GNESIS Origen del Mundo Hombres y de los
GÉNESIS Origen del Mundo Hombres y de los
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se aleteaba sobre las aguas. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo".
“Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida” Gn 2. 7.
“Así el hombre se convirtió en un ser viviente” Gn 2. 7.
“Después el Señor pensó: No es bueno que el hombre esté solo; voy a proporcionarle una ayuda adecuada” Gn 2. 18.
“Entonces el Señor Dios hizo caer sobre al hombre en un profundo sueño …
“… y cuando éste se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío” Gn 2. 21
“Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer…
“… y se la presentó al hombre”. Gn 2. 22
“El hombre exclamó: "¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre”. Gn 2. 23
ÉXODO Opresión y liberación del pueblo de Israel
El libro del Éxodo no es una "historia" en el sentido moderno de la palabra: es un testimonio nacido de la fe, el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es obra de los hombres, sino una creación de Dios.
LA MISIÓN DE MOISÉS Se calcula que después de la muerte de José, los hebreos permanecieron en Egipto unos trescientos años. Su rápido crecimiento provocó la reacción del Faraón y su propósito de exterminarlos. Por eso los persiguió y los maltrató. En medio de la opresión, los descendientes de Abraham clamaron al Señor, y el Señor se acordó de su Promesa y suscitó un Libertador. Es Moisés, que va a ocupar un lugar preponderante en el resto del Pentateuco.
“Los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron, hasta convertirse en una muchedumbre numerosa y muy fuerte, que llenaba el país” Ex 1. 7.
“Mientras tanto, asumió el poder en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José. Él dijo a su pueblo: "El pueblo de los israelitas es más numeroso y fuerte que nosotros. ” Ex 1. 8 -9.
“Es preciso tomar precauciones contra ellos, para impedir que siga multiplicándose”. Ex 1. 10
“Entonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. ” Ex 1. 11
- El clamor de los israelitas escuchado por Dios - “Pasó mucho tiempo y, mientras tanto, murió el rey de Egipto …
“… Los israelitas, que gemían en la esclavitud, hicieron oír su clamor, y ese clamor llegó hasta Dios, desde el fondo de su esclavitud” Ex 2. 23
“Dios escuchó sus gemidos …
“… y se acordó de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob”. Ex 2. 24
“Entonces dirigió su mirada hacia los israelitas y los tuvo en cuenta. ” Ex 2. 25
- Moisés y la zarza incandescente - Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: "Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume? ". Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: "¡Moisés, Moisés!". "Aquí estoy", respondió él. Entonces Dios le dijo: "No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa".
- Moisés y la zarza incandescente -
- Moisés y la zarza incandescente -
“Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca.
“Las aguas se abrieron”. Ex 14. 21
“Los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla a derecha e izquierda”. Ex 14. 22
Los israelitas partieron de Ramsés en dirección a Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar sus familias. Los israelitas estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. Y el día en que se cumplían esos cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos de Israel salieron de Egipto. El Señor veló durante aquella noche, para hacerlos salir de Egipto. Por eso, todos los israelitas deberán velar esa misma noche en honor del Señor, a lo largo de las generaciones.
LA MARCHA A TRAVÉS DEL DESIERTO A la alegría exultante de la liberación sigue la travesía dolorosa del desierto. ¡Qué penoso se hace caminar hacia una Tierra, prometida pero lejana y desconocida! Decir desierto es decir desolación y penuria. Surgen entonces las tentaciones y las rebeliones del Pueblo, que el libro de los Números nos relata más detalladamente. Es muy fácil clamar por la libertad, pero resulta difícil asumir los riesgos y responsabilidades que ella acarrea. No es de extrañar, por lo tanto, que Israel haya llegado a añorar las aparentes "ventajas" de la esclavitud. A pesar de todo, Dios camina siempre junto a su Pueblo y no le deja faltar en lo necesario. Para saciar su hambre "hizo llover sobre ellos el maná" (Sal. 78. 24) y para calmar su sed "partió las rocas en el desierto" (Sal. 78. 15). Por eso, y más allá de todas las infidelidades, la marcha por el desierto será para Israel el tiempo ideal de sus relaciones con Dios, el tiempo de su "primer amor", como lo reconocerán Oseas, Jeremías y Ezequiel. Es en el desierto donde el Pueblo elegido, bajo la guía de Moisés, fue tomando conciencia comunitaria y adquiriendo su identidad religiosa frente a los otros pueblos.
- Y fue Josué quien continuó - Cuando murió Moisés, su ayudante Josué se hizo cargo de la jefatura de las tribus de Israel provenientes de Egipto, a las que guió en la entrada e instalación en la tierra de Canaán, la Tierra prometida por Yahvé a los antepasados. La conquista, rápida y total, culminó con el reparto de la tierra entre las tribus. Así fue como Josué condujo al pueblo de Israel a la tierra prometida por Dios, librándolo, de una vez por todas, de un largo y perpetuo caminar por las arenas del desierto.
Así nos lo cuenta el Libro de Josué: “Después de la muerte de Moisés, el Señor dijo a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés: "Mi servidor Moisés ha muerto. Ahora levántate y cruza el Jordán con todo este pueblo, para ir hacia la tierra que yo daré a los israelitas. Yo les entrego todos lugares donde ustedes pondrán la planta de sus pies, como se lo prometí a Moisés. Vuestro territorio se extenderá desde el desierto y el Líbano hasta el Gran Río, el río Éufrates, y hasta el Mar Mediterráneo, al oeste. Nadie podrá resistir ante ti mientras vivas; yo estaré contigo como estuve con Moisés: no te dejaré ni te abandonaré. Sé valiente y firme: tú vas a poner a este pueblo en posesión del país que yo les daré, porque así lo juré a sus padres.
Vida de Jesús de Nazaret El Hijo de Dios entre nosotros
“Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. ” Mt, 4. 18
“Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. ” Mt, 4. 19 -20
“Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes…
… y Jesús los llamó. ” Mt, 4. 21
“Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. ” Mt, 4. 21
- Jesús llama a que le sigan… De este modo, Jesús de Nazaret fue llamando a todo hombre que se encontraba en su camino: “Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba”.
… y que cumplan la misión de evangelización”
“Pero no os preocupéis, ya que, Él estará con vosotros”
“Incluso cuando le rechacemos …
… y volvamos a Él …”
… Él estará contigo como estuvo con Moisés. “No te dejaré, ni te abandonaré” Jos. 1. 6
¿Y TÚ A QUIÉN ACOMPAÑAS?
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