Depto De Mayordoma Pr Diego Doria Tan cierto

  • Slides: 42
Download presentation

Depto. De Mayordomía. Pr. Diego Doria

Depto. De Mayordomía. Pr. Diego Doria

“Tan cierto como que vive el SEÑOR tu Dios —respondió ella—, no me queda

“Tan cierto como que vive el SEÑOR tu Dios —respondió ella—, no me queda ni un pedazo de pan; sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro.

Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para

Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!”. (1 Reyes 17: 12. Nueva versión Internacional 1999).

ü La vida misma del profeta estaba dependiendo directamente de la mano sustentadora de

ü La vida misma del profeta estaba dependiendo directamente de la mano sustentadora de Dios. No obstante, el Señor proveyó siempre para las necesidades del valeroso adalid.

“Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden

“Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente". (1 Reyes 17: 9).

ü Debía ser sustentado por una mujer viuda, en una tierra en ruinas, y

ü Debía ser sustentado por una mujer viuda, en una tierra en ruinas, y en un momento de extremada crisis. ü Analicemos el panorama:

1 - ERA UNA MUJER VIUDA Y POBRE

1 - ERA UNA MUJER VIUDA Y POBRE

ü En este ambiente de muerte y desolación, el Señor escoge a una viuda

ü En este ambiente de muerte y desolación, el Señor escoge a una viuda phara que sustente al profeta. ¿Por qué a una viuda, si estas mujeres pertenecían a un segmento de personas a las cuales la sociedad debía ayudar?

ü Era tan pobre la viuda, que no tenía quien le ayudara a recoger

ü Era tan pobre la viuda, que no tenía quien le ayudara a recoger la leña, mientras que en casa había dejado a su hijo hambriento y sediento, esperando que ella le proveyera de alimento para sobrevivir en esta larga y agobiante crisis.

“Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda

“Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba”. (1 Reyes 17: 10).

2 - NO DUDÓ EN ACATAR LA SUGERENCIA DEL PROFETA, AUNQUE PARECÍA UN INSÓLITO

2 - NO DUDÓ EN ACATAR LA SUGERENCIA DEL PROFETA, AUNQUE PARECÍA UN INSÓLITO PEDIDO.

ü Es en este momento de extrema crisis cuando llega el profeta en nombre

ü Es en este momento de extrema crisis cuando llega el profeta en nombre de Dios para pedirle que le de agua para beber. ü Agua era la palabra más pronunciada por esos días.

ü Agua era la necesidad generalizada en cada población, en cada familia y en

ü Agua era la necesidad generalizada en cada población, en cada familia y en todas las personas. ü Agua era lo más añorado y apetecido por todos, pero lo que más escaseaba en el momento, sobre todo en la humilde casa de la sufrida viuda.

ü Pero es aquí cuando esta mujer nos deja un ejemplo de lo que

ü Pero es aquí cuando esta mujer nos deja un ejemplo de lo que significa abnegación, sacrificio y confianza en Jehová. ü Sin excusa alguna, y sin ningún amago de molestia, se dirige a su casa para compartir con el profeta la escasa agua que aún le quedaba en su haber.

ü No puso objeciones ni buscó evasivas; si Dios había mandado al profeta para

ü No puso objeciones ni buscó evasivas; si Dios había mandado al profeta para pedirle que compartiera con él su última provisión de agua, ella estaría dispuesta a obedecer, sin pensar en las consecuencias futuras.

“Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar y le dijo…” (1

“Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar y le dijo…” (1 Reyes 17: 11).

ü Fue una obediencia sin cuestionamientos, sin dudas ni titubeos. ü No buscó motivos

ü Fue una obediencia sin cuestionamientos, sin dudas ni titubeos. ü No buscó motivos para evadir el pedido del profeta, aunque, seguramente, había muchos como para presentar su queja.

ü No se apoyó en su pobreza ni en su evidente necesidad para dudar

ü No se apoyó en su pobreza ni en su evidente necesidad para dudar del singular pedido. ü El solo hecho de que la petición viniera de Dios, era razón suficiente para estar dispuesta a obedecer.

Ella hubiese podido objetar: üSeñor, yo soy una mujer viuda y muy necesitada, y

Ella hubiese podido objetar: üSeñor, yo soy una mujer viuda y muy necesitada, y no puedo compartir lo poco que me queda. üTengo un hijo que sustentar, y no tengo para darle a otros. üEl país entero está sufriendo las consecuencias de la sequía, y agua no se consigue fácilmente.

üHay otras familias en mejor condición que yo; es preferible que busque ayuda en

üHay otras familias en mejor condición que yo; es preferible que busque ayuda en otro lugar. üAunque creo en el Dios del cielo, yo no pertenezco al pueblo de Israel; por lo tanto, ésta no es mi responsabilidad primaria, y menos en estos tiempos de tanta desolación.

üNo creo que Dios te haya enviado, ya que el Señor es bueno y

üNo creo que Dios te haya enviado, ya que el Señor es bueno y comprensivo, y él sabe que no puedo dar lo último que me queda.

