El Origen de la Vida Las primeras teoras

El Origen de la Vida Las primeras teorías

Índice • • El creacionismo. La generación espontánea. La panspermia. La evolución química. Génesis mineral. Las fuentes hidrotermales. El mundo ARN. Hominización.

El creacionismo. El mito de la creación es la base de las religiones en todos los periodos de la historia. Desde la Biblia hasta el Corán, la creación de los seres vivos viene dada de la mano de un ser supremo o dios. Hoy día, se comprende que la Biblia y resto de libros sagrados no deben tomarse como fuente para resolver cuestiones científicas, ya que trata sobre cuestiones morales y religiosas, aunque algunas personas prefieren las palabras textuales del Génesis a las nuevas teorías científicas de la creación.

La generación espontánea. En la antigua Grecia, se creía que la vida aparecía de forma espontánea, de la nada, en determinadas condiciones Aristóteles sintetizó las ideas de la generación espontánea. Creía que ciertos seres vivos podrían ser engendrados no sólo a partir de sus progenitores, si no también por vegetales, materia orgánica en descomposición o incluso materia inanimada como el fango. Prevaleció durante más de 2000 años, hasta que Francesco Redi en el siglo XVII demostró experimentalmente que las larvas blancas de la mosca de la carne no se generaban espontáneamente en la carne en putrefacción. Lazzaro Spallanzani, también en el siglo XVII, demostró que calentando y sellando caldo de carne, no se generaban microorganismos mientras los recipientes estuvieran herméticamente cerrados.

Panspermia. Ya Anaxágoras, en el siglo V a. C. pensaba que la vida era universal, fue el primero en proponer un origen cósmico para la vida, pero no fue hasta el siglo XIX cuando el biólogo alemán Hermann Richter empezó a desarrollar la idea de que la Tierra fue fecundada por microorganismos procedentes del espacio, a los que se denominó “cosmozoarios” (animales del cosmos). Estas ideas suscitaron un gran interés por los científicos de la época y se realizaron numerosos análisis de meteoritos que demostraron presencia orgánica como ácidos nucleicos, aminoácidos, ácidos grasos e hidrocarburos. En 1906 Svante Arrhenius retomó la idea de Ritcher, elaborando la teoría panspermia.

La evolución química. La hipótesis más aceptada entre los científicos supone que la materia viva sería el resultado de una evolución química, que habría precedido a la evolución biológica. Las ideas fueron desarrolladas en los años 20” por dos investigadores: Aleksandr Opanin y John Haldanne.

Génesis mineral. Muchos científicos pensaron que las moléculas complejas orgánicas no de formaron como proponía Oparin. Se necesitaba un gran número de moléculas de agua, haciendo que los polímeros biológicos se acumularan en torno a un caldo primitivo distribuido sobre superficies de arcilla, concentrando en la superficie a las moléculas sencillas y facilitando su polimerización.

Las fuentes hidrotermales Sugiere que al vida se originó en el fondo de los océanos, cerca de las dorsales oceánicas. En estos lugares existen diversos gases precursores disueltos y de origen volcánico y temperaturas altas. La presencia de pirita habría proporcionado el andamiaje adecuado para la formación de los polímeros orgánicos.

El mundo ARN Suponiendo la existencia del caldo primitivo, el siguiente paso evolutivo sería la síntesis de los primeros polímeros de relevancia biológica. Se cree que el ARN fue la primera biomolécula con capacidad de archivo y catalítica en aparecer, formándose en los mares primitivos ricos en aminoácidos y proteínas. La posterior evolución funcional determinaría la evolución del ARN en ADN, como continente de la información biológica, ya que es una molécula más estable y las funciones catalíticas serían asumidas por las enzimas.

Hominización Se considera que el ser humano viene de la rama de los primates, compartiendo genética común con el resto de primates existentes, ya que procederíamos de un mismo primate primitivo. El proceso evolutivo que sufrieron los homínidos se le llama proceso de hominización. Se adoptó una postura bípeda o erecta, las extremidades inferiores se hicieron más largas, la pelvis se ensanchó y acortó, el fémur se dirigió hacia dentro y la rodilla se modificó. Las manos adquirieron mayor articulación, por lo que se desarrollaron nuevas pinzas para coger objetos. Además, se introdujo la carne en la dieta, cambiando la dentición. El cerebro fue desarrollándose de tal forma que se desarrollaron áreas funcionales diferenciadas, responsables de tareas específicas y la lateralización de éste. El lóbulo frontal sufrió un gran desarrollo además de las áreas frontales y temporales.