EL ORIGEN DE LA NAVIDAD NAVIDAD 337 d

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EL ORIGEN DE… LA NAVIDAD

EL ORIGEN DE… LA NAVIDAD

NAVIDAD (337 d. C. , ROMA) Como festividad religiosa y como fiesta en general,

NAVIDAD (337 d. C. , ROMA) Como festividad religiosa y como fiesta en general, la Navidad es una amalgama de tradiciones procedentes de media docena de culturas y acumuladas a lo largo de los siglos. La cena de Nochebuena, el árbol adornado, las tarjetas de felicitación. Papá Noel y Santa Claus, el tronco lleno de regalos, el muérdago, las campanas y ios villancicos se originaron en el seno de diferentes pueblos y pasaron a integrarse en el 25 de diciembre, fecha nada segura del nacimiento de Cristo. La idea de celebrar la Navidad el 25 de diciembre fue sugerida por primera vez a principios del siglo IV, ya que con una visión muy sagaz los Padres de la Iglesia deseaban eclipsar las festividades que en esta fecha ofrecía una religión rival que amenazaba la existencia del cristianismo.

Es importante señalar que en los dos siglos que siguieron al nacimiento de Cristo,

Es importante señalar que en los dos siglos que siguieron al nacimiento de Cristo, nadie sabia con exactitud dónde se había producido, y a pocos les importaba. Los cumpleaños no tenían ninguna importancia, lo que contaba eran los días de las defunciones. Como ya se ha dicho, la Iglesia incluso declaraba pecaminoso celebrar el nacimiento de Cristo “como si fuera un faraón”. Sin embargo, teólogos hubo que trataron de fijar la fecha de la Natividad del Señor, con el resultado de una confusión considerable de fachas: 1 y 6 de enero, 25 de marzo y 20 de mayo. Con el tiempo, esta última tuvo muchos partidarios, puesto que el Evangelio de San Lucas explica que los pastores a los que fue anunciado el nacimiento del Mesías estaban vigilando sus rebaños en plena noche.

Los pastores custodiaban sus rebaños día y noche sólo en la época en que

Los pastores custodiaban sus rebaños día y noche sólo en la época en que nacían los corderillos; en invierno, los animales permanecían en sus corrales, sin vigilancia. Lo que finalmente zanjó la cuestión y movió a la Iglesia a legitimar la fecha del 25 de diciembre, fue la creciente popularidad del mitraísmo, religión rival del cristianismo. El 25 de diciembre, los romanos paganos, todavía mayoritarios, celebraban el “Natalis Solis Invicti”, o “Nacimiento del invicto dios Sol”, Mitras. Este culto, originado en Persia, arraigó en el mundo romano en el siglo 1 a. C. En el año 274 a. C. , el mitraísmo era tan popular entre las masas que el emperador Aureliano lo proclamó religión oficial del Estado. A principios del siglo IV, este culto amenazaba seriamente al cristianismo, y durante algún tiempo no resultó evidente qué fe saldría victoriosa. Los Padres de la Iglesia discutieron sus opciones.

Era bien sabido que los romanos, tanto patricios como plebeyos, eran amantes de los

Era bien sabido que los romanos, tanto patricios como plebeyos, eran amantes de los festejos prolongados, tradición que se remontaba al año 753 a. C. , cuando el rey Pómulo fundó la ciudad de Roma en la colina Palatina. No sólo la observancia del “Natalis Solis Invicti” era ocasión de festejos y desfiles en diciembre, sino que también ocurría lo mismo con las saturnales, en honor de Saturno, dios de la agricultura. La Iglesia necesitaba una celebración en el mes de diciembre. Así, para ofrecer a los conversos una ocasión digna de conmemorarse, la Iglesia reconoció oficialmente la del nacimiento de Cristo, y para competir directamente con la fiesta de los adores del sol, fijó la fecha de la Natividad e! 25 de diciembre. La modalidad de esta fiesta sería principalmente la plegaria, y sobre todo una misa. Como escribió un teólogo hacia 320: “consideramos santo este día, pero no como los paganos a causa del nacimiento del sol, sino a causa del que lo creó”. Aunque siglos más tarde los sociólogos hablarían de la fuerza psicológica de las celebraciones en grupo, hacía ya mucho tiempo que el principio resultaba intuitivamente obvio. La celebración de Navidad arraigó permanentemente en el mundo occidental en el año 337, cuando el emperador Constantino fue bautizado y por primera vez se unieron el cetro y la Iglesia. El cristianismo se convirtió en la religión oficial del Estado, y en el año 354 el obispo Liberio de Roma reiteró la importancia de conmemorar, no sólo la muerte de Cristo, sino también su nacimiento.