ü Aunque realmente había motivos para dejar de lado el pedido del osado profeta,

ü Aunque realmente había motivos para dejar de lado el pedido del osado profeta, la fiel mujer entendió que éste venía departe de Dios, y ella había aprendido que los requerimientos de Dios no son para someterlos a la lógica humana, sino para acatarlos y obedecerlos sin murmuración y con fidelidad.

3 - EXPUSO CON SINCERIDAD, Y HUMILDAD, SU CONDICIÓN ANTE EL PROFETA.

3 - EXPUSO CON SINCERIDAD, Y HUMILDAD, SU CONDICIÓN ANTE EL PROFETA.

“Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano”. (1

“Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano”. (1 Reyes 17: 11).

“Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina

“Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos y nos dejemos morir”. (1 Reyes 17: 12).

ü Darle a él primero no le preocupó a la fiel mujer. Aunque ella

ü Darle a él primero no le preocupó a la fiel mujer. Aunque ella no era israelita, había aprendido a confiar en el Dios de Israel, y estaba acostumbrada a darle el primer lugar en su vida.

“Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella

“Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, muchos días”. (1 Reyes 17: 15).

4 - DIOS PREMIÓ SU FIDELIDAD.

4 - DIOS PREMIÓ SU FIDELIDAD.

“Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija

“Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías". (1 Reyes 17: 16).

ü Nunca la fidelidad de los hijos de Dios pasará ignorada o terminará en

ü Nunca la fidelidad de los hijos de Dios pasará ignorada o terminará en chasco. ü Aunque en esta tierra tengamos que enfrentar momentos amargos y tristes, al final del camino, si no es antes, Dios proveerá para cambiar la tristeza en alegría, y convertir el aparente fracaso en verdadero y sonoro éxito.

ü Cuando la crisis apremia, es cuando más fieles deben ser los que esperan

ü Cuando la crisis apremia, es cuando más fieles deben ser los que esperan la segunda venida de Cristo. ü En estos tiempos difíciles debes estar dispuesto a ser leal a Dios con genuina y probada obediencia, seguro de que el Señor no pasará por alto tu entrega, sacrificio y fidelidad.

5 - DIOS TE DICE HOY: ¡DAME A MÍ PRIMERO!

5 - DIOS TE DICE HOY: ¡DAME A MÍ PRIMERO!

ü Como ocurrió con la viuda, a quien Elías le dijo: Dame a mí

ü Como ocurrió con la viuda, a quien Elías le dijo: Dame a mí primero, hoy Dios pide a cada uno de sus hijos, que le den el primer lugar en sus vidas.

“Nuestro Redentor pide mucho más de lo que le damos. El yo interpone su

“Nuestro Redentor pide mucho más de lo que le damos. El yo interpone su deseo de ser el primero; pero el Señor pide todo el corazón, todos los afectos. Él no quiere ocupar el segundo lugar. ¿Y no debe Cristo recibir nuestra primera y más alta consideración? ¿No debe él exigir esta muestra de nuestro respeto y lealtad? ". (Obreros Evangélicos, pág. 449)

ü Dios debe ser primero, aunque tengas una sola oportunidad. ü Dios debe ser

ü Dios debe ser primero, aunque tengas una sola oportunidad. ü Dios debe ser primero aunque, como ocurrió con Abraham, sea lo único que tengas. ü Dios debe ser primero aunque sea lo último que tengas.

ü El Creador nunca dejará abandonados en medio de la crisis a sus hijos

ü El Creador nunca dejará abandonados en medio de la crisis a sus hijos que demuestren sumisión a él, y que se declaren decididos y obedientes a su palabra. ü La fidelidad y lealtad a Dios, jamás se quedará sin su recompensa.

ü No se trata de darle a Dios un lugar en el corazón; lo

ü No se trata de darle a Dios un lugar en el corazón; lo realmente importante, necesario, y justo, es darle el primer lugar. ü Acostúmbrate a darle la prioridad al Señor, aun en las pequeñas decisiones de la vida.

CONCLUSIÓN

CONCLUSIÓN

El Señor te dice hoy, dame a mí primero: • Las horas iniciales de

El Señor te dice hoy, dame a mí primero: • Las horas iniciales de tu agitado día. • La alabanza en cada momento de tu vida. • El lugar más importante en tu familia. • La prioridad en tus sueños y en tus planes.

ü Los diezmos y las ofrendas de todas tus entradas. ü La mejor parte

ü Los diezmos y las ofrendas de todas tus entradas. ü La mejor parte de tu ocupado tiempo. ü Tu corazón, tus dones y tus talentos. ü Tu lealtad y tu fidelidad en todo momento y lugar. ü La gloria y la honra cuando alcances algún éxito.

“Los requerimientos de Dios vienen primero. No estamos haciendo su voluntad si le consagramos

“Los requerimientos de Dios vienen primero. No estamos haciendo su voluntad si le consagramos lo que sobra de nuestras entradas, después que han sido suplidas todas nuestras necesidades imaginarias". Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, pág. 162).