Domingo 3 de Pascua Ciclo A Dos discpulos

Domingo 3º de Pascua– Ciclo A Dos discípulos de Jesús iban andando el primer día de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén.

Mientras conversaban y discutían, Jesús se acercó y caminaba con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. (Lc 24, 13 -17)

“Esta esperanza de la resurrección, esta gracia tan grande desapareció de los discípulos cuando murió Cristo. Se les vino abajo toda su esperanza”. Ellos habían tomado ya su decisión de alejarse de Jerusalén.

Bien sabía Jesús que “al verlo muerto, habían perdido la esperanza en Él”. Comenzó a “exponerles las escrituras para que reconociesen a Cristo precisamente allí donde le habían abandonado”.

« ¿No ardía nuestro corazón? » Entre sus manos, el pan adquiere el significado de la vida que Él nos ha dado con su palabra y que esperamos compartir con él para siempre.

« ¿No ardía nuestro corazón? » Los discípulos de Jesús recobran la fe, la esperanza y el amor cuando practican la hospitalidad con el peregrino. Todos los que acogen a los hermanos acogen al mismo Jesucristo.

« ¿No ardía nuestro corazón? » Los peregrinos tuvieron la elegancia y la humildad de prestarle atención mientras caminaban. Las Escrituras guardan un mensaje para todos los que buscan la verdad que puede orientarles en el camino.

En el camino de Emaús nos encontramos cuando huimos de la comunidad de los creyentes, y también cuando regresamos a ella con la experiencia del encuentro con el Señor.

La escucha de la palabra de Jesús, que nos habla mientras vamos de camino, puede liberarnos de la frialdad de nuestra increencia.

-Señor Jesús, sabemos que tú has resucitado de entre los muertos. Tú sabes que con mucha frecuencia andamos desalentados y desesperanzados. También nosotros queremos escuchar tu palabra, seguros de que te reconoceremos al partir el pan. Amén.

José Román Flecha Andrés Texto: SIEMPRE CON NOSOTROS - Ciclo A Edit. Samaritana 2019 Presentación: Antonia Castro Panero