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

ÁRBOL DE NAVIDAD (siglo VIII, Alemania) Se cree que la costumbre del árbol de

ÁRBOL DE NAVIDAD (siglo VIII, Alemania) Se cree que la costumbre del árbol de Navidad, sin adornos, comenzó en Alemania, en la primera mitad del siglo VIII. El relato más antiguo al respecto se refiere a san Bonifacio (nacido Winfrid, en el año 680), un monje misionero británico que en una ocasión pronunció un sermón el día de Navidad ante una tribu de germanos, de religión druídica, en las afueras de la ciudad de Geismar. Para convencer a los idólatras de que el roble no era sagrado ni inviolable, el “Apóstol de Alemania” derribó uno ante el público. Al caer, aplastó todas las matas y arbustos, excepto un pequeño abeto. Un hecho casual puede prestarse a numerosas interpretaciones, y la leyenda pretende que Bonifacio, en su deseo de ganar conversos, interpretó la supervivencia del abeto como un milagro, llegando a la siguiente conclusión: “Llamémosle árbol de Jesús Niño. ” A partir de entonces, se celebraron en Alemania Navidades plantando abetos. Lo que sí sabemos con certeza es que, en el siglo XVI, en Alemania se decoraban abetos dentro y fuera de las casas para conmemorar la Navidad. Un edicto forestal fechado en Ammerschweier, Alsacia, en el año 1561, ordena; “Ningún habitante tendrá en Navidad más de un árbol de más de ocho pies de altura. ” Los adornos que se colgaban entonces de estos árboles eran rosas recortadas en papel de diferentes colores, manzanas, galletas, pan de oro y azucara.

Hay una creencia muy extendida según la cual Martín Lutero, el artífice de la

Hay una creencia muy extendida según la cual Martín Lutero, el artífice de la Reforma protestante del siglo XVI, fue el primero en colocar velas encendidas en un árbol. Una tarde invernal, mientras regresaba a pie a su casa, componiendo mentalmente un sermón, se sintió impresionado por el brillo de las estrellas que parpadeaban entre los abetos. Para reconstruir la escena ante su familia, colocó un árbol en la sala principal de su casa y adornó sus ramas con vetas encendidas. En el siglo XVIII, el Christbaum, o “árbol de Cristo”, era ya una tradición firmemente establecida. Desde Alemania, la costumbre se propagó a otras partes de Europa occidental, pero en Inglaterra no se popularizo hasta el siglo XIX, gracias a! príncipe Alberto, esposo alemán de la reina Victoria. Hijo del duque de Sajonia-Coburgo-Gotha (un ducado de Alemania central), Alberto estaba acostumbrado a adornar árboles de Navidad desde su infancia, y cuando se casó con Victoria en 1840, le pidió que adoptara esta tradición alemana. En Norteamérica, es indiscutible que los alemanes de Pennsylvania iniciaron esta costumbre. La primera mención en el Nuevo Mundo del árbol de Navidad y sus nuevos adornos se halla en el diario de Matthew Zaham, de Lancaster, Pennsylvania, con fecha del 20 de diciembre de 1821.

E L M U É R D A G O

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MUÉRDAGO (siglo II a. C. , Islas británicas) La costumbre de abrazarse y besarse

MUÉRDAGO (siglo II a. C. , Islas británicas) La costumbre de abrazarse y besarse bajo unas ramitas de muérdago se originó en la antigua Britania alrededor del siglo II a. C. , entre los druidas, que eran la clase culta entre los celtas. Doscientos años antes del nacimiento de Cristo, los druidas celebraban el comienzo del invierno recogiendo muérdago y quemándolo como sacrificio a sus dioses. También se colgaban ramitas de esa planta de color verde amarillento y de bayas blancas y céreas en las casas, a fin de asegurar la dicha y armonía familiar durante el año. Los invitados a entrar en una casa se abrazaban bajo estas ramitas de buenos auspicios. Otras colocadas en el exterior de la casa daban la bienvenida a los viajeros, y si por casualidad se encontraban unos enemigos debajo de un árbol en el que hubiera muérdago (planta parásita tanto en los árboles de hoja perenne como en los de hoja caduca), se les exigía dejar en el suelo sus armas y olvidar sus diferencias durante un día.

Los druidas consideraban esta planta parásita un “curalotodo” y la recetaban para la infertilidad

Los druidas consideraban esta planta parásita un “curalotodo” y la recetaban para la infertilidad femenina y como antídoto para los venenos. La recogida del muérdago constituía una gran ceremonia, y sólo se cortaban las ramitas que crecían en los robles sagrados. Esta operación la efectuaba el sacerdote de más alto rango con un cuchillo de oro, ceremonial que siglos después dramatizaría Bellini en su ópera Norma. El muérdago era una planta de esperanza, paz y armonía no sólo para los celtas, sino también para los escandinavos, que la llamaban “mistilteinn”. Su nombre procede de mista, “estiércol”, puesto que las semillas de la planta se propagan a través de los excrementos de los pájaros. Para los escandinavos, el muérdago estaba consagrado a Frigga, diosa del amor, y se cree que la costumbre de besarse debajo de ella tiene sus raíces en esta romántica asociación.

En la Antigüedad, el muérdago era también una planta decorativa. Durante las fiestas romanas

En la Antigüedad, el muérdago era también una planta decorativa. Durante las fiestas romanas del “Natalis Solis Invicti” y en las saturnales, patricios y plebeyos hacían ramos con ella y colgaban guirnaldas en la casa. Con la fijación oficial de la Navidad el 25 de diciembre, la Iglesia prohibió el uso del muérdago en cualquier forma, a causa de sus asociaciones idólatras, y como sustituto sugirió el acebo. Las hojas puntiagudas de éste hablan de simbolizar las espinas en la corona de Cristo y las bayas rojas, gotas de su sangre. Con ello, el acebo se convirtió en otra tradición navideña. La prohibición del muérdago persistió durante la Edad Media y, aunque parezca mentira, en el presente siglo aún había en Inglaterra iglesias en las que se proscribía lucir ramitas de muérdago durante los servicios.

GRACIAS Y QUE TENGAS UN BUEN DÍA VICTOR NOVELLÓN

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