EL MUNDO Y LA COMUNIDAD CRISTIANA QU ES

EL MUNDO Y LA COMUNIDAD CRISTIANA

¿QUÉ ES EL MUNDO? La Biblia habla del mundo en tres sentidos: Como creación de Dios Como humanidad Como sistema opuesto a Dios, que tiene su manera propia de pensar, su propia escala de valores y formas de relacionarse, que no van de acuerdo con el plan de Dios. Sólo en este tercer sentido el mundo es malo.

DONDE ESTA EL “MUNDO”? Está dondequiera que no se reconoce a Jesús como Señor.

¿QUÉ ES EL “MUNDO”? Dice en la biblia “No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo…. …Nosotros sabemos que pertenecemos a Dios, pero el mundo está bajo el poder del diablo” (1 Jn 2: 15, 5: 19). ¿Qué entiende San Juan cuando usa la palabra “Mundo”? , no se refiere al universo material que es creación de Dios y por lo tanto es bueno, (Gen. 1: 31, 1 Tim. 4: 4 -5).

El mundo material quedó sujeto a esclavitud y decadencia a consecuencia del pecado del hombre. (Rom. 8: 20 -21), pero en sí mismo no es malo. Entonces, los pasajes bíblicos de la primera carta de San Juan que acabamos de mencionar no condenan el universo material.

Entonces San Juan ¿Quiere decir todos los hombres Cuando menciona “el mundo? ”. En algunas ocasiones Juan usa la palabra en este sentido, por ejemplo: Cuando escribe en el Evangelio “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su hijo Único”. (Jn. 3: 16). Este pasaje nos lleva al mundo como Dios lo ama. En la primera carta de San Juan 1 Jn 2: 15, 5: 19 la palabra mundo tiene un significado diferente por que en esta carta nos dice que no amemos al mundo, ¿Entonces que significa en este caso la palabra mundo?

Mundo como lo entiende la Biblia en la primera carta de Juan y en otros pasajes, es un sistema de relaciones, ideas, y valores que se oponen al reino de Dios. El mundo es enemigo de los cristianos. Es la sociedad y la cultura separados de Dios y aprisionados en criterios controlados por el reino de las tinieblas.

El mundo es algo que ejerce una tremenda influencia, tanto sobre los cristianos, como sobre los no cristianos. Afortunadamente con la luz de la Palabra de Dios, el cristiano puede darse cuenta lo que es el “mundo” y que clase de relaciones, ideas y criterios produce.

Las relaciones entre las personas en el mundo son contrarias a las relaciones en el reino de Dios. Las relaciones mundanas con frecuencia están deformadas por la competencia, la desconfianza, resentimientos y manipulación. Las relaciones entre hombres y mujeres están basadas en apegos emocionales, superficiales y pasajeros, envenenados por sospechas, temores y explosión.

En cuanto a la manera mundana de pensar está también distorsionada. Las teorías filosóficas y artísticas, como el existencialismo y la psicología humanista, ven al hombre como un ser totalmente independiente, centrado en sí mismo, sin más meta que la propia realización y el ejercicio de la propia libertad.

Otras teorías como el conductismo tienden a ver al hombre como una máquina que debe ser programada y rediseñada para una mayor eficiencia.

Muchos pensadores contemporáneos minimizan la verdad objetiva como algo fuera de época y tonto. Ellos ven la verdad como algo subjetivo y relativo, la verdad cambia de acuerdo con el cambio de la gente y las circunstancias. Estas ideas que se han extendido en nuestra cultura occidental son hostiles y están en contra de la manera cristiana de entender la realidad.

Los valores del mundo basados en presupuestos no cristianos están también tergiversados. Realmente muchos valores comúnmente aceptados en el mundo están en abierta oposición con la verdad y la ética cristiana. El materialismo exalta el dinero y el afán de posesiones. El hedonismo exalta el placer.

La sed de poder y prestigio exalta el dominio y opresión. Estos valores mundanos son abiertamente anticristianos. Y más difícil de discernir son las distintas influencias que corrompen las formas de independencia y competición.

Estas influencias se mezclan sutilmente en las normas y valores que rigen el mundo contemporáneo. A los cristianos les es difícil discernir esta sutil corrupción por que la independencia y la competición no siempre son malos en sí mismos.

Los cristianos pueden juzgar la diferencia viendo los resultados. La forma mundana de independencia conduce a la rebelión y la falta de amor. La forma mundana de competencia conduce al egoísmo, ambición, envidia, celos y rencores. Ya sea abierta u ocultamente, los valores que rigen al mundo se oponen a los valores del Reino de Dios.

