DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Jess
DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: - Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo - y luego sígueme. Mc 10, 17 -21
“ La santa pobreza confunde la codicia y la avaricia y las preocupaciones de este siglo”. Estas expresiones de San Francisco de Asís no eran pura retórica en su elogio a las virtudes. Escribía lo que creía. Y vivía lo que escribía.
Y Santa Clara de Asís escribía a Inés de Praga, hija del rey de Bohemia: “ Habiendo podido convertirte en esposa del emperador (…), rechazándolo todo, has elegido con toda el alma y el afecto de tu corazón, la santísima pobreza, tomando un esposo de estirpe más noble: el Señor Jesucristo”.
Aquel espíritu no ha muerto. Miles de hombres y mujeres abandonan también hoy los bienes materiales para entregar sus cosas y hasta la misma vida a los más necesitados. Y eso, por amor a Jesucristo. Unos y otros tratan de seguir el ejemplo y el mensaje de Jesús de Nazaret. Bien sabía el Maestro que toda persona necesita de algunos bienes materiales para mantenerse en la vida.
Pero bien sabía también que el corazón humano se deja fácilmente esclavizar por esos bienes que necesita. El mayor error consiste en adorar como único Bien a los bienes que de él se derivan.
Un rico se acerca a Jesús y le pregunta qué ha de hacer para heredar la vida eterna. Al parecer es un hombre bueno. Conoce los mandamientos de Moisés y siempre los ha cumplido.
Podría ser el patrón de esos que se glorían de ser buenos sin necesidad de ser creyentes. Efectivamente, el mundo está lleno de buenas personas que aún no han descubierto a Jesucristo. Si la “buena persona” pretende recibir la orientación de Jesús ha de estar dispuesta a seguir su camino. Un camino que nadie se inventa por sí mismo.
La propuesta de Jesús escandaliza a sus mismos discípulos. Hasta el evangelio parece suavizarla. “VENDE LO QUE TIENES” Este es el inevitable punto de partida. Cada uno sabe qué es lo que le mantiene atado.
“DALE EL DINERO A LOS POBRES” He ahí el itinerario. No basta con desprenderse. También lo hacen los que quieren renovar su guardarropa. Hay que comprometerse con la suerte de los pobres, hacer su camino y terminar con la pobreza.
“Y SÍGUEME” Esta es la razón de todo el proceso. No se abandona todo por nada. Se deja algo por Alguien. Es cuestión de dejarse llevar por el amor del que nos ha amado primero.
Señor Jesús, tú eres el Maestro bueno que nos indica el camino de la libertad. Que habiéndote seguido en la vida terrena, alcancemos la vida eterna. Amén.
Autor: José Román Flecha Texto: PALABRA DEL SEÑOR Edit. Secretariado Trinitario. Salamanca 2007
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