Desde el primer momento Jess se rodea de

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Desde el primer momento, Jesús se rodea de amigos y colaboradores. La llegada del

Desde el primer momento, Jesús se rodea de amigos y colaboradores. La llegada del reino de Dios está pidiendo un cambio de dirección en todo el pueblo, y esto no puede ser tarea exclusiva de un predicador particular. Es necesario poner en marcha un movimiento de hombres y mujeres salidos del pueblo que, a una con él, ayuden a los demás a tomar conciencia de la cercanía salvadora de Dios. Lo que se respira junto a Jesús es inusitado, algo verdaderamente único. Su presencia lo llena todo. Él es el centro. Lo decisivo es su persona, su vida entera. Vive perdonando, liberando del mal, amando apasionadamente a las personas por encima de toda ley, y sugiriendo a todos que el Dios que está irrumpiendo en sus vidas es así: amor insondable y sólo amor. José Antonio Pagola. “Jesús: aproximación histórica”. Texto: Lucas 10, 1 -12. 17 -20 // Tiempo Ordinario 14 C. Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez Cabriada. Música: Bruch. Adagio.

Después de esto, el Señor designó a otros setenta [y dos] y los envió

Después de esto, el Señor designó a otros setenta [y dos] y los envió por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares que él pensaba visitar. Y les dio estas instrucciones: –La mies es abundante, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Lucas es el único evangelista que narra la misión de los setenta y dos. Intenta hacer ver la legitimidad y responsabilidad misionera de tod@s, no sólo de los Doce. El encargo de llevar la Buena Noticia a nuestro mundo, a la vida de cada día, atañe a tod@s l@s cristian@s. Pensar que es para un@s poc@s o para determinados grupos es empobrecer y falsear la recomendación de Jesús y favorecer y fomentar la irresponsabilidad y falta de compromiso de la mayoría. Pedir, rogar, es tomar conciencia de las necesidades de l@s demás y poner los medios para remediarlas. Las indicaciones de Jesús siguen siendo válidas hoy: austeridad, sencillez, acogida, solidaridad, coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, denuncia de las situaciones injustas. . .

¡En marcha! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis

¡En marcha! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforjas ni sandalias, ni saludéis a nadie por el camino. En la actitud de quien comunica el mensaje no puede faltar comprensión, apertura, bondad…, en coherencia con lo que se quiere comunicar, independientemente de cómo sea recibido el mensaje. También cabe la posibilidad de que el mensaje sea rechazado porque lo que se anuncia no es el Evangelio de Jesús nos invita a seguirle con el mismo equipaje que Él utilizó: su palabra, su vida llena de bondad, de compasión, de inmensa valentía y profunda libertad. No necesitó dinero para comprar y mantener influencias ni fuerza y poder para imponer ni imponerse.

Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa. Si hay allí

Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa. Si hay allí gente de paz, vuestra paz recaerá sobre ellos; si no, se volverá a vosotros. Quedaos en esa casa, y comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa. PAZ Desear y trabajar por la paz y la justicia, curar, compartir vida y mesa más allá de prejuicios y escrúpulos legales son modos concretos de hacer visible la cercanía del Reino que trae salvación, rompe fronteras y libera de todo lo que oprime, esclaviza y deshumaniza.

Si al entrar en un pueblo, os reciben bien, comed lo que os pongan.

Si al entrar en un pueblo, os reciben bien, comed lo que os pongan. Curad a los enfermos que haya en él, y decidles: Está llegando a vosotros el reino de Dios. Pero si entráis en un pueblo y no os reciben bien, salid a la plaza y decid: Hasta el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos y os lo dejamos. Quienes se consideren seguidoras y seguidores de Jesús han de mostrar, con su forma de vivir, lo que significa compartir. Jesús nos invita a ser liberador@s de todas las enfermedades de nuestro mundo. A ser personas sanadoras, bálsamo, medicina y consuelo, constructor@s de paz. Anunciar la llegada del Reino es confiar en que Dios llevará a cabo su obra contando con nuestra disponibilidad y colaboración para lograrlo.

Sabed de todas formas que está llegando el reino de Dios. Os digo que

Sabed de todas formas que está llegando el reino de Dios. Os digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo. Los setenta [y dos] volvieron llenos de alegría, diciendo: –Señor hasta los demonios se nos someten en tu nombre. Que ya está llegando el reino de Dios es la buena noticia que debemos anunciar. Jesús lo repite dos veces en este texto señalando que es el núcleo del mensaje. La misión produce la alegría propia del Reino. Más que por el triunfo personal, el motivo de auténtica alegría es ser instrumentos de Jesús y colaborar en su causa.

Jesús les dijo: -He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo. Os

Jesús les dijo: -He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo. Os he dado poder para pisotear serpientes y escorpiones, y para dominar toda potencia enemiga, y nada os podrá dañar. Sin embargo, no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en el cielo. La Palabra, hecha vida, es poderosa y eficaz ante los poderes que oprimen a los seres humanos. Tenemos la seguridad de que en Jesús, con nuestra disponibilidad y colaboración, Dios ha decidido acabar con todo mal. La fuente de nuestra alegría es la convicción de sabernos y sentirnos hij@s querid@s y protegid@s por el Padre. Todo lo demás. . . es secundario.

No tener nada. No llevar nada No poder nada. No pedir nada. Y, de

No tener nada. No llevar nada No poder nada. No pedir nada. Y, de pasada, no matar nada; no callar nada. Solamente el Evangelio como una faca afilada. Y el llanto y la risa en la mirada. Y la mano extendida y apretada. Y la vida, a caballo, dada. Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada, para testigos de la Revolución ya estallada. ¡Y “mais nada”! Pedro Casaldáliga Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres. Poema de Pedro Casaldáliga, El Tiempo y la Espera, 1986.