Desastre del 98 prdida de Cuba Puerto Rico

Desastre del 98 (pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas) La guerra no fue sino el detonante más llamativo de lo que era un hecho de la realidad española: el espíritu de regeneración y revisión de los valores nacionales por parte de un amplio sector de la vida intelectual, cultural y política de España. Azorín escribió en 1913 en el diario ABC: Se cree generalmente que toda esa copiosa bibliografía "regeneradora“, que todos esos trabajos formados bajo la obsesión del problema de España, han brotado a raíz del desastre colonial. . . nada más erróneo; la literatura regeneradora no es sino una prolongación, una continuación lógica, coherente, de la crítica política y social que desde mucho antes a las guerras coloniales venía ejerciéndose. La cuestión comenzó cuando los Tres, como afirma Azorín haberse llamado el grupo (Azorín, Baroja, Maeztu), decidieron exponer sus inquietudes por España en un "manifiesto" fechado en diciembre de 1901: crisis que venía de antiguo y que tomó carta de naturaleza en el terreno filosófico con Kant aunque desde el punto de vista estético fue programada con Poe.

Otra de las manifestaciones que hacen coincidir el texto noventayochista con las ideas modernistas, herencia a su vez de los ideales parnasianos, es el declarado antirromanticismo, lo cual no fue óbice para que heredasen una vena romántica esencial, perceptible en Rubén Darío, Unamuno, Machado, Azorín, Baroja. Lo que se hizo pronto evidente es que el 98 fue el desencadenante de una toma de conciencia y una actitud por un grupo de escritores que orientarían parte de una literatura de principios de siglo hacia una vertiente de patriotismo reflexivo y regenerador. Lo que también es cierto es que no sólo fue una actitud de literatos sino también de hombres de ciencia (Ramón y Cajal)

Autores de la generación del 98 Manuel Reina (1856 -1905). Andaluz de Córdoba. Conoció la poesía francesa y pudo recibir influencia del Parnaso. Publicó en 1878 Cromos y acuarelas que ya sugiere cierto colorismo andaluz. Después aparecieron La vida inquieta (1894), El jardín de los poetas (1899) donde canta a Góngora de una forma plenamente modernista. En 1906 se publica, póstumo, Robles de la sagrada selva (1906). Salvador Rueda (1857 -1933). Andaluz de Málaga y de origen humilde. Su facilidad expresiva y su escaso rigor no pudieron competir con el empuje de la nueva poesía que había traído Rubén Darío. Los logros más considerables son paralelos o posteriores a Rubén: Cantos de la vendimia (1891), En tropel (1892), La bacanal (1893), Camafeos (1897), Piedras preciosas (1900), Trompetas de órgano (1907). También escribió prosa de carácter costrumbrista, y una novela: La cópula. También se dedicó al teatro y al ensayo. Fue renovador de la métrica y el lenguaje en una medida todavía no determinada con exactitud.

Autores de la generación del 98 Miguel de Unamuno (1864 -1936). Nació en Bilbao y se trasladó a Madrid en 1880. Fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca y Rector de la misma. En 1924 fue desterrado por el dictador Primo de Rivera a Fuerteventura, de donde se trasladó a Francia hasta 1930. Unamuno abarcó todos los géneros literarios intentando encauzar su pensamiento en ellos. Paz en la guerra (1897), novela que retrata el asedio de Bilbao en la guerra carlista, Amor y pedagogía (1902), Niebla (1914), Abel Sánchez (1917). Entre los ensayos: Vida de don Quijote y Sancho (1905), Del sentimiento trágico de la vida (1912), La agonía del cristianismo (1925), En torno al casticismo (1895). Su poesía supone una variante decisiva. Escribe una Arte poética contra la de Verlaine y consigue expresar en su poesía preocupaciones y aspiraciones: Poesías (1907), Rosario de sonetos líricos (1911), El Cristo de Velázquez (1920), Teresa (1923), Romancero del destierro (1928), Cancionero (póstumo, 1953). Ángel Ganivet (1865 -1898). De origen granadino, estudió en Madrid y mantuvo amistad con Unamuno. Se suicidó en 1898 tirándose al rio Duina (Riga, Lettonia). Escribió ensayos (Idearium español, 1897) novelas (La Conquista del reino de Maya por el último conquistador español, Pío Cid, 1897 y Los trabajos del infatigable creador Pío Cid, 1898), y un drama en verso publicado en 1906 (El escultor de su alma). El tema de España fue su máxima preocupación y detectó uno de los síntomas más relevantes de la época: la abulia.

