultamiento. (FFTP, 90 -91). • En el horizonte de esta pregunta debe reconocerse que la Αληθεία, el no-ocultamiento en el sentido de la Lichtung de la presencia, fue conocida desde el comienzo, y sólo como ορθότες, como la exactitud del representar y el enunciado. Pero, entonces, tampoco es sostenible la afirmación de un cambio esencial de la verdad, es decir, del no-ocultamiento en exactitud. (FFTP, 91) • Si traduzco obstinadamente la palabra Αληθεία por no ocultamiento, no es en razón de su etimología, sino por la «cosa» que ha de tenerse en cuenta, al pensar conforme a ella lo que se llama «Ser y pensar» . En cierto modo, el no-ocultamiento es el único elemento en que se dan tanto el Ser como el pensar y su mutua pertenencia. (FFTP, 89).
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