El mundo y el Reino de Dios existen juntos en un mismo ambiente físico. Para detectar la influencia del mundo en la vida del cristiano debemos de ser capaces de discernir la presencia de ideas, valores y relaciones mundanas.

De modo similar los valores mundanos se mezclan con metas dignas y valiosas en la universidad actual. Al mismo tiempo que las universidades se dedican a la propagación del conocimiento humano y a la solución de los problemas de la humanidad, sus esfuerzos ordinariamente se basan en el falso presupuesto de que el hombre puede manejar a voluntad su destino y su futuro como mejor le parezca.

� Un cristiano no puede aceptar estas creencias del mundo. � Para ver la universidad en su debida perspectiva, los criterios deben tener en cuenta que las metas y valores de la institución en último término son antagónicas hacia la verdad cristiana.

LA IMPORTACIA DEL MUNDO PARA LOS CRISTIANOS En nuestros días nadie puede decir que ha crecido sin ser influenciado por el mundo. Cuando una persona se convierte a Cristo y recibe el bautizo en el Espíritu Santo, pronto se da cuenta que él ha tomado muchas ideas, valores y formas de relacionarse que vienen de fuerzas no cristianas y que estorban a su crecimiento en la vida cristiana.

Ser bautizado en el Espíritu Santo no cambia automáticamente estas actitudes y hábitos, esto se ha arraigado profundamente en la persona a través de años de vivir en familias, escuelas, trabajos y otras instituciones que sirven a otros señores y no al Señor Jesús. El ambiente moldea a las personas. Un ambiente mundano moldea a la gente en formas mundanas de pensar o actuar.

El ambiente divino moldea a la gente a la imagen de Jesús. Sólo un ambiente realmente cristiano puede trasformar las relaciones, ideas y valores mundanos y valorar aquello a que debe adherirse el nuevo cristiano.

LA SOLUCIÓN ES LA COMUNIDAD CRISTIANA ¿QUE ES LA COMUNIDAD CRISTIANA?

La Comunidad Cristiana es la respuesta de Dios al mundo que con su poder modela la vida de los hombres. Dios quiere formar un ambiente que pueda sanar y reformar la vida de los cristianos y anule la influencia del mundo. La Comunidad Cristiana es un grupo de gente que proclama abiertamente el Reinado de Jesús y declara su amor a Dios compartiendo sus vidas con otros cristianos.

� La comunidad de hombres y mujeres totalmente entregados a Cristo y los unos a los otros, libera el poder de Dios para cambiar sus vidas, para manifestar su amor y para resistir y corregir la influencia del mundo.

En una Comunidad Cristiana la gente se reúne por una razón: para vivir abiertamente una vida cristiana que se rige por relaciones, valores e ideas que rigen el Reinado de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, El Dios Trino y Uno está en el centro de la vida común del grupo. La presencia de Dios es algo visible. Una persona no cristiana se dará cuenta de que ha encontrado algo contrario a las normas y el patrón de vida que rige en el mundo.

Una Comunidad Cristiana no es una serie de actividades cristianas. Los grupos de oración. Los estudios de Biblia, los servicios de Evangelización y los eventos sociales son cosas importantes, pero el centro de la comunidad cristiana, es un firme compromiso de amor entre cada uno de los miembros que la forman. Las relaciones personales van más allá de ciertas actividades formales ya que se extienden a la vida diaria.

Los miembros de la comunidad saben que cuentan con los demás, cuentan con su apoyo para la vida diaria a través de frecuentes contactos informales y en el compartir unos con otros los recursos materiales. El amor dentro de una Comunidad Cristiana no puede reducirse a unas pocas reuniones organizadas y programadas de antemano, sino que rebasa y envuelve toda la vida de la persona.

La Comunidad Cristiana es la familia de Dios. Son los hijos y las hijas de Dios. La Comunidad Cristiana se reúne con frecuencia para orar y fraternizar, así como una familia humana, se reúne para comer o para algún esparcimiento en común. Sin embargo estas actividades formales y programadas, no son suficientes en sí mismas para hacer que un grupo de cristianos pase a ser una Comunidad.

Así como el hecho de comer juntos a diario no hace que los hermanos y parientes formen una verdadera familia. La clave de la Comunidad y de la vida familiar es un compromiso de amor, firme y sin reservas que va más allá del mero compromiso de participar en actividades formales. La Comunidad Cristiana crece, si crece el compromiso de amor.

� Entonces la Comunidad Cristiana está presente donde quiera que hay un grupo de personas que comparten sus vidas y se comprometen a vivir abiertamente en una relación cristiana. La Comunidad Cristiana no se refiere solamente a personas que vivan juntas y comparten un mismo estilo de vida. Una parroquia, una congregación o un grupo de oración u otra agrupación, puede ser un ambiente cristiano si el vínculo del amor está presente, centrado todo en Cristo.

