EL MEJOR SERMON Quieres hacer el mejor sermn

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EL MEJOR SERMON

EL MEJOR SERMON

¿Quieres hacer el mejor sermón? • El mejor sermón no es el que das

¿Quieres hacer el mejor sermón? • El mejor sermón no es el que das sobre un púlpito, sino cuando bajas de él, cuando te acercas a la gente, cuando te ganas su confianza y logras que vean en ti la gloria de Dios.

Los Mejores Sermones • Los mejores sermones provienen de hombres que no sólo conocen

Los Mejores Sermones • Los mejores sermones provienen de hombres que no sólo conocen la Biblia, sino que la viven a cada instante. • Nunca hables de lo que sabes. Muchos hablan sólo de lo que saben. Mejor habla de lo que tienes. Si no tienes nada, mejor no hables.

Los Mejores Sermones • Mientras más conozcas tu Biblia, más fácil te será preparar

Los Mejores Sermones • Mientras más conozcas tu Biblia, más fácil te será preparar un tema. Será fácil relacionar muchos textos y correlacionarlos de un modo coherente y lógico. • Mientras más ores, podrás hablar la verdad con más convicción y claridad, porque la oración te permite ser finalmente usado por Dios.

Los Mejores Sermones • El mejor sermón lo das cuando finalmente dejas que Dios

Los Mejores Sermones • El mejor sermón lo das cuando finalmente dejas que Dios te hable a ti. • Predícale a la gente lo que Cristo te predicó a ti en tus horas de comunión. Muéstrale a otros lo que Cristo te entregó, lo que él te mostró mientras leías las Escrituras, y mientras conversabas con él.

Los Mejores Sermones • Cuando tomes el compromiso de predicar, debes orar por tres

Los Mejores Sermones • Cuando tomes el compromiso de predicar, debes orar por tres cosas: • 1) Para que Dios te converse, y te llene del mensaje que debas impartir (iluminación). • 2) Para que Dios prepare los corazones de la gente que te vaya a escuchar. • 3) Para que las personas que sientan el llamado de Dios en sus corazones sean inmediatamente atendidas

Después de tu Sermón • Cuando terminas tu sermón, la obra de Dios continúa.

Después de tu Sermón • Cuando terminas tu sermón, la obra de Dios continúa. • Nunca olvides agradecer a Dios por usarte como instrumento. • Nunca olvides pedir que la semilla que se plantó pueda germinar en los corazones en que cayó.