Este es el primero de los libros Histricos
Este es el primero de los libros Históricos Los escritos históricos del Antiguo Testamento cuentan la historia del pueblo de Israel a la luz de la acciones de Dios en el. Cuentan la historia de la Salvación. En el Antiguo Testamento hay cuatro grupos de escritos históricos: A) Historia Deuteronomista (Desde la entrada en la tierra prometida hasta el exilio de Babilonia basada en los criterios reflejados en el libro del Deuteronomio) i. Josue ii. Jueces iii. 1 y 2 Samuel iv. 1 y 2 Reyes B) Historia cronística i. 1 y 2 Crónicas ii. Esdras iii. Nehemias C) Historia de los Macabeos i. 1 y 2 Macabeos D) Historias ejemplares o episódicas i. Tobías ii. Judit iii. Ester iv. Rut
MENSAJE #9 JOSUÉ
LA PALABRA DE DIOS El libro de JOSUÉ describe la conquista de la Tierra Prometida. Muestra a Dios actuando en la historia, para entregar a su Pueblo la Tierra que había prometido a los Patriarcas. Consta de 24 capítulos.
Cap. 1 EL SEÑOR HABLA CON JOSUÉ. Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito. ¿Acaso no soy yo el que te ordeno que seas fuerte y valiente? No temas ni te acobardes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”. 1, 8 -9 Hagamos propia, hoy día, ésta sagrada instrucción.
Cap. 2 Josué, hijo de Nun, envió clandestinamente desde Sitím a dos espías, con la siguiente consigna: "Vayan a observar el terreno". Ellos partieron y, al llegar a Jericó, entraron en casa de una prostituta llamada Rajab, donde se alojaron. 2, 1
Pacto con Rajab. Por eso, júrenme ahora mismo por el Señor, que así como yo los traté con bondad, ustedes tratarán de la misma manera a mi familia. Denme una señal segura de que dejarán con vida a mi padre, a mi madre, a mis hermanos y a mis hermanas, y a todo cuanto les pertenece, y que nos librarán de la muerte". 2, 12 -13
El paso del Jordán es la réplica del paso del Mar Rojo (4. 23 -24). Este marcó la frontera entre la servidumbre y el camino hacia la libertad. Aquel traza el límite entre la dura marcha por el desierto y la posesión de la "herencia" prometida por el Señor a los Patriarcas. La trascendencia simbólica de este acontecimiento es evocada de manera grandiosa en el relato que describe la travesía del Jordán: allí el verdadero protagonista no es el Pueblo ni Josué, sino el Arca de la Alianza, signo visible de la presencia del Señor, que conduce a Israel hacia su destino. Cap. 3 El Arca de la Alianza del Señor de toda la tierra va a cruzar el Jordán delante de ustedes. V. 11
CAP. 4 LAS DOCE PIEDRAS CONMEMORATIVAS Y ustedes les responderán: Las aguas del Jordán se abrieron ante el Arca de la Alianza del Señor; cuando ella atravesó el Jordán, se abrieron las aguas del río. Y estas piedras son un memorial eterno para los israelitas. 4, 7
Cap. 5 LA APARICIÓN DEL JEFE DEL EJÉRCITO DEL SEÑOR Josué cayó con el rostro en tierra, se postró y exclamó: "Señor, ¿qué tienes que decir a tu servidor? " El jefe del ejército del Señor le respondió: "Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás parado es santo". Y Josué así lo hizo. 5, 14 -15
Cap. 6 SITIO Y CAÍDA DE JERICÓ.
De acuerdo a la instrucción que el Señor dio a Josué: El séptimo día se levantaron al despuntar el alba y dieron siete vueltas alrededor de la ciudad, de la manera acostumbrada: sólo ese día dieron siete vueltas alrededor de la ciudad. Al dar la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron con más fuerza las trompetas, y Josué dijo al pueblo: "Lancen el grito de guerra, porque el Señor les entrega la ciudad. . y las murallas de la ciudad se derrumbaron. 6, 15 -16, 20 Debido a este prodigio del Señor, en la actualidad se acostumbra organizar “Cercos de Jericó”, cuando se desea orar por alguna situación grave. El Cerco de Jericó consiste en que un grupo de hermanos, hacen turnos, para orar 24 Hrs. diarias, durante 7 días intercediendo ante el Señor por dicha situación, para que derribe las murallas con que el maligno protege sus obras. Por la fe cayeron los muros de Jericó. (Heb. 11, 30)
Cap. 7 EL PECADO DE ACÁN. Pero los israelitas cometieron una infidelidad con las cosas que debían ser consagradas al exterminio. En efecto, Acán –hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá– se reservó algunas de esas cosas, y la ira del Señor se encendió contra los israelitas. 7, 1 La derrota de los israelitas en Ai.
