En un pueblo situado en las faldas de
En un pueblo situado en las faldas de una sierra, vivía un matrimonio con su hijo de 13 años. El muchacho además de espabilado era un excelente estudiantes y por esa razón, el maestro aconsejó a sus padres, que debería seguir los estudios en la capital, porque cometerían un gran error dejar aparcado semejante cerebro. Don Álvaro el maestro les comentó que solicitaría una de las becas especiales que se conceden a estudiantes de elite, que abarca desde que se inicia el bachillerato y finaliza al entregar la tesis doctoral.
El chico hasta finalizar la carrera viviría en una residencia universitaria. Para ello tendría que sacar una media en cada curso de 8, 90 puntos. Así se hizo y Diego marchó a la capital. El bachillerato lo terminó con notas de 10, y la carrera de Filosofía con matrícula de honor. Un mes antes de presentar Diego la tesis doctoral, se reunió el claustro de profesores y acordaron concederle la plaza de profesor adjunto de Filosofía para el siguiente año. Y dentro de dos años poder aspirar a la Cátedra. al jubilarse el titular, Diego los veranos los pasaba en su pueblo ayudando a sus padres en las tareas del campo.
En el verano de 1983 tres matrimonios amigos, fuimos a pasar las vacaciones a la comunidad de Castilla y León, y cuando regresamos a nuestra ciudad pernoctamos en el pueblo de Diego. A mi esposa y a mí nos gustó tanto el entorno y el clima, que veinte años seguidos estuvimos yendo a pasar las vacaciones de verano. Todas las tardes en las horas de siesta, me iba con otro amigo a echar la partida de carta donde nos jugábamos el café. Cierto día un hombre que iba vestido con un mono azul y sombrero de paja, se puso a jugar con nosotros.
Como no lo conocía, me llamó mucho la atención la facilidad y soltura que tenía manejando las palabras. Yo me preguntaba ¿ Quién será este hombre? que bien se expresa. Unos días antes de finalizar mis vacaciones, vi entrar en un bar al hombre del mono azul. Rápidamente me fui tras el, para ver si conseguía saber quién era, Al entrar en dicho bar, lo vi que estaba charlando con el otros hombres entre ellos se encontraban el Cura y Don Regino el médico. Me senté en la mesa de al lado y pedí un café, en ese instante el médico, le formuló una serie de preguntas mal intencionadas… que Diego con estilo y elegancia las fue sorteando, y a veces contestaba no.
Finalmente Don Regino con tono irónico y en plan chulesco le preguntó: ¿Entonces quién coño eres, y donde trabajas? El hombre con una sonrisa burlona le respondió: Soy Diego, hijo de la Manuela y del tío Casimiro, voy vestido de esta forma, porque toda la mañana la he pasado arrancando patatas, y ahora vengo de ordeñar a las vacas. La cara que puso el médico, era un poema. Diego siguió diciendo… usted. bien sabe, los malos ratos que se dieron mis padres, para que no me faltara nada durante los años de estudios. Como llevo dos años sin poder venir al pueblo, ahora
Referente a la última pregunta le diré, Cuando vaya a la ciudad a visitar a sus hijos y nietos, si por casualidad entra en la Universidad, pregunte por el titular de la cátedra de Filosofía, qué con sumo placer le recibiré. P. D. Los nombres de los personajes y ciudades, los he tenido que silenciar, para que sigan ellos en el anonimato. Fuentes: Texto. - Jearsil Fotografías. - Internet Música. - M. Oldfield Diseño. - Jearsilsi
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