Es tan fcil perder de vista lo que

¡Es tan fácil perder de vista lo que es importante! Este poema fue escrito por una niña en estado terminal de enfermedad, en un hospital de Nueva York

Danza Lenta. . .

¿Alguna vez ya observaste a niños en un parque? ¿Y oíste a la lluvia golpeando el suelo?

¿Alguna vez ya seguiste el vuelo errático de una mariposa? ¿. . . o fijaste la mirada en el sol del crepúsculo? ?

Es mejor disminuir el paso. No dances tan deprisa. . . El tiempo es corto. La música se acabará. . .

¿Corres, a través de cada día, “volando”? Cuando preguntas “¿Cómo estás? ”, ¿escuchas la respuesta?

Cuando termina el día, ¿te echas en la cama dándole vueltas a los siguientes compromisos y tareas?

Es mejor disminuir el paso. No dances tan deprisa. El tiempo es corto. La música acabará. . .

¿Has dicho alguna vez a un niño: “vamos a dejar esto para mañana” y en tu prisa no viste su tristeza?

¿Perdiste el contacto, dejaste morir una buena amistad porque nunca tenías tiempo para llamar y decir “hola”?

Es mejor disminuir el paso. No dances tan deprisa. El tiempo es corto. La música acabará. . .

Cuando corres tan deprisa para llegar a algún lugar, pierdes la mitad de la satisfacción de llegar allí. . .

Cuando te preocupas y muestras prisa a lo largo de todo el día, es como si ese día fuera un regalo no abierto, ¡un regalo despreciado!

La vida no es sólo correría. . .

. . . Vívela más lentamente. . .

. . . Escucha la música. . . Antes que la canción se ACABE. . .

. . . Reenvía esto a todos los que conoces. Es la petición especial de una niña que tiene cáncer, que tiene apenas 6 meses de vida y éste es su último deseo: mandar un correo a todos para que vivan sus vidas sin odio, sin enfados, sin herir a otras personas, principalmente a las personas que viven cerca de cada uno. Son las personas que nos aman como somos y con las que somos verdaderos, sin máscaras, mostrándonos con nuestras dificultades. Y con frecuencia, somos perdonados por ellos. . . Si estamos aquí con ellos, tiene una razón MAYOR de ser. . . Entonces, ¡aprovechémosla y crezcamos!