Entonces Josué erigió un altar al Señor, el Dios de Israel, en el monte Ebal, como Moisés, el servidor del Señor, lo había ordenado a los israelitas y como está escrito en el libro de la Ley de Moisés. Era un altar de piedras intactas, que no habían sido tocadas por el hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al Señor e inmolaron sacrificios de comunión. Josué escribió allí mismo, sobre las piedras, una copia de la Ley que Moisés había escrito en presencia de los israelitas. 8, 30 -32 Cap. 8 EL SACRIFICIO Y LA LECTURA DE LA LEY SOBRE EL MONTE EBAL.
Las campañas se suceden una tras otra, en medio de los mayores prodigios. Josué, el único jefe de todas las tribus, anima al pueblo y lo conduce a la victoria. El paso de los israelitas provoca el terror de sus enemigos, y los cananeos son consagrados al exterminio total. Caps. 9 -12
Aquella vez, cuando el Señor puso a los amorreos en manos de los israelitas, Josué se dirigió al Señor y exclamó, en presencia de Israel: "Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Aialón". Y el sol se detuvo, y la luna permaneció inmóvil, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿No está eso escrito en el libro del Justo? El sol se mantuvo inmóvil en medio del cielo y dejó de correr hacia el poniente casi un día entero. Jamás hubo otro día, ni antes ni después, en que el Señor haya atendido a la voz de un hombre. Realmente, el Señor combatía en favor de Israel. 10, 12 -14 Cap. 10 EL AUXILIO DIVINO.
Una primera lectura de este Libro deja la impresión de que los israelitas, bajo la conducción de Josué, conquistaron el territorio cananeo de una manera rápida y total. Sin embargo, un análisis más cuidadoso del texto muestra que la conquista quedó incompleta (13. 1 -6), que algunos grupos actuaron por cuenta propia (14. 6 -13) y que hubo algunos retrocesos (19. 47). Al mismo tiempo, los relatos expresan la interpretación que Israel daba de su propia existencia: su entrada en Canaán no había sido una obra de los hombres, sino de Dios. (23. 9 -10)
Además, la alianza con los gabaonitas (9. 3 -27) indica que no todos los cananeos fueron exterminados. La "conquista" fue un proceso lento y difícil, en el que cada tribu luchó por su propio territorio y fue a menudo derrotada. Sólo en tiempos de David los israelitas se apoderaron definitivamente del país de Canaán.
CAP 13 LA REPARTICIÓN DE LA TIERRA PROMETIDA ENTRE LAS TRIBUS DE ISRAEL Antes de entrar en Canaán, Israel no era más que un grupo de tribus seminómadas, sin raíces que le dieran estabilidad. Sólo la posesión exclusiva de la Tierra santa le permitió afianzar su propia identidad y adquirir la cohesión y la resistencia necesarias para enfrentar las fuerzas disgregadoras, que lo amenazaban por dentro y por fuera. De allí la trascendencia que el libro de Josué atribuye a la adjudicación de un territorio para cada tribu.
Con respecto a la época patriarcal, la entrada en aquella Tierra es la coronación de la promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob (21. 43); en relación con las fatigas del desierto, el país de Canaán es un lugar de descanso (21. 44), y comparada con Egipto, donde los israelitas vivían como extranjeros, Palestina es una posesión propia y estable (18. 3).
Cap. 13 UNA VEZ CONQUISTADO EL TERRITORIO, JOSUÉ PROCEDE A DISTRIBUIRLO ENTRE LOS ISRAELITAS. Sí, ya es hora de que repartas este país entre las nueve tribus y media, para que lo posean como herencia. Porque la mitad de la tribu de Manasés, lo mismo que los rubenitas y los gaditas, ya han recibido la herencia que les dio Moisés en el lado oriental del Jordán". 13, 7 -8
Los Caps. 14 -19 señalan los límites asignados a cada tribu.
Después del memorable Éxodo de Egipto y de la Alianza del Sinaí, la ocupación de Canaán es el acontecimiento más decisivo en la historia de Israel. Josué se pone al frente del Pueblo y lleva adelante la obra iniciada por Moisés. Así las tribus que habían salido de Egipto conquistan algunas posiciones estratégicas en las montañas centrales de Palestina y realizan exitosas incursiones hacia el sur y el norte del país. Estos hechos se sitúan entre el 1250 y el 1230 a. C.