Autores de la generación del 98 Ramón María del Valle-Inclán (1866 -1936). Nació en Villanueva de Arosa, mantuvo durante años un carlismo estético y convencional, y en los últimos años derivó hacia un radicalismo de tipo izquierdista y crítico. Fue enemigo, como Unamuno, de la dictadura de Primo de Rivera. Participó tempranamente con escritos en prosa en la renovación modernista, admiró a Rubén Darío y se impregnó del simbolismo francés y de la prosa de D'Annunzio. Su obra se movió en torno al decandentismo esteticista, sobre todo en sus primeros escritos, luego abandonó el colorismo en pro de unos matices más tenebristas y de una visión del mundo eminentemente caricaturesca y satírica, principalmente a partir de los esperpentos. Su obra es amplia y cultivó casi todos los géneros literarios. Sus famosas sonatas se iniciaron con la Sonata de otoño (1902) y luego Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). Le siguieron las "Comedias bárbaras" (Águila de blasón, 1907, Romance de lobos, 1908, Cara de plata, 1922) y la trilogía de la guerra carlista (Los cruzados de la causa, 1908 -1909, El resplandor de la hoguera, 1909, y Gerifaltes de antaño, 1909). En 1916 publicó su ensayo estético-místico La lámpara maravillosa. A partir de 1913 manifiesta una tendencia hacia lo descarnado e hiriente, que culmina con los esperpentos, ya en 1921. En este tránsito hay que destacar Divinas palabras (1920) y las farsas. Los cuernos de don Friolera (1921) y Luces de Bohemia (1924) son esperpentos más logrados. En este último estilo esperpéntico escribió sus novelas Tirano Banderas y la serie de El ruedo ibérico.

Autores de la generación del 98 Jacinto Benavente (1866 -1945). Nació en Madrid y estudió Leyes. Empezó cultivando la poesía (Versos, 1893). Pero consiguió el mayor éxito en el teatro (El nido ajeno). Realismo costumbrista con toques expresivos modernistas. Pío Baroja y Nessi (1872 -1956). Nació en San Sebastián y estudió Medicina en Madrid. Ejerció durante poco tiempo la profesión de médico para dedicarse a la literatura. Baroja es esencialmente un novelista. Comenzó con un volumen de cuentos en 1900, titulado Vida sombrías. Las novelas más conocidas son Camino de perfección (1902), El mayorazgo de Labraz (1903), La busca (1904), Zalacaín el aventurero (1909), El árbol de la ciencia (1911), Las inquietudes de Shanti Andía (1911), César o nada (1912). No gustó de los artilugios esteticistas sino que buscó siempre la sobriedad y la sencillez, la autenticidad.

Autores de la generación del 98 José Martínez Ruiz, conocido como Azorín (1873 -1967), nació en Monóvar (Alicante). Realizó sus primeros estudios en Yecla y los universitarios en Madrid y Valencia, siguiendo la carrera de derecho. Sus novelas más importantes fueron La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904), que todavía van firmadas por José Martínez Ruiz. Su personaje es en el fondo autobiográfico. Son importantes también sus novelas evocadoras como Don Juan (1922) y Doña Inés (1925) y sus libros de recuerdos o semblanzas como Valencia (1941), Madrid (1941), Memorias inmemoriales (1946). Hay en él vacilaciones y contradicciones como las hay en Unamuno y Baroja. Su estilo quedará por la pureza y exactitud y por haber roto con la retórica habitual de la narrativa decimonónica.

Autores de la generación del 98 Ramiro de Maeztu (1874 -1936) nació en Vitoria, de padre español y madre inglesa. Estuvo unos años en Cuba trabajando en la empresa del padre y a su regreso trabajó como periodista en Bilbao. En 1936 muere fusilado en Madrid. Su obra es más de pensamiento que de inclinación literaria. Sus iniciales tendencias regeneracionistas se plasman en Hacia otra España (1899) pero posteriormente aparece en él un sentido autoritario con el libro Defensa de la hispanidad (1934), donde rechaza las conquistas de la Ilustración y el liberalismo y promueve la idea de un imperio católico español. Entre sus ensayos de carácter literario destacan Don Quijote, Don Juan y La Celestina (1926).

