De una a otra orilla el Jordn corra

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De una a otra orilla el Jordán corría lejano, pausado y claro.

De una a otra orilla el Jordán corría lejano, pausado y claro.

La distancia a recorrer era larga, y salieron de mañana.

La distancia a recorrer era larga, y salieron de mañana.

Aquellos galileos habían decidido hacerlo a pie, aunque las últimas lluvias habían borrado todos

Aquellos galileos habían decidido hacerlo a pie, aunque las últimas lluvias habían borrado todos los caminos.

Al atravesar una quebrada sus sandalias se hundieron en el cenagoso barro.

Al atravesar una quebrada sus sandalias se hundieron en el cenagoso barro.

El aire puro saturado de aromas primaverales trasmitió el oculto deseo aún no revelado…

El aire puro saturado de aromas primaverales trasmitió el oculto deseo aún no revelado…

…y el sol al levantarse gozoso derramó sobre sus hombros un repentino clamor.

…y el sol al levantarse gozoso derramó sobre sus hombros un repentino clamor.

En la espesura, sobre las tiernas hojas, algunas aves se desperezaban con festiva diligencia.

En la espesura, sobre las tiernas hojas, algunas aves se desperezaban con festiva diligencia.

Mediada la mañana se adentraron por un calvero del bosque, donde los herbazales pugnaban

Mediada la mañana se adentraron por un calvero del bosque, donde los herbazales pugnaban por alzarse victoriosos.

Allí el florido y rustico llantén, la irritante lechetrezna, la sombría digital y recatadas

Allí el florido y rustico llantén, la irritante lechetrezna, la sombría digital y recatadas linarias componían un prodigio de hermosura y de color.

Era mayo y el día estallaba rebosante de riquezas. El mundo resplandecía de venturas

Era mayo y el día estallaba rebosante de riquezas. El mundo resplandecía de venturas y en él una anodina flor, una alada mariposa o una secreta esperanza removían el corazón de los hombres con la promesa de una vida mejor.

No mucho después llegaron a la ribera del río.

No mucho después llegaron a la ribera del río.

Lo vadearon por un descansado paso y siguieron por un oculto sendero bajo los

Lo vadearon por un descansado paso y siguieron por un oculto sendero bajo los jóvenes sauces.

Al pasar a la otra orilla una ingente multitud esperaba a Jesús de Nazaret.

Al pasar a la otra orilla una ingente multitud esperaba a Jesús de Nazaret.

Los hombres se agitaban en su desesperanza en medio de un vacío sepulcral, pero

Los hombres se agitaban en su desesperanza en medio de un vacío sepulcral, pero al llegar él los ruidos de la vida se fueron apagando y en medio del silencio una leve brisa de esperanza agitó la inerte superficie de la tierra con un canto de libertad.

Era el mes de Siván, del año 31 de la era de Jesús de

Era el mes de Siván, del año 31 de la era de Jesús de Nazaret, en el Jordán.

De una a otra orilla el Jordán corría lejano, pausado y claro. La distancia

De una a otra orilla el Jordán corría lejano, pausado y claro. La distancia a recorrer era larga, y salieron de mañana. Aquellos galileos habían decidido hacerlo a pie, aunque las últimas lluvias habían borrado todos los caminos. Al atravesar una quebrada sus sandalias se hundieron en el cenagoso barro. El aire puro saturado de aromas primaverales trasmitió el oculto deseo aún no revelado y el sol al levantarse gozoso derramó sobre sus hombros un repentino clamor. En la espesura, sobre las tiernas hojas, algunas aves se desperezaban con festiva diligencia. Mediada la mañana se adentraron por un calvero del bosque, donde los herbazales pugnaban por alzarse victoriosos. Allí el florido y rustico llantén, la irritante lechetrezna, la sombría digital y recatadas linarias componían un prodigio de hermosura y de color. Era mayo y el día estallaba rebosante de riquezas. El mundo resplandecía de venturas y en él una anodina flor, una alada mariposa o una secreta esperanza removían el corazón de los hombres con la promesa de una vida mejor.

No mucho después llegaron a la ribera del río. Lo vadearon por un descansado

No mucho después llegaron a la ribera del río. Lo vadearon por un descansado paso y siguieron por un oculto sendero bajo los jóvenes sauces. Al pasar a la otra orilla una ingente multitud esperaba a Jesús de Nazaret. Los hombres se agitaban en su desesperanza en medio de un vacío sepulcral, pero al llegar él los ruidos de la vida se fueron apagando y en medio del silencio una leve brisa de esperanza agitó la inerte superficie de la tierra con un canto de libertad. Era el mes de Siván, del año 31 de la era de Jesús de Nazaret, en el Jordán.

De una a otra orilla. Texto y composición: pedro martínez borrego. Imágenes: Pachi Fano.

De una a otra orilla. Texto y composición: pedro martínez borrego. Imágenes: Pachi Fano. Tema musical: Hijo de la luna – Nikos Ignatiadis. Esta reproducción: Vitanoble Powerpoints