Los éxitos iniciales de Josué no podían destruir por completo a un enemigo más poderoso, que se hacía fuerte al amparo de ciudades amuralladas. Sus campañas abrieron a los israelitas las puertas de Canaán, pero al término de su vida todavía quedaban muchos territorios sin ocupar (13. 1). Esto nos recuerda que la Tierra es un don recibido del Señor y también algo que siempre es preciso conquistar.
Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios - con - ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado. " Apoc. 21, 1 -4
Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. Fil. 3, 13 -14
Caps. 20 -21 LAS CIUDADES DE REFUGIO. LAS CIUDADES LEVÍTICAS. El Señor dijo a Josué: Habla en estos términos a los israelitas: Determinen cuáles serán las ciudades de refugio –esas de las que yo les hablé por medio de Moisés– para que allí puedan encontrar asilo los homicidas que hayan matado a una persona sin premeditación e inadvertidamente. Así ustedes tendrán un refugio contra el vengador del homicidio. 20, 1 -3 Los jefes de familia de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de familia de las tribus israelitas, que estaban en Silo, en el país de Canaán, y les dijeron: "El Señor ordenó por medio de Moisés que se nos asignaran algunas ciudades, a fin de que residiéramos en ellas, y también sus campos de pastoreo para nuestros ganados". 21, 1 -2
El Cap. 20 enumera las ciudades de refugio. El Cap. 21 da una lista de las ciudades levíticas.
Así el Señor entregó a Israel todo el territorio que había jurado dar a sus padres. Los israelitas tomaron posesión de él y lo habitaron. El Señor les dio la paz en todas sus fronteras, como lo había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo resistirles, porque el Señor se los entregó a todos. Ni una sola de las admirables promesas que el Señor había hecho a los israelitas cayó en el vacío: todas se cumplieron. 21, 43 -45
Cap. 22 EL REGRESO DE LAS TRIBUS DE LA TRANSJORDANIA. Entonces Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés, y les dijo: "Ustedes han observado íntegramente las órdenes que les dio Moisés, el servidor del Señor, y me han obedecido en todo lo que yo les mandé. Ahora sus hermanos han obtenido el descanso que les concedió el Señor, su Dios, conforme a la promesa que él les había hecho. Por lo tanto, regresen a sus campamentos, al territorio que les pertenece, a esa tierra que Moisés, el servidor del Señor, les dio al otro lado del Jordán. 22, 1 -2. 4
Cap. 23 PRESENTA EL TESTAMENTO ESPIRITUAL DE JOSUÉ. Por el contrario, manténganse fieles al Señor, su Dios, como lo han hecho hasta el día de hoy. El Señor desposeyó delante de ustedes a naciones numerosas y fuertes; y hasta el presente, nadie ha podido resistirles. Bastaba uno solo para perseguir a mil, porque el Señor, su Dios, era el que combatía por ustedes, como él mismo les había prometido. Por eso, pongan sumo cuidado en amar al Señor, su Dios. 23, 8 -11
Cap. 24 ASAMBLEA Y ALIANZA DE SIQUEM. Josué convoca a un grupo de tribus vecinas, probablemente las de Isacar, Zabulón y Neftalí, radicadas un poco más al norte, y les pide que renuncien a sus propios dioses para servir exclusivamente al Señor. Una vez concertado el acuerdo, los compromete a mantenerse fieles al Señor y, como testigo del compromiso contraído, erige una piedra conmemorativa. Así se fue extendiendo la fe en el Señor y se dio un paso decisivo hacia la plena ocupación de la Tierra prometida. La muerte de Josué Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años. 24, 29
LOS RESTOS DE JOSÉ Los huesos de José, que los israelitas trasladaron desde Egipto, fueron enterrados en Siquém, en la parcela de campo que Jacob había comprado a los hijos de Jamor, padre de Siquém, por cien monedas de plata, y que había pasado a ser propiedad de los hijos de José. También murió Eleazar, hijo de Aarón, y lo enterraron en Guibeá, ciudad situada en la montaña de Efraím, que había sido entregada a su hijo Pinjás. 24, 32 -33
En los libros históricos, como de toda la Biblia, se perfila con claridad y de manera constante el designio salvífico de Dios, que ama, guía y juzga a su Pueblo. Ese designio está lleno de promesas y cumplimientos parciales, que orientan todo el curso de la historia humana hacia su consumación definitiva en el Reino de Dios.
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