MEDIOS DE CRECIMIENTO EN LA COMUNIDAD CRISTIANA Uno de los propósitos de la Comunidad Cristiana es liberar a los cristianos de las falsas ideas, valores y relaciones del mundo y reemplazarlos con la vida del Reino de Dios. ¿Cómo podrá la Comunidad Cristiana cumplir con este propósito?

POR LA ENSEÑANZA � La primera forma como la Comunidad Cristiana alimenta el crecimiento es por medio de la enseñanza. Una Comunidad Cristiana debe ofrecer cursos de instrucción básica de cómo vivir la vida cristiana. En estos cursos se debe dialogar y aclarar lo referente a las relaciones, ideas y valores, y ayudar a la gente a dejar atrás los caminos y criterios del mundo.

Una Comunidad Cristiana también ofrece un ambiente donde la gente observa, aprende y practica las nuevas formas de pensar y de relacionarse. Las experiencias obtenidas en las comunidades actuales ilustran la enseñanza que se da en estos cursos de instrucción básica.

Por ejemplo: un maestro que dá un tema sobre el amor cristiano, probablemente ha recalcado la importancia de un compromiso de amor personal y la importancia de servir a otros como expresión del amor cristiano.

Sin embargo estos conceptos permanecen solamente como teorías y abstracciones hasta que la persona que recibe la enseñanza observa a la gente amándose y sirviéndose unos a otros y tiene la oportunidad de practicarlo el mismo. En una Comunidad Cristiana saludable, la enseñanza refuerza la vida de comunidad y la vida de aprendizaje combina tanto la instrucción formal como la experiencia.

RELACIONES PERSONALES DE FRATERNIDAD � Los miembros de una Comunidad Cristiana crecen y se liberan de los viejos hábitos y actividades heredados del mundo por la participación en relaciones fraternales, saludables y estables. Recibir el amor de Dios a través de otros cristianos es uno de los medios más efectivos de sanación y de cambio en la vida cristiana. Las heridas recibidas de las relaciones en el mundo frecuentemente producen resentimientos, desconfianza e independencia.

GUÍA FRATERNA La Comunidad Cristiana también ayuda a cambiar los criterios mundanos por medio de la ayuda de acompañantes, hermanos y hermanas maduros en el Señor. Cuando una persona se convierte a Cristo y está en una Comunidad Cristiana, es como un hombre que se ha cambiado de un país a otro. La tierra, el clima, las leyes, las costumbres y el lenguaje son diferentes a los del país anterior. Para entender el nuevo estilo de vida, el hombre puede leer libros, revistas y ver televisión. Sin embargo la mayor ayuda es un grupo de amigos que hayan vivido en el nuevo país por varios años y que conozcan tanto el antiguo, como el nuevo país.

Tales amigos pueden contestar a preguntas específicas y dar consejos prácticos especialmente aplicables a la vida del emigrante recién llegado. Este es uno de los servicios que dan los acompañantes y los hermanos y hermanas Comunidad Cristiana. La experiencia y la madurez les han dado sabiduría para discernir el tipo de relaciones, ideas y valores apropiados para la Comunidad Cristiana, por eso ellos son capaces de ayudar a los más nuevos. Los recién llegados pueden así superar los patrones de vida del Reino de Dios.

LA COMUNIDAD CRISTIANA: LUZ DEL MUNDO La Comunidad Cristiana libera a los hombres de las ataduras del mundo, pero tiene además otro propósito aún más fuerte para el plan divino de salvación. La Comunidad Cristiana es una fuente de vida para el mundo. Se levanta en abierto contraste en medio del mundo, como un cirio encendido en medio de un cuarto obscuro.

Dios envía a la Comunidad Cristiana al mundo, del mismo modo que envió a Jesús (Jn. 17: 18) para que la luz de Dios ilumine las tinieblas. “Ustedes son la luz del mundo. Son una ciudad sobre una montaña que no puede ocultarse”. (Mat. 5: 14)

� Aunque parezca algo contradictorio, la Comunidad Cristiana libera al hombre de las ataduras del mundo y al mismo tiempo lo anima a servir al mundo, al cual Dios ama y desea salvar. � Así es como el pueblo de Dios puede estar en el mundo sin pertenecer al mundo. Ama al mundo pero se opone a sus normas o patrones de vida. Permanece como un signo de la misericordia y del juicio de Dios.

Tomado y Adaptado del texto: El Mundo y la Comunidad Cristiana Comunidad Nueva Alianza José Alfredo Jiménez #450, Col. Jardines del Estadio San Luis Potosí, México.