Autores de la generación del 98 Antonio Machado (1875 -1939) nació en Sevilla pero pronto marchó a Madrid. Es una figura que supo unir su vocación poética a una inquietud intelectual profunda y duradera. Estudió en la ILE y posteriormente estuvo trabajando en París en la casa Garnier como traductor. En 1907 obtuvo la cátedra de francés en Soria donde conoció a Leonor Izquierdo, con la que se casaría en 1909. Después de casarse volvió a París con su mujer donde siguió las clases de Bédier y Bergson. Pero su mujer enfermó en París y volvieron los dos a Soria, donde Leonor murió en 1912. Tras el luto, Machado se trasladó a Baeza, donde impartió clases hasta 1919. En ese mismo año se trasladó al Instituto de Segovia donde residiría hasta 1931, viajando regularmente a Madrid. En ese mismo año, tras la proclamación de la República se trasladó al Instituto Calderón de la Barca de Madrid. Fue solidario con la República y se trasladó a Valencia en 1936. En 1939 pasó a Francia, donde se instaló en el pueblo de Colliure; poco después cayó enfermo y murió el 22 de febrero del mismo año. Vinculado a la renovación modernista, Machado es esencialmente un poeta que concilió la belleza del verso con motivaciones profundamente interiores y con incentivos de la vida cotidiana. Supo aunar su compromiso con sus inquietudes má íntimas sin renunciar a ellas. Escribió teatro junto con su hermano y prosa intelectual y filosófica pero es en la poesía donde se manifiesta como un auténtico maestro con una estética personal e independiente. Soledades (1903), Soledades, galerías y otros poemas (1907). Campos de Castilla (1912) marca un momento de compromiso histórico y de revitalización interior de ciertos modos sentenciosos y populares. Juan de Mairena (1936) es un texto fundamental en prosa, pletórico de sentencias e ironías.

Autores de la generación del 98 Manuel Machado (1874 -1947) fue uno de los hermanos de Antonio. Su vocación literaria fue temprana y la influencia de su tierra natal fue en él más perceptible que en Antonio. Alma (1898 -1900) se inserta en el modernismo rubeniano y en la poesía francesa finisecular. Su poesía refleja un regusto esteticista. Se vincula muy pronto al folklore andaluz, tendencia que va a dominar en su obra durante mucho tiempo: La fiesta nacional (1906), Cante hondo (1912), Sevilla (1920) y Estampas sevillanas (1949). Fue partidario del régimen de Rivera pero a seguir apoyó la República. Francisco Villaespesa (1877 -1936) nació en Almería y estudió en Granada. Se relacionó con Darío e Jiménez. Tuvo una extraordinaria facilidad para el verso pero se acogió con demasiada ingenuidad a los tópicos de la época y a un modernismo exterior de raíz orientalista y neorromántica. Escribió sobre todo obras teatrales: El alto de lo bohemio (1902), Tristitiae rerum (1906), El velo de Isis (1913), Ajimeces de ensueño (1914), Los nocturnos del Generalife (1922). También escribió cuentos y otros libros en prosa.

Autores de la generación del 98 Eduardo Marquina (1879 -1946), nació en Barcelona y escribió sus primeras obras en catalán pasando después al castellano: Odas (1900), Las vendimias (1901), Églogas (1905), etc. En sus libros posteriores cambia el tono estetizante por otro más civil: Canciones del momento (1910), Tierras de España (1914), Juglarías (1914), etc. A pesar de ser un poeta estimable, tuvieron más repercusión sus obras dramáticas, sobre todo sus dramas históricos. Juan Ramón Jiménez (1881 -1958), nació en Moguer (Huelva). Fundó con un grupo de modernistas la revista Helios en 1903. De ese mismo año data su primer libro personal, Arias tristes. Frecuentó la ILE y llegó a vivir en la Residencia de Estudiantes. Allí conoció a Zenobia Camprubí con la que se casó en Nueva York en 1916. De 1917 data su libro Diario de un poeta recién casado. Su obra es un proceso de perfeccionamiento, de desnudez y de intensidad poéticas. En su desarrollo hay un camino que va de lo sensorial a lo sentimental y finalmente a lo intelectual. Además de Eternidades (1916 -17), Piedra y cielo (1917 -18), Poesía y Belleza (1917 -23), son importantes sus últimas obras: La estación total (1946), Animal de fondo (1949), Dios deseado y deseante (1949). Se ha hablado de dos épocas fundamentales de su poesía: la anterior a la poesía pura y la que sigue a esta. En realidad toda su vida y poesía es una línea ascendente ininterrumpida. Ganó el Premio Nobel de la Literatura en 1956.
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